La escritora chilena Alia Trabucco Zerán mira al pasado para ofrecer una visión “distinta” sobre la dictadura de Augusto Pinochet en su primera novela, “La resta”, una obra con la que ganó el Premio del Consejo Nacional de la Cultura de su país a la menor Obra Literaria Inédita en 2014.
Considerada como una de las voces más prometedoras de su país, Alia Trabucco está estos días en España, donde se publica por primera “La resta”, editada por Demipage.
Trabucco (Santiago de Chile, 1983) hace una nueva lectura del pasado a través de los jóvenes protagonistas y explica en una entrevista con Efe que los personajes de “La resta” buscan desprenderse de su pasado en la obra.
“Algo que se despega de otros discursos que han sido más dominantes en relación a cómo hablar de la dictadura, como por ejemplo la nostalgia”, precisa la escritora.
El objetivo de Trabucco es “alejarse” de este sentimiento “para lidiar con otros, como el humor, con la ironía e incluso el resentimiento”.
Trabucco, recién llegada al mundo de la literatura, ganó con esta novela en 2014 el Premio del Consejo Nacional de la Cultura en su país a la Mejor Obra Literaria Inédita en un concurso al que se presentaron más de doscientos aspirantes, según explica.
La escritora chilena, que en la actualidad reside en Londres, donde estudia un doctorado en literatura hispanoamericana en la University College, afirma que está viviendo “un momento muy emocionante” con la publicación de su primera novela.
En “La resta”, el lector vive una narración a dos voces, la de Felipe y la de Iquela, dos personajes con una visión muy particular y diferente del mundo.
“Quería hacer un contrapunto con las dos voces: la de Iquela, más contenida, más racional y complicada y al mismo tiempo una voz aferrada a la vida comparada con el delirio de Felipe, que tiene más que ver con la muerte”, aseguró Trabucco.
Uno de los episodios de la dictadura descritos en la obra es el plebiscito en octubre de 1988, donde se consultó la permanencia de Pinochet en el poder por otros ocho años y triunfó el “no”.
La chilena afirma que “es difícil determinar cuáles son los recuerdos propios, pero tuve una infancia tremendamente politizada”.
Dentro de sus influencias, Trabucco dice que “hay una tradición chilena muy fuerte, con autores como María Luisa Bombal, Carlos Droguett o Vicente Huidobro”.
También reconoce una herencia más universal, en la que cita a Félix Bruzzone, William Faulkner y Herta Müller, cuya lectura, dice, que le ayudó a alimentar sus visiones y aunque pertenecen a otras tradiciones, “también hablan de los dolores de la dictadura”.
Alia Trabucco describió “La resta” como “un viaje, pero a la vez una fuga, porque sus personajes escapan de ellos mismos” y de los que tienen a su alrededor.
“Los personajes parecen a veces atrapados por una nostalgia y yo me pregunto, ¿cómo puede haber nostalgia con un momento tan doloroso?”, se pregunta Trabucco.
Las mujeres de la dictadura y postdictadura tienen una especial importancia en la ópera prima de la chilena, quien “estaba interesada en tener una mirada crítica sobre el papel de la mujer, porque hubo muchas protagonistas de esta historia y no tienen tanta repercusión como el hombre”.
Sobre la postdictadura, la escritora asegura que le parece que Chile está muy lejos de lidiar con este tema, “creo que los últimos años han sido muy importantes para esto, con el cuarenta aniversario del golpe hubo un resurgimiento del tema en la literatura, la televisión y la prensa pero falta mucho”.
Además de escribir, la chilena también saca tiempo para editar ficción en el sello Brutas Editoras, “somos medio nómadas, trabajamos entre Nueva York, Londres y Chile”, reconoce.
Por María Clara Montoya