La obra fundacional del Opus Dei basa parte de su contenido en una obra escrita por un jesuita aragonés llamado Francisco Javier Hernández a mediados del siglo XVIII, como ha desvelado el director de la revista Archiletras Científica, Ángel Gómez Moreno.
Camino, publicado por primera vez bajo el título Consideraciones Espirituales en 1934, es una obra escrita por el fundador del Opus Dei, el sacerdote José María Escrivá de Balaguer, y es considerada una de las piezas fundacionales de la institución perteneciente a la Iglesia católica.
En el primer ejemplar de Archiletras Científica, la nueva revista de Archiletras consagrada a la investigación sobre lengua y literatura, el catedrático de la Universidad Complutense Gómez Moreno analiza El alma victoriosa de la pasión dominante, la obra del jesuita F. J. Hernández publicada en 1758.
Este manualito, como lo define Gómez Moreno, gozó de gran popularidad en el siglo XVIII, como lo demuestran las siete ediciones que de él se registran en poco más de 40 años. Posteriormente, esta obra que se encuadra en el género tardomedieval de las ars bene moriendi, una especie de manuales religiosos que preparaban al buen cristiano para enfrentarse a la muerte, quedó relegada al olvido durante la segunda mitad del siglo XIX.
Al compararlo con Camino, el director de Archiletras Científica descubre ciertas coincidencias entre ambos y llega a la conclusión de que las ideas esenciales del jesuita aragonés conforman la estructura central de la obra fundacional del Opus Dei. Entre ellas, el catedrático de literatura destaca las premisas de santificar la vida a través del trabajo, el uso de tablas hechas a mano o impresas para el examen de conciencia o la oración matutina al levantarse con el fin de vencer la pereza con ayuda del ángel custodio, al que se le concede especial importancia.
En su artículo, Gómez Moreno sostiene que dichas coincidencias constituyen una “prueba irrefutable de que Escrivá de Balaguer leyó a Hernández” y plantea la tesis de que el opúsculo de Hernández fuera uno de los temas de discusión en el Seminario de San Carlos de Zaragoza donde se formó como sacerdote José María Escrivá. No obstante, no descarta que el fundador del Opus Dei entrara en contacto con la obra del jesuita más adelante durante sus primeros años como sacerdote.