Alicante, 26 mar (EFE).- Alabardas, hachas y espadas, entre otras armas de bronce, y collares, diademas y pendientes de oro que reflejan los primeros intercambios entre los reinos más antiguos continentales (Edad de Bronce) situados en los Cárpatos, Europa central y el sureste peninsular español se exhiben desde este martes en una ambiciosa exposición en Alicante.
Hasta el 13 de octubre en el Museo Arqueológico de Alicante (MARQ), 'Dinastías. Los primeros reinos de la Europa Prehistórica' está formada por 482 piezas de alto valor, algunas inéditas hasta ahora por su reciente descubrimiento, de veintiún museos e instituciones científicas de Hungría, Eslovaquia, Alemania, Bélgica, Portugal, Dinamarca y España.
Con la línea argumental de que los antiguos reinos estaban “emparentados” cultural y, sobre todo, comercialmente, ocupa las tres salas temporales del MARQ. La primera en torno a la formación de esos primeros estados y sus clases sociales; la segunda para mostrar la elaboración y uso de los objetos usados por las elites y la última sobre los ajuares de quienes perpetuaban sus privilegios mediante dinastías, lo que precisamente da nombre a la exposición.
El presidente de la Diputación de Alicante, Toni Pérez, ha asegurado que la exposición va a “maravillar” al permitir al visitante remontarse a hace “miles de años para contemplar sociedades que tenían muchos elementos en común”, gracias al “trabajo de investigación de varias décadas por más de 70 científicos, arqueólogos y trabajadores incansables que se han volcado en hablar de la cultura de Europa”.
Ha confiado en que sea un “polo de atracción” y “una manera de inyectar cultura a la sociedad” a través de una colección que refleja “una cultura muy nuestra”, en referencia a la cultura Argárica.
Uno de los comisarios, Juan Antonio López Padilla, ha explicado a los periodistas que se trata de la primera exposición en Europa que incluye los resultados de ADN del Instituto Max Planck que confirman los vínculos de los primeros reinos o estados del Viejo Continente situados en puntos tan distantes como las culturas Unetice (el actual territorio de Alemania y República Checa), Otomani (los Cárpatos) y Argárica (sureste peninsular español).
Este hilo argumental de la relación de estas culturas se pone de manifiesto en el arranque de la exposición con los restos de un guerrero del 2.200 antes de Cristo (a.C.) hallados en una tumba en Alemania cuya carga genética coincide con enterramientos coetáneos de la cultura Argárica española, a miles de kilómetros.
El espectacular sombrero de oro de Schifferstadt (1.600 a.C.), el conjunto alabardas (nueve) más importante de Europa de Meltz (Mecklemburg, Alemania-1950-1750 a.C), un hacha de combate decorada del depósito de Téglas (1700 a. de C.) y otro hacha de combate y brazaletes de oro del túmulo de Diskau (1900 a.C.) son algunos de los antiguos y desconocidos para la mayoría tesoros que se exhiben.
De igual modo, una alabarda de cobre y joyas de oro argáricas de Alicante y Murcia (1900-1750 a.C.), una diadema de oro de Caravaca de la Cruz (Murcia) y una espada de bronce con mango de oro de Guadalajara también han sido destacados por López Padilla y por otro de los comisarios, el alemán Roberto Risch, ambas procedentes del Museo Arqueológico Nacional (MAN) de Madrid, y cedida temporalmente por primera vez en la historia en el caso de ésta última.
Aunque no es original, otra de las piezas que más llama la atención es una réplica del mapa astronómico más antiguo de Europa (reconocido por la UNESCO en 2013), el Disco de Nebra, que ocupa un lugar destacado y refleja el avanzado conocimiento de la relación del Sol, la Luna y las Pléyades en esta representación más antigua conocida de la boveda celeste.
'Dinastías' sustituye en el MARQ a la exitosa exposición de piezas originales de los Guerreros de Xi'an y cuenta con otra pieza de singular valor procedente de la necrópolis húngara de Éncs (Cárpatos) ya que es un vaso que representa por primera vez un carro de cuatro ruedas, del 1.800 a.C., que debía ser usado para el transporte de mercancías a larga distancia.
Durante la Edad del Bronce se consolidó la metalurgia, las redes de intercambio, el fomento de la actividad agrícola y, sobre todo, se empezaron a desarrollar las clases sociales que utilizaban joyas comunes como elemento diferenciador. En 'Dinastías' se exponen pequeños conos de oro que se cosían a los vestidos en las tres regiones europeas, otra “prueba irrefutable” de la conexión que había a uno y otro lado del Mediterráneo europeo.
La exposición cuenta con un sencillo e innovador diseño expositivo del equipo de Ángel Rocamora inspirado en los elementos primarios y terrosos de la Edad del Bronce, y concluye con la caída de las elites de aquellos primeros reinos que duraron un milenio, hasta el 1.400 antes de nuestra Era.