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Las maestras de la fotografía que quisieron captar miradas en lugar de atraerlas

Ruth Orkin, Photo Archive

Aldo Mas

Berlín —

Hay maneras muy distintas de mostrar a la mujer en el arte fotográfico. Dependiendo del movimiento artístico, esta se ha visto representada bajo varios prismas: como musa, como objeto sexual y, más recientemente, como figura capaz de escapar de las connotaciones asociadas a la mirada masculina y tener voz propia. En Berlín, dos muestras centradas en lo femenino han servido para contraponer dos formas de ver a la mujer. 

Por un lado, la Fundación Helmut Newton de Berlín ha presentado fotografías de desnudos femeninos de tres maestros: el propio Newton, Saul Leiter y el cineasta y creador multidisciplinar David Lynch. Por otro lado, el Espacio Libre para la Fotografía, un centro expositivo que busca dar a conocer la creación de artistas femeninas, ha expuesto su primer volumen de fotografías dedicado a grandes mujeres de este arte.

En la muestra Nudes (Desnudos), las imágenes de Newton, Lynch y Leiter daban cuenta de la fascinación de los autores por sus modelos, mujeres cuyos cuerpos eran muchas veces fuentes de inspiración. En sus fotos, los cuerpos están ahí para ser, en mayor o menor medida, admirados. En Womenphotographer Vol.I  (Mujeres fotógrafas Volumen I), la primera de la serie de exposiciones sobre maestras de la fotografía que tienen pensado llevar a cabo los responsables del Espacio Libre para la Fotografía, a la mujer se le puede admirar. Pero, sobre todo, en esas imágenes, la mujer mira y comparte su mirada.

A la muestra de Newton y compañía se le ha reprochado ser una “oportunidad perdida” para debatir sobre la mirada y la actitud de los hombres artistas con las mujeres. Así lo planteaba, Carola Padtberg, firma cultural del semanario Der Spiegel. Ella recordaba tras haber visto Nudes que el referente feminista alemán Alice Schwarzer ya tachó en los años noventa el trabajo de Newton de “racista y sexista”. 

No puede decirse lo mismo del conjunto de obras seleccionado en Womenphotographer Vol.I. Las imágenes que ha comisionado Katharina Mouratidi, la directora artística del Espacio Libre para la Fotografía de Berlín, fueron creadas por maestras de la fotografía en su mejor momento.

“Las obras de mujeres que tratan sobre el cuerpo femenino siempre toman un papel activo”, explica Mouratidi a eldiario.es. Habla en la pequeña sección del centro expositivo del barrio berlinés de Kreuzberg para el que trabaja y que dedica temporalmente sus paredes a cinco fotografías de la estadounidense Nan Goldin. “En el trabajo de Goldin se ve claramente la relación íntima de la persona fotografiada y la fotógrafa”, apunta Mouratidi, al tiempo que señala una imagen de Goldin en la que se observa encorvado un cuerpo femenino desnudo y capturado de cintura para arriba. 

Esa fotografía forma parte de las muchas escenas de juventud de Goldin. Una de ellas, también seleccionada por Mouratidi, es un autorretrato de la propia Goldin después de haber sido agredida por su novio Brian en los años 80. La artista tiene los dos ojos morados en la imagen. “No hay separación entre lo que fotografío y yo”, diría la artista al respecto. 

Una actitud similar, aunque menos imbricada, observa Mouratidi en la obra de la también estadounidense Diane Arbus. “El diálogo y la relación entre la fotógrafa y la persona fotografiada es muy intensa también en las imágenes de Arbus”, señala Mouratidi. 

Para dar cuenta de ello está expuesto en la muestra de Berlín, entre otras, el retrato de aquellas identificadas como Gemelas Idénticas con las que se topó el objetivo de Arbus en Nueva Jersey en 1967. Es una de esas imágenes de medio formato con las que Arbus lograría captar los sujetos marginales y alejados de “la normalidad” estadounidense con las que tanto acabaría identificándose su obra. 

Arbus fue pupila en los años 50 de Berenice Abbott, otra de las maestras representadas en Womenphotographer Vol.I. Abbott, una institución del arte fotográfico, lanzó en su día su propio material fotográfico. Su Guía para hacer mejor fotografías (Ed. Crown, 1941) es “considerado uno de los libros más importantes para la fotografía”, recuerdan al visitante en Womenphotographer Vol.I.

Mujeres que dejaron su sello en el arte

Abbott, en su día asistente del genial Man Ray, documentó con sus imágenes barrios y edificios de Nueva York ya desaparecidos en una actividad fotográfica similar a la del maestro francés Eugène Atget, cuya obra sobre el París de finales del siglo XIX y principios del XX precisamente contribuiría a preservar la propia fotógrafa estadounidense. Abottt, Arbus o Goldin son solo tres de las catorce maestras reunidas por Mouratidi y compañía que demuestran la importancia del papel femenino en la historia del arte fotográfico.

Entre los talentos femeninos representados en Berlín, Europa puede reivindicar las raíces austríacas de Inge Morath, una de las primeras fotógrafas que trabajó para la mítica agencia Magnum. Sin embargo, en el Espacio Libre para la Fotografía, se reivindican nombres como el suyo porque ven a estas mujeres infrarrepresentadas en la escena cultural. 

“Es obvio que las mujeres son objetos de la fotografía y que las obras de fotógrafas son actualmente muy poco representadas en las instituciones de arte o de fotografía”, dice Mouratidi. “En esta situación, queríamos hacer una exposición que sirviera de declaración para mostrar a catorce mujeres que tuvieron un papel importante en la fotografía desde principios del siglo XX”, agrega la directora artística y comisaria del Espacio Libre para la Fotografía. 

Su centro expositivo posee obras de hombres y mujeres, pero el 75% de lo mostrado en cada ejercicio es de autoría femenina. “Nos centramos en las obras de las mujeres, en general, para equilibrar la relativamente poca presencia que hay en otros museos de artistas femeninas”, explica Mouratidi.

Mujeres, más que un objeto de una mirada

Para el arte fotográfico, según demuestra la exposición berlinesa, las mujeres son pioneras, emprendedoras, audaces en la experimentación, y, en suma, una fuente de creación clave. “Estas mujeres fotógrafas no son pasivas y son más que objeto de una mirada”, mantiene Mouratidi. 

Ahí está el caso de la fotógrafa estadounidense Ruth Orkin, también representada en la muestra. Orkin se lanzó cámara en mano en 1939, con apenas 18 años, en un viaje en moto de unos 4.500 kilómetros entre Los Ángeles y Nueva York en el que documentó con imágenes los Estados Unidos de su tiempo. Orkin es también autora de esa imagen en la que su amiga Ninalee Craig pasea por el centro de la ciudad italiana de Florencia. Una decena de hombres la mira y se dirige a ella, algunos de ellos gritándole. La escena de Orkin dice mucho de lo que era ser mujer en la Italia de después de la Segunda Guerra Mundial.

Ejemplos como el suyo no son escasos. Por eso Mouratidi tiene previsto a finales de este año organizar el Volumen II de la primera gran exposición fotográfica de este invierno del Espacio Libre para la Fotografía. “Seguiremos con la idea de mostrar fotografías conocidas al igual que descubrir nuevas artistas importantes”, concluye Mouratidi.

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