La Comunidad de Madrid censura los términos “racismo” y “restitución” de una exposición que cuestiona la “hispanidad”
La orden llegó en el último momento, antes de la inauguración en la sala Alcalá 31, de la que Madrid es titular, de la exposición Buen Gobierno, con obra de la artista Sandra Gamarra (Lima, Perú, 1972). En ella se cuestiona cómo España ha interpretado su papel en el pasado latinoamericano. Tal y como ha podido saber elDiario.es, había dos palabras incluidas en el texto que recibía a los visitantes en el espacio cultural que molestaban a la consejera de Cultura de la Comunidad de Madrid, Marta Rivera de la Cruz: “racismo” y “restitución”. El equipo de la consejera transmitió a la artista y al comisario, Agustín Pérez Rubio, que estos dos términos debían desaparecer de la vista pública y reescribir el texto de una exposición que había sido aprobada con un enfoque que denuncia el racismo y reclama la restitución.
La exposición se inauguró hace una semana sin rastro de las palabras, aunque la propuesta no ha variado. Por si fuera poco, este martes Marta Rivera de la Cruz y Toni Cantó presentarán un festival llamado Hispanidad 2021, que se celebrará entre el 28 de septiembre y el 12 de octubre, con un amplio programa publicado de conciertos, conferencias, espectáculos y exposiciones, entre las que la Consejería de Cultura ha excluido Buen Gobierno, de Gamarra. Se incluyen galerías de arte con “exposiciones de artistas hispanoamericanos” y la muestra que inaugurará próximamente el Museo del Prado, titulada Tornaviaje. Arte Iberoamericano en España. Al parecer, Buen Gobierno no encaja en la idea de “hispanidad” que promueven Ayuso, Rivera de la Cruz y Cantó.
Desde la Consejería de Cultura restan importancia al hecho y aseguran que “el texto de introducción de sala es simplemente orientativo y la consejera no dicta ni censura absolutamente nada acerca de la interpretación de una artista sobre su propia obra”. También añaden que “los textos de la entrada se redactan con los criterios tanto de orientación al público que va a ingresar en el espacio expositivo como atendiendo al espacio de que se dispone en el muro”. Y esas dos palabras no cabían.
Tuvimos que retirar esas dos palabras. No querían verlas en la presentación de la muestra y entiendo que pueden ser dos palabras duras, pero son dos términos a debate en todo el mundo
Gamarra explica a este periódico que el desarrollo y montaje de la muestra fue bastante bien hasta el último momento. “Tuvimos que retirar esas dos palabras. No querían verlas en la presentación de la muestra y entiendo que pueden ser dos palabras duras, pero son dos términos a debate en todo el mundo. De ninguna manera hubo más intromisión en la muestra, pero no dejó de sorprendernos esta posición”, indica Sandra Gamarra. “Me entristece mucho”, cuenta la artista que encuentra una explicación en la “inseguridad” del relato de la hispanidad de la derecha. “Eso hace que piensen que cualquier cosa les va a atacar”, puntualiza.
El cambio de Gobierno
La Comunidad de Madrid llamó en octubre de 2019 a Agustín Pérez Rubio para pedirle un proyecto de Sandra Gamarra. La exposición Buen Gobierno se aprobó unos meses más tarde, en diciembre. Entonces Marta Rivera de la Cruz todavía formaba parte de las filas de Ciudadanos y el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso defendía otros presupuestos ideológicos. Dos años más tarde, Rivera de la Cruz viste los colores del PP y el Gobierno de la Comunidad de Madrid ha virado para extremar sus posicionamientos a favor de la leyenda de la conquista y evangelización de América. Con la exposición de Gamarra abierta al público y criticando los presupuestos hispanofílicos, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha disparado en Nueva York contra los pueblos indígenas americanos y ha alimentado el discurso al que se opone la exposición de esta hija de padre mestizo peruano y de madre de origen japonés.
Por supuesto Gamarra no está de acuerdo con este desprecio que ha hecho la presidenta de la Comunidad de Madrid a los pueblos indígenas, que defiende y respeta por su valía. Cree que los sienten como el enemigo porque “el indígena ataca los tres pilares de su relato de la conquista de América: lengua, cultura y religión”. “En estos momentos no se tolera la denuncia”, explica Gamarra, contundente y escrupulosa en sus argumentos, en sus razonamientos y en sus propuestas.
Matiza que la población latinoamericana no está preocupada por lo que pasó hace 500 años, sino por lo que pasa desde hace 500 años. “A veces siento que somos hijos de una violación de la que salieron muchos hijos. Habrá hijos que están con la madre y otros con el padre, esas son las historias divididas que hay que reconciliar. ¿Cómo? Reconociendo al padre y la madre por igual. España no reconoce el dolor que ha originado”, asegura Sandra Gamarra a este periódico.
Una paranoia hispánica
La artista peruana y española piensa que el relato sobre la “hispanidad” es tan vertical que parece una “paranoia”. “Si tu hispanidad está construida desde la evangelización y la conquista, cualquier relato alternativo te agrede. Pero es que España es mucho más que eso”, cuenta. “La hispanidad no es una paranoia, pero si se quiere construir a partir del relato de la conquista sí lo será, porque es un relato muy frágil”, argumenta. Lo escribió Caballero Bonald: “Los más divulgados atributos de su naturaleza son también los más falibles”. En ese mismo poema decía el escritor de su país que “nunca ha sido capaz de atajar los escarnios perpetuados por sus propios moradores”.
Buen Gobierno reivindica el buen gobierno propio de los legados. “Tu buen gobierno es el conocimiento”, avisa la autora. Hace unos días, Gabriela Wiener contaba en este periódico que la exposición “rebate la misma idea de museo y exposición de arte”. En ningún caso reclama Gamarra una separación de América y España: “Todo lo contrario, aspiro a la reconciliación. Pero denuncio que hay un desconocimiento del otro lado. Es el buen gobierno de estas dos culturas que tal vez no se pueden hacer una, pero que tienen que aprender a convivir”.
Gamarra usa imágenes con soltura para hacerse entender y explica que la derecha se ha extremado y que la línea media se ha movido con ellos. “Hay que tirar de nuevo hacia el centro. Y de ahí surge la confusión: pareciera que la gente de derechas ahora es de centro”, indica. Por eso el arte es importante en estos momentos para resistirse y tirar hacia el otro lado, para recuperar el equilibrio. “El arte no es un lugar fácil, porque te compromete. De ahí que el arte deba resistir, porque si no te quedas sin espacio”, apunta la artista que propone la revisión crítica sobre una cultura, la española, que también considera como suya.
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