La agenda 'cultureta' cuando el calor aprieta: la cotizada entrada nocturna

Puede que este verano haya sido el menos cálido de los últimos cuatro años, pero eso no significa que la temperatura hayan dejado de ser un duro rival. Especialmente, si es agosto, en Sevilla y nuestra intención es la de visitar el Real Alcázar. Es entonces cuando aparece una opción alejada del bochorno, de los abanicos y del sofocante clima que en Juego de tronos utilizaron como escenario de Dorne: la entrada nocturna.

“El nivel de ocupación en estos momentos ronda casi el 97%”, indica a eldiario.es Juan Rubio, encargado de comunicación del Real Alcázar de Sevilla. El portavoz se refiere a una serie de conciertos realizados hasta septiembre en los jardines del mítico palacio y que, según afirma, “suelen estar llenos”.

Otra opción es intentar unirse a la visita teatralizada que este año se dedica al IV centenario del nacimiento de Murillo, también de noche. A pesar de ello, quizá el resultado sea el mismo. Es decir, el de una alerta que confirma que no quedan entradas disponibles. “Tenemos una gran afluencia, son visitas de en torno a 30 personas y casi siempre suelen estar agotadas”, asegura Rubio.

Conseguir una entrada nocturna se ha convertido en un objeto de deseo, pero siempre se puede tener suerte. “Depende del momento. Puedes tener la fortuna de poder reservar hoy una entrada para las visitas teatralizadas y poder ir dentro de dos o tres días”, apunta el portavoz del Real Alcázar. En la página oficial de venta se aprecia claramente la diferencia: mientras que el calendario de la visita general permite seleccionar cualquier día, el de la nocturna cuenta con pocas sesiones disponibles.

La misma tónica se repite para entrar en la Mezquita de Córdoba. “La respuesta es muy positiva con independencia de la época del año en que se disfrute. La visita nocturna, salvo raras excepciones, está siempre al completo”, afirma Agustín Jurado, portavoz de la institución. En esta ocasión parece más fácil conseguir una entrada, al menos más que para el Real Alcázar. Sin embargo, para el pase nocturno (llamado El Alma de Córdoba) quedan pocas sesiones y cuesta 18€, ocho euros más caro que la visita diurna. Según Jurado, este incremento se debe a que “los gastos de explotación de esta visita son superiores a los de la visita diurna ordinaria” y los gastos del personal “obligan a fijar ese precio”.

No organizar con antelación la entrada a estos monumentos puede provocar que nos quedemos sin entradas o, mucho peor, que solo estén disponibles las franjas menos agradables. Es lo que ocurre con la Alhambra y el Generalife de Granada, especialmente en el momento de seleccionar el horario de acceso a los Palacios Nazaríes. Solo basta echar un vistazo al cuadrante online para comprobar cómo ni siquiera en noviembre es posible reservar con total libertad, algo muy a tener en cuenta cuando se trata de completar un itinerario que supera los tres kilómetros.

Una noche en el museo

No solo jardines y monumentos al aire libre se benefician del ocio nocturno propio de estos meses. El Museo Sorolla de Madrid también abre sus puertas todos los jueves hasta las 11 de la noche, ofreciendo además una serie de visitas guiadas en días concretos. Según Lorena Delgado, conservadora de la institución, la iniciativa “está resultando un éxito” y disponen de una “afluencia de público que lo valora muy positivamente”.

Pero, además de la hora, ¿qué puede aportar una visita nocturna al museo? “Da la posibilidad de disfrutar del jardín de la casa con otra luz y poder estar inmersos en un espacio singular, rodeados de plantas y vegetación en medio de Madrid, tal y como lo concibió el propio pintor Joaquín Sorolla”, explica Delgado. A diferencia de lo que ocurre con los anteriores monumentos señalados, estos pases “no se reservan con antelación”, sino que están disponibles “a partir de una hora determinada y se entregan por orden de llegada”.

Hasta la misma hora, las 11 de la noche, también se puede entrar en otro lugar emblemático de la capital española: el Parque del Retiro. Y, con él, en el Palacio de Cristal y el Palacio de Velázquez, ambos con exposiciones disponibles hasta principios de septiembre. De esta manera, según el Reina Sofía, buscan ofrecer al espectador “una perspectiva poco conocida hasta hoy”.

En otros recintos, como el anfiteatro de Mérida, han decidido sustituir las visitas guiadas nocturnas por otro tipo de espectáculo. “En verano no solemos tener este tipo de entradas, ya que en julio y agosto celebramos el Festival Internacional de Teatro Clásico. Es a partir de septiembre cuando se reanuda”, aclara a este periódico un portavoz del Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida.

“Todo esto se llena, porque aquí en Sevilla hace mucha calor y en lugar de estar en sus casas prefieren salir a ver algunos de los conciertos que tenemos programados, que son de flamenco, música medieval o hasta de música árabe”, considera Juan Rubio, portavoz del Real Alcázar de Sevilla. Solo lanza una advertencia: “Las entradas se agotan rápido”.