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Semana de ARCO mirando al futuro: ¿qué futuro?

Una de las obras de la galeria de arte Bea Villamarín dentro de la la IX edición de JustMad. EFE/Luca Piergiovanni

J.M. Costa

Según el artista conceptual y miembro del dúo Yello, Dieter Meier (1945), “La gran aportación de Andy Warhol fue devolver el arte allí donde le corresponde: el comercio”. Meier, claro, pensaba en el arte como objeto durable. Y aquí llegan las ferias matritenses. Son unas cuantas: ARCO, JustMad, Hybrid, Urvanity, Drawing Room, Otra Puta Bienal Más, Open Studio y Art Madrid. Lo menos que puede decirse es que Meier y Warhol tenían razón. Los más optimistas verán en ello un signo de salud económico-cultural. Lo que si es cierto es que este año hay algunas variaciones importantes y es justo y necesario reconocer que ello genera alguna nueva expectativa.

Comencemos por Arco, la abeja reina del panal. En un paso radical que no llega un día tarde, ya no hay País Invitado. En los primeros Arcos no existía esa figura, pero luego se había ido repitiendo hasta el bostezo porque, francamente, no hay tantos países interesantes en ese nivel comercial de que trata la feria. Como el último invitado, Argentina, lo hizo en medio de un cierto escándalo en su país pues mira, cualquier razón es buena para enterrar tradiciones caducas.

Arco sustituye la invitación por una exposición. Y lo hace encargándosela a la que sin duda es una de nuestras comisarias de mayor prestigio, Chus Martinez la primera junto a sus pares Elise Lammer y Rosa Lleó. Sigue siendo un poco raro que una feria se sienta obligada a llevar a cabo acciones culturales, pero ya se sabe que en esto del arte y la cultura en general, el comercio trata de aparecer siempre en un segundo plano. La muestra se llama El Futuro (no es lo que va a pasar sino que lo vamos a hacer), en un pabellón diseñado por el también justamente valorado Andrés Jaque. Como la coherencia es la coherencia, El Futuro está patrocinada por una compañía de seguros de vida y jubilación. ¿Hay o no poesía en el mercado y su arte? Aparte de este simpático detalle, habrá que valorar per se lo que hagan las comisarias, dado que El Futuro es una idea tan genérica como discutida y de la selección de artistas tampoco se deduce con claridad un criterio homogéneo. Lo dicho, habrá que ver.

¿Más mujeres?

Otras comisarias, concretamente María y Lorena de Corral junto a Catalina Lozano llevan años montando Diálogos y este repiten. Aparte de ello está el programa Opening, dedicado a artistas emergentes y comisariado por Stefanie Hessler e Ilaria Gianni. Todo lo comisariable en este ARCO lo está por mujeres. Estupendo, ahora solo falta que en los stands se supere el 24% de mujeres que había el año pasado, de las cuales solo un 5% españolas. De otro lado habrá performances y charlas, aunque estas suelan circunscribirse más bien a los días para profesionales.

Precisamente JustMad, que siempre ha sido una feria comisariada, se ha propuesto este año que el número de mujeres con obra expuesta no sea inferior al de los hombres. Ya el año pasado el porcentaje de mujeres era del 34% pero los nuevos comisarios, Semiramis González y Daniel Silvio han querido dar una vuelta de tuerca. Si a alguien le sorprende el gesto, recordar que desde el principio de los años 80 las mujeres son mayoritarias en las facultades de Bellas Artes.

Por otra parte, JustMad que se ha caracterizado en general por localizaciones curiosas, ha tenido que cambiar a toda prisa de local, pasando de un prometedor palacete en la calle Fernando VI a un edificio medio-burgués de Núñez de Balboa 32, en unas naves del patio trasero. En fin, la feria se consagra a un arte algo diferente al de ARCO y eso garantiza una cierta rotación que en otras ferias no se da tan por supuesto. Aunque el mismo ARCO anuncia este año casi 50 nuevas galerías, que sería un 25% del total de 208.

Art Madrid ha acabado siendo una feria bastante coherente. Situada en el gran patio interior de Centro-Centro (el Ayuntamiento), la feria se consagra vagamente a lo figurativo pero en realidad a una pintura y escultura que igual no está de moda pero no debe ser tomada despectivamente. Hay buenos artistas, casi todo hombres, eso sí, que permanecen fieles a visiones muy personales o a modas pasadas y existe un público potencial muy claro. Un público que igual no compra para coleccionar, sino porque va a cambiar la decoración. Dicho sea sin sombra de ironía.

Hybrid sigue en su localización hotelera (Petit Palace) de la plaza de Santa Bárbara y sigue dedicándose al arte emergente y a poder ser independiente. Siguen programando conciertos o performances y la verdad es que transitar por la feria suele tener un punto divertido. Al fin y al cabo, en las habitaciones-stands hay camas. Drawing Room sigue sonando mucho mejor que Gabinete de Dibujo y estará este año en una localización algo mejor que la del año pasado. Ver dibujos prácticamente en un pasillo no era un ejercicio muy cómodo pero, sobre todo, impedía mirar con una cierta tranquilidad las obras. Este año la feria tendrá lugar en el Círculo de Bellas Artes, al lado de Art Madrid y a tiro de piedra de JustMad.

Urvanity, como su mismo nombre indica, parece estar consagrada a lo que se conoce como arte urbano, seguramente en oposición a un arte rural. La historia de los grafitis llevados al terreno del arte. Por un lado sería lógico preguntarse si es positivo que un arte nacido prácticamente de la guerrilla y completamente al margen de la legalidad se convierta en decoración más o menos cara. Por otra parte resulta que lo que se exhibe en Urvanity no tiene demasiado que ver con las pintadas callejeras, la mayor parte parece arte objetual sin más. Aunque en su manifiesto se hable de Nuevo Arte Contemporáneo. La feria, que tiene lugar en el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid es rara en que la diferencia de nivel y de interés de los artistas es mucho mayor que en las demás. En la edición anterior había cosas directamente francamente malas junto a otras bien interesantes. Además de ello están las exposiciones en las muchas salas y museos de la ciudad, entre las cuales hay alguna estupenda.

Los problemas del arte en España ya se analizaron con motivo de otras ediciones. El papel del público, la economía real del arte, la evolución de papel de ferias y galerías o las cuestiones de género permanecen casi tal cual y esas dinámicas, de orden global, afectan sí o sí al mercado ferial del arte español. Pero en fin, todo esto tiene cierto carácter de evento tipo festival de música. Ni estos son lugares para la escucha ni las ferias para la contemplación. Pero ambos tienen siempre algo de informativo y, sobre todo, de lugar de encuentro. Que no es poco.

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