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Sacarse una foto prohibida solo es 'rock and roll' si lo hace Mick Jagger

Los Rolling Stones han vuelto de gira a España. Sixty comienza este miércoles día 1 en la capital y les llevará por 14 ciudades europeas más este verano. Una oportunidad musical para sus fans y promocional para el Ayuntamiento de Madrid, que presumió de haberles diseñado una ruta de actividades imprescindibles por la ciudad. Así matan dos pájaros de un tiro: promueven el turismo madrileño y sacan pecho por haber conseguido el preciado –y millonario– contrato para acoger este inicio de gira de entre todos los posibles lugares de Europa (y de España).

Tal es la importancia de esta visita, que el Museo de Arte Moderno Reina Sofía abrió sus puertas el pasado martes solo para Mick Jagger y su equipo. El problema llegó cuando el vocalista del grupo subió una selección de fotografías a sus redes sociales donde se le ve posando frente al Guernica de Picasso, la joya del Reina Sofía. Las normas del museo prohíben a cualquier visitante fotografiarse con el cuadro, pero siempre hay excepciones.

Buena parte de las respuestas que ha recibido el tuit de Jagger hacen mención a este trato de favor, del que seguramente él permanezca ajeno. “Ventaja de semidios”, señalaban algunos. “A mí casi me arrancan la mano el día que intenté fotografiar al Guernica. Pero no soy Mick Jagger, claro”, decía otro usuario.

Fuentes del museo admiten a elDiario.es que se encontraron con la foto en el perfil del cantante y que, de momento, no piensan hacerse eco de la instantánea en sus propias redes. Aseguran que no se trata de una estrategia promocional, como la que hicieron en 2016 con el actor Pierce Brosnan. En ese caso fue la cuenta de Twitter del Reina Sofía la que posteó la foto –“Nuestro Guernica ha recibido una visita de cine”– pero las críticas tampoco se hicieron esperar y la institución emitió un comunicado.

“Se trata de una iniciativa que busca potenciar el conocimiento de la obra y del museo, tanto dentro como fuera de España, y de aprovechar la oportunidad que nos brinda que una persona del mundo de la cultura haya decidido visitar el Reina Sofía durante su estancia en Madrid”, decía la nota. Ahora, con Jagger, admiten que la promoción puede ser un efecto colateral, pero que nunca fue buscado. A pesar de que el Reina Sofía ha perdido la mitad de visitantes desde 2016, no han recurrido a la estrella del rock para paliar esta bajada.

La pinacoteca alega que la norma no se dictó para proteger la obra sino para mejorar la comodidad de los visitantes. Reconocen que la pintura no sufre porque las cámaras más frecuentes son las del móvil y no usan el flash. Tampoco es por una cuestión de derechos, ya que la obra es una de las más reproducidas en el imaginario y el espacio artístico español sin que ellos reciban ninguna compensación.

“Es una cuestión de la calidad de la visita, porque la gente se quedaba un cuarto de hora haciéndose fotos o los palos selfie daban a otra personas”, dicen estas fuentes. La imagen que describen es la que cada día se da frente a la Mona Lisa de Leonardo Da Vinci, en el Louvre. Decenas de personas apelotonadas frente al cuadro, sacando sus brazos entre las cabezas y luchando por posar junto a la musa del italiano. Tal es la aglomeración, que el pasado fin de semana el cristal que cubre la obra recibió un tartazo de un visitante sin que los vigilantes de la sala lo previniesen.

Jagger no tuvo este problema, ni lo fue para nadie más, porque la visita se realizó en privado para su equipo. Los acompañó el director de la pinacoteca, Manuel Borja-Villel. El museo también advierte de que cada día reciben millones de visitas y que no persiguen “a todo el mundo que se quiere sacar una foto”. Por eso, declaran, hay visitantes de a pie que también tienen su postal frente al Guernica y en el 90% restante del museo, donde sí están permitidas. “Intentamos no darle demasiada importancia”, dicen.

Esta sala del Reina Sofía también ha sido cedida en ocasiones para eventos, como el pasado Día Nacional de la Danza, donde la Compañía Nacional de Ballet realizó una performance frente al cuadro, o para visitas institucionales. El pasado octubre, la Comisión Picasso posó con ella y, en 2020, el presidente Pedro Sánchez la visitó junto a su homólogo italiano, Giuseppe Conte, y el museo dejó que los fotógrafos de La Moncloa inmortalizaran el momento.