El delito contra los sentimientos religiosos continúa estando presente en un contexto donde la fe se ha convertido en algo marginal para los jóvenes europeos. Los insultos de Willy Toledo a Dios y a la Virgen María y la procesión del 'coño insumiso' en Sevilla son dos ejemplos, pero no los únicos capaces de levantar ampollas entre los grupos católicos. En ocasiones, ocurre incluso cuando lo que se propone no es una crítica, sino una reflexión sobre las deidades en un mundo consumista y globalizado.
Es justo lo que sucede con la polémica exposición de The Plastic Religion, que reúne varias figuras de Barbie y Ken adaptadas a las distintas religiones del mundo. Juana de Arco, San Patricio, la Virgen de la Almudena, y hasta un Porsche pilotado por Buda, Krishna y Jesucristo. Todos ellos, obras de los artistas argentinos Emiliano “Pool” Paolini y Marianela Perelli, llegan ahora a La Fiambrera Art Gallery de Madrid donde se podrán ver de forma gratuita desde el 30 de noviembre, con una inauguración conducida por los propios creadores, hasta el 13 de enero.
“No buscamos criticar la religión, sino confundir. Entra aquí y, si quieres, enójate. Puedes creerte que esto es la obra más anarquista del mundo, pero sería tu lectura”, aclara Pool. Aun así, la muestra tampoco queda exenta de controversia. Por ejemplo, en 2014 los autores tuvieron que suspender la presentación de Buenos Aires después de recibir diferentes amenazas por alterar a Difunta Correa, una figura venerada popularmente en Argentina.
“Todo el escándalo también fue por un tema de licencias. Se quejaron de que no podíamos hacer la exposición si antes no pagábamos”, lamenta el artista, quien añade que “es como si a Warhol le hubiera pedido permiso a Coca Cola para hacer las Latas de sopa Campbell”.
Paradójicamente, el altercado sirvió para que Pool&Marianela llegaran hasta medios de comunicación como la BBC, donde adquirieron fama mundial. Desde entonces, han expuesto sus muñecos en el Museo de Artes Decorativas del Louvre, han enviado algunas al museo Mattel, la empresa de Barbie, y hasta llegaron a dar una de ellas al mismísimo papa Francisco en el Vaticano. “Cuando la cogió dijo que era hermosa. Le encantó y se le notó”, recuerda Marianela.
Para evitar que el debate se convierta en discusión, los creadores argentinos no hacen representaciones del judaísmo, de los musulmanes y de Dios. Pero, ¿qué ocurre con los Testigos de Jehová, que no utilizan imágenes para adorar a Dios? “Entonces también tendrían que reclamárselo al Papa que vive en un lugar lleno de imágenes. O venir a la Almudena a quejarse”, responde Pool.
El resto de elementos que podrían encontrarse en una santería están en Plastic Religion, pero tras pasar por un peculiar proceso. “Todos se enojan, pero luego compran en cualquier lugar una virgen y nadie se fija en la calidad de cómo está hecha”, reprocha Marianela. Pool, en la misma línea, destaca cómo “una mujer de una santería en Italia habla mal de nosotros y luego tiene unas Santa Lucía que son espantosas, que son invendibles, y sin embargo comercializa con ellas”.
De hecho, Pool admite ser “una persona de extrema fe”, ya que está “lleno de tatuajes de San Cipriano”, dice mientras muestra los dibujos. Aun así, reconoce que la peor parte de la fe es que esta “se encuentra privatizada”, como si solo pudiera ser vista de la manera en la que dicta una institución. “Rezarle a la Virgen de la Medalla Milagrosa es como rezarle a una empresa, como Orange o Vodafone”, añade. Unas “empresas” que, además, rivalizan entre sí: “Es el proto-Instagram de a ver quién tiene más seguidores, si la virgen de San Nicolás o la Virgen de Luján, para vender más figuritas y tener más mercado”, considera.
Pool&Marianela manifiestan esta tendencia en clave de humor, como si aplicaran el filtro pop y millenial a los santorales tradicionales. Además, la muestra madrileña está seleccionada especialmente para la ocasión y han incluido a la Virgen de la Almudena o a San Pancracio. “Hasta hemos conseguido una peseta agujereada para ponérsela”, señala Pool entre risas.
Tomad y bebed de una tarta de chocolate
El trabajo de los dos creadores es frecuentemente comparado con el de León Ferrari, señalado como “el artista blasfemo” por el papa Francisco. Sin embargo, estos recalcan que son justo “lo opuesto”, ya que no pretenden “irritar” al espectador. No obstante, a veces no todos los visitantes opinan lo mismo.
Una de sus últimas performances, realizada en mayo en la Feria de Arte Contemporáneo, consistió en repartir trozos de una gran tarta con la forma de Jesucristo. Se trataba, como Pool&Marianela la definen, de “una eucaristía a través de los ojos de un niño de 11 años”. En ella participó hasta el ministro de Cultura de Buenos Aires, Enrique Avogrado, provocando así un gran revuelo que acabó con la disculpa en público del político. “Es una cover. Cristo dijo: 'es mi cuerpo, tomad y bebed todos de él'. La gente que se quejó luego va todos los domingos a comerse la hostia en misa”, considera Pool.
Los artistas recalcan que se muestran contrarios a “los conflictos” y “los insultos”, razón por la que dicen no estar de acuerdo con las formas de Willy Toledo. Aun así, añaden que “la justicia debería estar aislada de esto”. Pasa lo mismo con las tres mujeres del 'coño insumiso': “Es difícil entender que en el mundo de hoy se juzgue gente así”, se pregunta Marianela.
A Pool, por su parte, también le cuesta entender la decisión judicial: “La Virgen María tiene vagina, Santa Rita ha tenido vagina y ha parido tres niños. No entiendo por qué el pene y la vagina no están permitidos pero luego sí estamos a favor de ver a alguien que murió torturado. El foco está mal puesto”. Porque, en ocasiones, ni el plástico se libra del supuesto delito contra los sentimientos religiosos.