Picoteando por PhotoEspaña

Enfrentarse a Photoespaña no es una tarea sencilla. Hay una sección oficial, que este año va de Hispanoamérica -así, en general-, unas cuarenta galerías que se apuntan, exposiciones fuera de Madrid, premios, actividades varias… Un no parar y, lo que es peor, cuando el calor arrecia en la ciudad y esto sucede de una a otra esquina de la misma.

No vamos a hacer una guía del buen photoespañista aconsejando calzado cómodo, botellita de agua, gafas de sol y buena disposición para recorrer, yendo y viniendo, la ciudad de Madrid. No estamos en un igualitario festival pop y habrá quienes, en su calidad de coleccionistas VIP, serán transportados de un lugar a otro, quienes pueden saltar de taxi en taxi, quienes vayan en bicicleta y quienes piensen hacer uso intensivo de su Abono Transportes y de sus pies. Cada cual ya sabe.

Lo que vamos a inventar es señalar algunos puntos de interés para acompañar a una amiga imaginaria (o amigo, tanto da) entusiasta e interesada, que está unos días en Madrid y que le apetece echar uno de ellos en ver fotos. No es fácil, no, pero allá vamos.

Empecemos por los santones imprescindibles. Tenemos por ejemplo a Chema Madoz (Madrid, 1958) en Alcalá 31, un hombre premiado, reverenciado y digno de todo el respeto. Si uno comparte su visión poética de la fotografía, que bien puede ser el caso. También está Korda (alias de Alberto Díaz Gutiérrez (Cuba 1928 – 2001)) en el Museo Cerralbo, autor de la fotografía más icónica del Che Guevara, pero cuyo mayor interés sería contemplar cómo pasó de fotografiar bellezas publicitarias a milicianas castristas, igual de guapas, eso sí. Hay poco de esta comparación, ha de decirse. Y en las privadas tenemos con Axel Hütte (Alemania, 1951) a un peso pesado alemán en Helga de Alvear. Aunque sea en una galería, la exposición tiene carácter casi retrospectivo, lo cual se agradece en este entorno.

Podría incluirse aquí a Nigel Parry (Escocia, 1969) en Spanmedia, uno de los retratistas de mucha actualidad y que cuenta en su carpeta con prácticamente todas las celebridades del día. Esto siempre ayuda. Y puestos a permanecer en las islas, está Paul Graham (Inglaterra, 1956), un fotógrafo que optó desde sus comienzos en los 80 por el formato del libro y la libre creación. Y al cual le ha ido muy bien. En Elba Benítez, por cierto

Es obligado y más que lógico mencionar el apartado periodístico, felizmente incluido en estos festivales de manera natural. Por ejemplo Colita (Isabel Steva, 1940), una de las fotógrafas clásicas de la Transición que fotografió mucho más allá de su mascaron de proa político expone en la galería Fernandez Braso. Enrique Meneses (1929) también pertenece al ámbito fotográfico de Colita. Pero esta vez como un reportero incansable que cubrió todo tipo de situaciones y seguramente debió conocer a Korda cuando pasó temporadas con el castrismo, aún en Sierra Maestra.

Hay un apartado que a la amiga imaginaria podría interesarle: la arquitectura, ese lugar donde la fotografía se enfrenta a lo pasajero, no del objeto, sino de lo cuanto le rodea. Por ejemplo, en el Museo ICO se muestra Construyendo mundos. Fotografía y arquitectura en la era moderna, organizada por el Barbican de Londres y que solo con leer los nombres (Berenice Abbott, Walker Evans, Lucien Hervé, Ed Ruscha, Bernd y Hilla Becher, Stephen Shore, Thomas Struth, Hiroshi Sugimoto, Luisa Lambri, Andreas Gursky, Bas Princen, Nadav Kander o Iwan Baan entre 18 artistas y 250 fotos) ya parece interesante y bien dirigida. El enfoque en la Biblioteca Nacional en Mirar la arquitectura. Fotografía monumental en el siglo XIX, no tiene nada que ver, lo dice el mismo título. Pero comparar ambas aproximaciones puede ser un ejercicio estimulante y curioso.

Y qué pasa con lo de Hispanoamérica

La verdad es que no hay una respuesta unívoca y clara. La intención es mostrar en España, vía oficial o galerística un panorama amplio de la fotografía en una zona geográfico-cultural enorme y diversa. La desventaja del planteamiento es que, en términos generales, la mayor parte de los fotógrafos son bastante desconocidos aquí. Se trataría de un paseo de descubrimiento y posible revelación, más que de uno de confirmación o ampliación de lo conocido. Hay muchísima oferta, desde clásicos como Tina Modotti, Carlos Herrera, Manuel Carrillo, Martin Chambi o Pedro Luis Raota, hasta gente menos conocida como Jorge Panchoaga (Colombia, 1984), Rafael Díaz (El Salvador, 1972) que tiene muy buena pinta.

Queda un montón por indicar, solo en Madrid. Pero a todo esto y como se indicaba arriba, no es imprescindible viajar a la capital para tener un trocito de Photoespaña. Hay exposiciones oficiales en Zaragoza, Móstoles, Cuenca, Alcobendas (con siete, que no son pocas) o Bilbao. Además hay sedes invitadas, tipo Institutos de Cultura italiano, francés o alemán e incluso sedes invitadas en el extranjero como Sao Paulo, Bogotá. Lisboa, Panamá… Y actos, cursos y concursos… Un exceso de oferta podría decirse. Incluso llega uno a recordar aquella sentencia de Bruce Nauman cuando dijo aquello de “La Documenta (de Kassel) es algo demasiado grande como para tomárselo en serio”. Pero bueno, al menos la amiga imaginaria tiene donde picar. De vacío no va a volver.