El otoño llega a Madrid y Barcelona cuando las galerías de ambas ciudades retoman sus faenas en sendos fines de semana, ya pequeños clásicos, llamados Apertura y Gallery Weekend, respectivamente. El de Madrid tiene lugar del 14 al 16 de septiembre y el de Barcelona, del 28 del mismo mes al 1 de octubre. Más que ponerse de largo, las cuarenta y seis galerías que inauguran al mismo tiempo adoptan un tono arreglado pero informal, con la esperanza de que el llamamiento conjunto les proporcione la visibilidad, el dinamismo y las visitas de las que adolecen el resto del año. La idea se ha validado en siete años de práctica y Apertura, a la que suele acompañar el buen tiempo de septiembre, se ha convertido en un pequeño acontecimiento social.
Como ya viene siendo habitual y es algo que sigue sorprendiendo, en los papeles oficiales vienen las galerías y qué artista o artistas presentan, pero no sus direcciones. No es complicado encontrarlas: todas las galerías tienen su página web. Pero francamente, si uno se va a lanzar a la calle es probable que prefiera tenerlo todo claro y en un solo lugar, preparar un itinerario y, una vez decidido este, tener a mano la dirección de cada galería. En fin, que aunque vaya a tener un breve pero intenso reflejo en medios generalistas, Apertura parece dirigirse a los 500 del arte, a sus parroquianos habituales. Y a los potencialmente interesados pero externos no se les facilita traspasar esa barrera invisible.
[Actualización: Con posterioridad a la aparición de este artículo, ArteMadrid editó una guía con direcciones y horarios disponible para los visitantes]
Para los no familiarizados, decir que en la primera de las zonas de Madrid donde se produce Apertura, la actividad se resume en recorrer arriba y abajo la antaño muy poco célebre calle del Dr. Fourquet, donde ahora se agolpan 16 galerías. Hace menos de 20 años, Dr. Fourquet no existía más que para quienes vivían en ella. Ni llevaba a ninguna parte ni había en ella gran cosa de interés. Por no tener, apenas tiene bocacalles. Sin embargo Apertura es uno de los pocos eventos que obligan a dejar el coche y a practicar algo que tiempo atrás fue muy característico de la ciudad: pasear encontrando conocidos y menos conocidos con la idea de enrollarse a cada poco, pasarse noticias y rumores, hacer alguna cábala de futuro y continuar el paseo.
El paseante de Apertura es algo especial, bastante homogéneo en lo social y poco o nada en lo económico. Y es que entre los artistas, los que exponen y los que no, una pequeña muchedumbre de críticos, altos cargos de instituciones y un número indeterminado de esa rara especie llamada coleccionista, no hay grandes diferencias en cuanto a estatus profesional (casi el 100% son universitarios). Sin embargo la distancia económica puede ser sideral, de la mayor riqueza a la mayor lampancia. Pero así son los mundillos, reproducciones sectoriales del mundo en general, donde sigue habiendo clases.
Todas las que no son Apertura
AperturaYendo a lo concreto, no todas las galerías de Dr. Fourquet participan oficialmente de este Apertura, aunque todas inaugurarán el día 14. Tal vez las más notables según se baja la calle pueden ser: Nogueras Blanchard, Bacelos, Maisterravalbuena, Helga de Alvear, Moisés Pérez de Albéniz, Alegría, la muy nueva F2 o Marta Cervera. Dos galerías reconocidas como Espacio Mínimo, García Galería, no figuran en la relación oficial y el Espacio Cruce tampoco, pero como único lugar realmente alternativo en esa calle, merece la pena ser visitado. Aparte de arte tienen libros, por ejemplo.
La otra zona con alta densidad galerística tiene mas tradición y se centra en torno a la Plaza de Colón. Allí se encuentran Max Estrella, Freijo, La Caja Negra, Juana de Aizpuru, Marlborough, Fernando Pradilla, Heinrich Erhardt o Rafael Pérez Hernando, aunque aquí también hay otras muchas que no aparecen en el listado oficial pero tendrán abiertas sus puertas. Esta zona de Colón tiene un carácter ligeramente distinto a Dr. Fourquet. El hecho de que allí se trate de una sola calle y aquí de muchas, implica que el carácter de ambos recorridos es algo diferente: más encuentro fugaz aquí, más puramente callejero allí.
Quedan aún galerías sueltas que merecen la pena, como la Twin Gallery, toda solitaria en la calle de San Hermenegildo, pero son pocas. Los dos sectores de la ciudad mencionados es lo que hay, habiendo abandonado el arte de nuestros días el otro barrio galerístico clásico: Salamanca. Allí, entre galerías más bien dedicadas a la pintura más o menos figurativa, Guillermo de Osma mantiene el estandarte de lo que suele conocerse como arte contemporáneo.
¿Qué hay de los artistas?
Los hay muy buenos aunque pocos sean conocidos más allá de los círculos profesionales. Lo cual es bastante lógico: no se puede pretender que haya, al mismo tiempo, más de medio centenar de primeros espadas cuando en primer lugar no hay tantos primeros espadas. Por cierto y para las estadísticas, en las 46 galerías oficiales, se presentan 7 mujeres, un 15%.
Entre los nombres reconocibles están Alfonso Albacete, Los Torreznos, Juliao Sarmiento, Óscar Seco, Vik Muniz o Miki Leal, e incluso algunos fallecidos como Pablo Palazuelo, Maruja Mallo o Manuel Rivera. Lo cual plantea de nuevo lo que tiene de contemporáneo bastante Arte Contemporáneo.
Pero en realidad, lo entretenido es ir a descubrir cosas. En arte, como en libros, películas o música solo interesará un parte muy pequeña de la oferta. Y lo que a una gente le gusta, a otra no. Así es la vida. Por otra parte y aunque tal vez no sean los mejores días por el jaleo, las galerías están llevadas por personas atentas y muy dispuestas a explicar lo que se desee.
Otro problema es que, una vez superada la crisis por el sector económico que nutre el mundo galerístico -si alguna vez la padeció-, el mundo del arte institucional no está en su mejor momento. Ya se verá de qué modo eso se proyecta en el amplio mundo del arte, donde solo un 15% de los artistas profesionales puede vivir exclusivamente de esa profesión. Pero si el fin de semana no se pone en plan simbólico y empieza a llover, Apertura es una buena ocasión para ver lo que hay en olor de multitudes llevaderas.