Málaga, 12 mar (EFE).- La actriz Blanca Portillo asegura que, conforme ha avanzado su carrera, no ha ido “ganando en confianza”, sino que ha “ganado en pánico”, y se siente “asustada” cuando va a afrontar cualquier proyecto, tanto en el teatro como en el cine o la televisión.
“Me siento igual de incómoda en todas partes. Mis niveles de pánico han llegado a unas cotas que tendría que mirarlas un médico”, ha afirmado Blanca Portillo, que este domingo recibe el Premio Málaga en el Festival de Cine en Español de esta ciudad.
Cuando ve el piloto rojo de la cámara se “asusta”, porque la cámara “entra hasta el fondo y no es un espectador que está a unos metros”, y esto le da “pánico y terror”.
“Alguien me dijo que, en vez de ponerlo en contra, no le tuviera miedo e intentara seducir a la cámara, porque si la enamoras ella te va a seguir. Intenté ponerla de mi parte y ser siempre lo más honesta posible, porque cuando no lo eres canta 'La Traviata', se ve todo. Cuando lo que has hecho no está bien, el cine tiene el problema de que queda para siempre”.
No le gusta ver sus películas hasta que están terminadas porque cuando hace un personaje quiere “desaparecer” y “esconderse detrás”, y nunca sabe “si lo que se está viendo es a Blanca Portillo haciendo una cosa o a ese personaje”.
Ganó el Goya con “Maixabel”, una historia “que no es ficción, que ocurrió de verdad y con una protagonista que está ahí, que es a ella a quien le asesinaron a su marido”.
“No siento que 'Maixabel' haya sido solo un trabajo profesional, sino un viaje vital, un viaje íntimo y personal”, que hizo además a las órdenes de Icíar Bollaín, “una genia y una mujer con un corazón y una inteligencia cinematográfica impresionantes”, por lo que está “guardado ahí” para el resto de su vida.
Sobre su trabajo junto a Pedro Almodóvar, asegura que ha sido “inmensamente feliz”, porque le “encanta” que le “expriman” y le gusta encontrar un director “que dirige con una precisión tan grande y que te pone al límite de tus posibilidades”.
“Él busca, exige y tiene una sensibilidad muy especial. Detecta muy bien lo que te está pasando por dentro, no deja cabos sueltos y construye los personajes muy bien. Con él he podido desarrollarme y crecer como actriz, y he tenido el privilegio de verle dirigir, crear, como si estás al lado de Picasso y le ves pintar, es estar junto a un genio”.
Otro de sus trabajos más destacados en el cine fue interpretar a un hombre, Fray Emilio Bocanegra, en “Alatriste”, y para Blanca Portillo “lo importante es que había un hombre que había decidido que el personaje lo hiciera una mujer, esa es la valentía”, en alusión al director de la película, Agustín Díaz Yanes.
“Cuando me vi vestida de Fray Emilio fue duro, y ahí estuvo Viggo Mortensen cuidando de mí como no me ha cuidado nadie en la vida”, recuerda la actriz. EFE
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