Esta canción va sobre ti

Se llamaba Deborah pero el nombre no cuadraba con su aspecto. Fue la primera chica de la clase a la que le crecieron las tetas. Sus madres decían que Jarvis y ella se casarían pero no pasó, así que quedaron en encontrarse en la fuente al final de la calle en el año 2000. Ahora ya sabemos que la canción Disco 2000 de Pulp, nostálgica y agridulce a partes iguales, en realidad terminaba mucho peor, con la muerte real de la protagonista tras una larga batalla contra un cáncer de médula ósea.

Cuando comenzó a circular la noticia esta semana, las redes se llenaron de una suerte de consternación simbólica para todos aquellos que habían bailado la canción de la encarnación del primer amor platónico. Porque Deborah existía, se llamaba Deborah Bone y, como en la canción, se había casado y había tenido hijos. La protagonista y su vida real hacían añicos la continuación inmortal de un estribillo.

Como Deborah, hubo otras. ¿Qué fue de esas mujeres que, en algún momento u otro, inspiraron historias musicales coreadas por muchos? ¿Dónde están ahora después de quedar congeladas para la posteridad?

Jane Says

Jane SaysJane pregunta por su peluca. Jane ha dejado a Sergio, su novio, y se va a mudar a España, donde podrá ganar más dinero. Jane dejará las drogas mañana, seguro, mañana. Si ha habido un grupo que haya tomado prestada la vida de una persona para su estrellato, ese fue Jane Says, de Jane's Addiction, hito de lo que se llamó pre-grunge allá por 1987.

La canción está basada en Jane Bainter, la compañera de piso del cantante Perry Farrell, y su adicción a la heroína. ¿Sólo la canción? No, también el nombre del grupo, e incluso su logo, que no es ni más ni menos que la firma de Bainter. La historia real de Jane fue menos sórdida que la canción: dejó las drogas, logró llegar a España, volvió a Los Angeles y en la actualidad trabaja en la universidad como terapeuta.

No distance left to run

No distance left to runLa canción no lleva su nombre, ni falta que hace. El álbum entero -13- está dedicado a la ruptura de Damon Albarn con Justine Frischmann, líder también de Elastica, la banda fetiche del britpop. Si en discos anteriores había proclamado su amor por una mujer que se le escapaba de las manos, aquí se resigna y le pide: “Si nos cruzamos, por favor, date la vuelta. No quiero verte porque sé con qué sueñas”.

Así, a Albarn no le gustará saber que Frischmann probablemente sueña con los paisajes de Colorado, y los cuadros de su galería en San Francisco. Tras ser considerada la musa del Londres noventero, Frichmann desapareció de la escena musical y se matriculó en una universidad dedicada a las artes visuales en Estados Unidos. Allí conoció a su marido, un profesor. En la actualidad es pintora de éxito.

Suzanne

SuzanneSuzanne te lleva al río, vestida con harapos y entre algas te ofrece té y naranjas y tú sueñas con los barcos y la bahía y demás. Leonard Cohen tuvo varias musas -quizá, la más conocida sea Marianne Ihlen, con quien compartió vida y que recientemente escribió su propia historia más allá del músico-, pero ninguna tan etérea como Suzanne Verdal.

La canción se basa en la novia del escultor Armand Vaillancourt, con quien Cohen compartió tardes tranquilas de charla y poco más. Verdal, que aparecía retratada como un poco alocada y soñadora, fue coreógrafa y masajista durante décadas hasta que un accidente la dejó postrada y sin ingresos en Santa Monica, California. En la actualidad vive en una caravana, prácticamente en la indigencia.

Sweet Caroline

Sweet CarolineLos buenos tiempos nunca fueron mejores que en aquella época, dulce Caroline. La canción de Neil Diamond, carne de karaoke en la película Beautiful Girls no tenía una inspiración clara, o al menos su compositor no se decidió a revelarla hasta hace muy poco.

La musa del tema fue nada menos que Caroline Kennedy, la hija del presidente estadounidense John F. Kennedy, a quien el músico vio en la portada de la revista Life, montando a caballo... a la edad de cuatro años. Así, las “manos que tocan manos, tocándome, tocándote” adquieren un significado un tanto inquietante. Caroline Kennedy es actualmente embajadora de Estados Unidos en Japón.

My Sharona

My SharonaLa canción que nunca termina. Cuando suena My Sharona, además de reconocer de inmediato sus acordes, uno debe recordar inmediatamente que es una canción que no acaba jamás. Cuando parece que el estribillo ya no puede regresar, ahí está Sharona, una vez más.

¿Pero quién es la querida Sharona de la canción de The Knack? En su momento, Sharona Aperin, una chavala de 17 años de la que se prendó el cantante Doug Fieger. En la actualidad, una de las más exitosas empresarias del sector inmobiliario de California.

Peggy Sue y Peggy Sue Got Married

Peggy SuePeggy Sue Got MarriedLa rubia Peggy Gerron iba al instituto con Buddy Holly y salía con el batería de los Crickets Jerry Allison. Tras una pelea de novios, Allison pidió a Holly una canción para reconquistarla, y de allí surgió el primer éxito. Tras casarse con Allison, inspiró la secuela, que también daría título a la película de Francis Ford Coppola.

Curiosamente, la vida de Peggy Gerron parece haberse contagiado de su propia ficción: tras separarse de Allison, se hizo higienista dental y ayudó a crear el negocio de fontanería de su segundo marido, en una especie de paralelismo con el personaje de Nicholas Cage, que vendía retretes. En la actualidad presenta un programa de radio.

 

Paloma

Paloma“No hay pájaros en el nido, dos ilusiones se irán a volar pero otras dos han venido”. Las ilusiones que van y vienen bien podrían ser las jóvenes que transitaban la vida de Andrés Calamaro cuando comenzó a componer el que sería uno de sus discos estrella, Honestidad brutal.

En un concierto en Santa Rosa, Argentina, una estudiante de arqueología llamada Paloma, vestida enteramente de cuero, fue invitada al backstage. Al día siguiente, en el autobús de gira, Calamaro escribía Paloma. Con el tiempo, la chica confesaría que solamente se fue con él porque estaba despechada porque su novio la había dejado por otra y que ella más que fan de Calamaro “siempre fue más de Los Rodríguez”.