“Los Caprichos” de Francisco de Goya y la reinterpretación que hizo de ellos Salvador Dalí se han reunido, por primera vez, en una exposición, formada por el medio centenar de dibujos que el pintor catalán realizó de esa serie que el aragonés pintó a finales del siglo XVIII.
“Dalí sueña los caprichos de Goya” es el título de esta exposición, inaugurada hoy en Logroño y que, según su comisaria, Dolores Durán, es única, ya que es la primera vez que se muestran juntas obras de los dos pintores referidas a “Los Caprichos”.
Parte de estos dibujos de Dalí se han visto, hace una década, en España, en Madrid, Barcelona y la Fundación Dalí de Figueras; y, después, en Estados Unidos y en México, aunque nunca junto a grabados originales de Goya, ha subrayado la comisaria.
Los dibujos que se exponen de Dalí forman parte del fondo de un coleccionista mexicano, y los siete grabados originales de Goya han sido cedidos por diferentes propietarios.
“Los Caprichos” son la primera serie de grabados de Francisco de Goya, realizados entre 1796 y 1799 y centrados en “los vicios y los desaciertos humanos”, según él mismo dijo en su tiempo, ya que tratan temas como la vanidad, el sexo, la mentira, la ignorancia y las costumbres de su época, ha recordado Durán.
Ha añadido que Goya, que “ya era un hombre maduro, sordo y que tenía pocos encargos”, realizó una serie de unos ochenta “Caprichos” y “no tuvo demasiado éxito en su venta”, por lo que regaló a la Corona la mayoría y las planchas que utilizó.
En esta serie de “Los Caprichos”, Goya representó, ha dicho, “de una forma totalmente gráfica, el paso de la pintura figurativa, que hasta el siglo XVIII buscaba representar la belleza”, a “un arte contemporáneo, en el que se refleja la sátira y la fantasía”.
Por ello, según la comisaria, Dalí admiraba a Goya y decidió hacer “una reinterpretación surrealista” de “Los Caprichos” entre 1973 y 1977, a los que aportó el color y “sus propios elementos, como los relojes blandos, la perspectiva profunda o las escenas sexuales”.
Dalí utilizó esta serie para introducir referencias de su visión de otros pintores, como Cezanne, Millet y Velázquez; y también de su interés por descubrimientos del siglo XX, como la mecánica cuántica.
Además, Dalí reescribió las leyendas con las que Goya acompañaba cada uno de sus grabados, ya que, por ejemplo, el “Si amanece nos vamos”, del pintor aragonés, pasó a ser “Si amanece nos quedamos”, bajo la visión del catalán, ha indicado Durán.
Sin embargo, ha explicado que Dalí sí respetó por completo el título del “Capricho” número 43, “El sueño de la razón produce monstruos”, dado que esta estampa es considerada como un claro antecedente del surrealismo.