Annette Bening y cómo ser madre soltera en la Norteamérica de 1979
Mujeres del siglo XX es una comedia dramática que estuvo nominada a Mejor Guión en la pasada edición de los Oscar. También pasó por los Globos de Oro, donde optó al premio de Mejor Película musical o comedia y Annette Bening estuvo nominada por su interpretación. El plantel de actrices de este film va desde jovencísimas estrellas en eterno auge como Elle Fanning a consagradas del cine independiente norteamericano como Greta Gerwig. La protagonista es una soberbia Annette Bening dirigida por el reconocido Mike Mills que también firmaba un guión de tintes autobiográficos.
Nada de esto parece haber sido suficiente para que alcance a verse en un solo cine de nuestro país. Y no es la primera vez que hablamos de lo inescrutables que son los caminos de la distribución cinematográfica. Por suerte, no es imposible disfrutar de ella: un acuerdo de Sony con las tiendas Fnac ha rescatado la película en formato doméstico, junto a otra que -casualmente-, también habla de mujeres, Certain Woman: vidas de mujer de la escritora y directora Kelly Reichardt.
Puede parecer osado afirmar que las historias de mujeres complejas, contradictorias, ambiciosas y feministas siguen sin interesar a quien decide lo que se ve en nuestras pantalla. Pero la cuestión está ahí mientras Wonder Woman hace taquilla.
Una mujer real, ficticia y todo lo contrario
Mujeres del siglo XX narra la adolescencia de un chaval de Carolina del Norte, trasunto del propio director, criado por una madre soltera de más de cincuenta años. Ella es Dorothea y es el centro de todo el relato, visión de una mujer que intenta comprender cómo cambia la sociedad que la envuelve y cómo eso se contradice con los valores del mundo en el que ha forjado su personalidad. Su idea de mujer.
Annette Bening interpreta así no a una sino a muchas mujeres que a finales de los setenta vieron como Norteamérica cambiaba de arriba a abajo. Un papel que la Alliance of Women Film Journalists tuvo a bien premiar por desafiar el estereotipo de madurez hollywoodiense y la discriminación por la edad que representaba su composición del personaje de Dorothea.
“Yo también crecí en California del Sur en esa misma época, así que personalmente tenía muchas cosas en común con ella”, cuenta la misma Benning a eldiario.es. Mike Mills pensó directamente en ella para interpretar a Dorothea y le hizo llegar el guion. “Entonces lo leí, quedamos para conocernos y empezamos a hablar de su madre, de su vida y de su historia”.
La madre del realizador no es solo la razón de ser de Mujeres del siglo XX, también es el motivo que empujó a Bening a interpretarla. “Estoy acostumbrada a hacer la investigación de un personaje por mi propia cuenta pero esto era distinto”, cuenta. “Hablé sobre ella con Mike durante días y también la descubrí a través de los ojos de su hermana. Ella me contó que tenía mucho en común conmigo, y su visión sobre cómo era variaba significativamente a la que tenía su hijo”.
El carácter autobiográfico del relato de Mike Mills nos hace pensar que existe poco margen para la aportación personal del intérprete sobre el personaje: “Hacíamos las escenas exactamente como estaban escritas hasta que él decía: 'ahora hazlo con tus propias palabras'. Así que el resultado es una mezcla”, afirma. “Yo diría que alrededor del veinte por ciento de la película es improvisado: fragmentos y frases de diálogo que surgieron en el set y que se dejaron en el montaje”, explica la reconocida actriz.
Norteamérica, punk y feminismo
En 1979, el entonces presidente de Estados Unidos Jimmy Carter pronunció un discurso televisado que ha pasado a la historia como uno de los momentos más crudos de la política norteamericana contemporánea. El conocido como 'discurso del malestar', enfrentó al demócrata con lo que calificó de una crisis de valores que el electorado arrastraba desde las muertes de miles de norteamericanos anónimos en Vietnam hasta otras más célebres como las de los Kennedy o Martin Luther King. Un clima que se acentuaba con la segunda crisis del petróleo y los últimos coletazos de las consecuencias del Watergate.
Pues bien, en determinado momento, este discurso es visto en un televisor por todos los protagonistas del film en una escena que sintetiza, por sí sola, las contradicciones internas de la clase obrera estadounidense de los setenta. En ella, los más jóvenes coinciden en afirmar que Carter la ha pifiado, mientras que Dorothea asegura que es el discurso más bonito que ha escuchado pronunciar a un presidente. “Creo que estamos empezando a entender ese momento en la historia política de nuestro país”, dice Bening sobre esta escena.
“Todos empezamos a ver quién era Jimmy Carter y qué representaba gracias a la perspectiva que da paso del tiempo. De hecho, conocí a una persona que estuvo en aquella administración y recuerdo que me contó el impacto que tuvo dentro de la Casa Blanca. Después, todo se fue al garete y Carter despidió a la mitad de su gabinete pero me gusta cómo Mike reivindicó ese discurso”, explica la actriz.
En su opinión,“si lo escuchas ahora con Trump de presidente, es una experiencia notable”. “Una vez elegimos a un comerciante de cacahuetes como presidente. Ahora tenemos a este empresario multimillonario como presidente... Es fascinante ver de dónde venimos”, reflexiona la actriz.
Un momento clave en un filme más centrado en retratar el cambio generacional de una época que en narrar una historia con su introducción, nudo y desenlace. Por eso su representación cultural combina hitos culturales que van desde lecturas feministas como Sisterhood is Powerful a piques entre los Black Flag y los Talking Heads.
Todo para retratar a una mujer que quiere entender a una juventud que no hace nada por entenderla a ella. “Comencé a ver esas contradicciones mientras trabajaba en Dorothea. Su educación le ha dicho que la gente es de una manera o de otra. Pero cuando descubre que no es así, todo cambia. Ser capaz de dramatizar eso sin que resulte un personaje confuso es el truco”, explica Bening. “Las contradicciones y la ambigüedad son oro para un intérprete: ahí es donde todo se hace real en uno mismo”.
Para ella, esa mirada al alma humana, discretamente filmada por Mills, es lo que convierte este retrato de una madre soltera y norteamericana en un relato universal. “Supongo que la mayoría de las historias que nos golpean más profundamente son realmente sobre la familia. En este caso hablamos de la increíble conexión entre madres e hijos. Esa relación simbiótica es un misterio”, explica.
A veces, conocer a tus padres es el camino para conocerte a ti mismo: “Siempre estamos intentando comprender a los demás y eso pasa por conocer de verdad a nuestros padres. Comprender a quién amas para conocerse a uno mismo. Eso es universal”.