Las salas de cine siguen cerradas. Para volver a ellas tendremos que esperar a que nuestra provincia esté en la fase dos del plan de desescalada. Y no solo eso: tendremos que tener una butaca preasignada y las salas solo podrán llenarse hasta un tercio de su aforo, aunque se está trabajando para que esta última limitación se amplíe como pasó con las terrazas de bares y restaurantes.
Pero eso no significa que no podamos ir al cine. Existe una alterantiva de ocio cinéfila que puede ofrecerse ahora mismo, que cumple con los requisitos de distanciamiento —de hecho, siempre lo ha hecho—, y que está considerado como espectáculo al aire libre: los autocines.
Quedan siete de ellos repartidos por todo el país. Han resistido muchos años de competencia de los multisalas y estacionalización del público en verano. Ahora, sin embargo, le han tomado la delantera a los cines convencionales por fuerza mayor. Algunos se preparan para abrir esta misma semana en provincias y áreas sanitarias que ya están en la Fase 1 de la desescalada. Otros ya tienen programadas proyecciones y eventos para cuando lo hagan sus respectivas zonas.
Al cine sin estrenos y con poca restauración
“Si se nos considera espectáculos al aire libre entonces significa que podemos abrir a partir de la Fase 1”, cuenta Carlos Miralles, fundador y gestor del Autocine Drive-In de Dénia, que será el primer cine en volver a proyectar desde el cierre por el estado de alarma. Lo harán este jueves 14 de mayo gracias a que su área sanitaria ya está en la fase adecuada, tras consultar con el Ministerio de Cultura y el Institut Valencià de Cultura para que le confirmasen que podía reabrir.
Eso sí: con las limitaciones contempladas para los espectáculos al aire libre. Menos de doscientas personas, siempre y cuando sea sentado y manteniendo las distancias de seguridad. “Es decir, lo que hemos hecho siempre”, remarca el gestor del autocine valenciano.
¿El problema? Que no hay estrenos. No hay películas nuevas que proyectar. La actividad de la distribución y exhibición cinematográfica se encuentra parada y afronta dudas serias sobre la desescalada.
“Nosotros tenemos previsto abrir cuando Madrid entre en la Fase 1, pero no tendremos estrenos comerciales hasta nuevo aviso”, cuenta Cristina Porta, cofundadora y Ceo de Autocines Madrid RACE. “Vamos a recurrir a cintas de archivo, películas clásicas y antiguas. Durante todo junio estaremos con esta programación”, suponiendo, claro está, que Madrid pueda pasar de fase por entonces.
Su primera elección: Grease, todo un clásico que tiene un significado especial para Porta y el resto del equipo del autocine madrileño. “Inauguramos este proyecto con Grease, y solemos ponerla un par de veces al año a petición popular, porque siempre funciona súper bien. Además creemos que la temática, que es jovial, alegre, nos puede hacer olvidarn a todos este mal rato que estamos pasando”.
“Muchas gente que ahora se ha quedado en casa, se ha dado cuenta de lo difícil que es, ante tantísima oferta, escoger la película adecuada para el momento adecuado. Nosotros hemos decidido que sea el espectador el que nos diga qué quiere ver”, cuenta Miralles por su parte.
El Autocine Drive-In de Dénia ha reaccionado a las dificultades con lo que llaman una especie de “autocine bajo demanda”: han puesto en marcha una serie de encuestas en su página de Facebook en las que el público vota de una lista, las películas que quiere ver. Las ganadoras de esta semana han sido Minions y Jurassic Park, que se proyectarán en doble sesión este jueves.
Otra pata esencial para la rentabilidad económica de estos proyectos culturales es el servicio de restauración, que va más allá de las palomitas de un cine convencional. Suelen contar con restaurantes y bares en los que la cena forma parte esencial de la experiencia del autocine.
“Hemos limitado el contacto al máximo. La comida se pedirá con antelación por teléfono y la recogerá el público a través de una barra con mampara que habilitaremos”, explica Miralles. “Y las distancias de seguridad se han guardado siempre: los autocines están pensados para disfrutarse en familia, con espacio y tranquilidad”.
“Abriremos respetando la normativa sanitaria y todo lo que nos imponga Sanidad”, afirma Cristina Porta. “El servicio de restauración lo tenemos organizado en food trucks. Y hemos desarrollado una app en la que pides la comida y nosotros te la llevamos al coche. Viendo hoy como están las cosas, esto parece algo organizado algo ad hoc para celebrar eventos culturales a pesar de este tipo de virus”.
¿Ocio pensado para resistir una pandemia?
Tanto el autocine de Madrid como el de Dénia afirman estar ansiosos por abrir, pero no precisamente felices: saben la situación que pasa su sector. Aunque ante la ausencia total de oferta cultural y de ocio al aire libre en estos momentos, es esperable que a ellos, por lo menos, les vaya bien.
Los autocines, que respetan por definición la distancia física de seguridad exigida, ahora parecen haberse convertido en una preciada alternativa a la oferta cultural online a la que nos hemos acostumbrado durante la pandemia. Pero lo cierto es que llevan años soportando embates en nuestro país.
En Europa, los primeros se montaron alrededor de las bases militares extranjeras estadounidenses —donde el autocine vivía un auténtico boom—, después de la II Guerra Mundial. En España, la moda norteamericana llegó en 1959, cuando dos empresarios abrieron Motocine Barajas, el primer autocine made in Spain, que cerró al poco de abrir. Más de sesenta años después, Madrid volvería a tener autocine: el cofundado por Cristina Porta llamado Autocine Madrid RACE. Por su parte, el Autocine Drive-In de Dénia se fundó en el 79 y es uno de los más veteranos de nuestro país.
“En los setenta me decían que estaba loco, ahora me dan la enhorabuena”, bromea Carlos Miralles. “Pero para mí no supone ninguna felicidad haberse convertido en una de las pocas alternativas de ocio. Claro que me alegra abrir, pero son momentos muy duros y muchos compañeros no saben qué será de sus cines y sus películas”, reflexiona el gestor cultural.
“Entiendo por qué la gente que no nos conocía ahora muestra interés: esto que hacemos es al aire libre, y la gente necesita salir”, sostiene Miralles. “Estos días se nos decía que ya podíamos salir a pasear. Pero ¿pasear a dónde? ¡Yo lo que quiero es ir a algun sitio! Quiero pasear para ir a la librería, al teatro, al cine... pero está todo cerrado. Que solo haya un cine abierto no puede ser motivo de alegría”.
La cofundadora de los Autocines Madrid RACE, por su parte, opina que “el operativo que tenemos organizado parece hecho a medida para combatir el contagio de un virus como este, porque mantienes las distancias, te quedas en tu coche y ves la película”. Según ella, “al tener 30.000 metros cuadrados, el recinto ya de por sí está hecho para que nadie entre en contacto con nadie si no quiere”.
¿Y mañana? ¿Qué pasará cuando los cines vuelvan abrir? ¿Cuando la oferta de ocio y cultura se reponga de esta pandemia? Según Miralles, nada volverá a ser igual. “El público será más prudente: no hará grandes colas, ni irá a salas abarrotadas, ni a bailar a locales cerrados con cuatrocientas personas y gente que te tose en la oreja”.
Es más, es conveniente no precipitarse: “Aunque volvamos a la normalidad poco a poco, existe el miedo de que en octubre, por ejemplo, vuelva otro rebrote y tengamos que cerrar de nuevo. No sé cuántos aguantaremos entonces”, afirma el fundador de uno de los autocines más antiguos de España. “No sé si el autocine será un modelo de negocio para el futuro. Ni siquiera sé si es la mejor forma de ver una película. Lo que sé es que te permite mantener las distancias y estar al aire libre. Eso ya es mucho ahora mismo”.
“Creo que a corto y medio plazo, mientras las noticias sean tan devastadoras, se va a vivir cierto miedo a los recintos grandes y a las aglomeraciones”, vaticina por su parte Cristina Porta. “Pero soy optimista: a largo plazo este miedo va a desaparecer. Creo que cuando el virus desaparezca podremos superar todo esto y la cultura volverá a ser lo que era”. Y ahí estarán los autocines para ofrecer una alternativa de ocio. Donde siempre han estado.