'Avatar: el sentido del agua', una secuela que quiere ser “provocativa sin sermonear”
2022 será el año en el que las viejas glorias de la taquilla salvarán a las salas de cine. Primero fue Tom Cruise con su Top Gun: Maverick. Nadie apostaba porque el reencuentro con aquellos pilotos chuletas que triunfaron en 1986 pudieran amasar más de 700 millones de dólares solo en Estados Unidos. Una recaudación que se va a quedar a tiro de piedra de la que hizo Avatar, la otra vieja gloria que este curso promete arrasar con todo y que en 2009 logró 760 millones. La película de James Cameron no tiene tanto tiempo, pero ya han pasado 13 años desde que el mundo descubriera Pandora, el universo imaginario que el director desplegó en un portentoso 3D antes de que la técnica cayera en desgracia por su uso abusivo.
Desde entonces se ha anunciado repetidamente una secuela que nunca llegaba… hasta ahora. El 16 de diciembre se estrenará Avatar: el sentido del agua, la segunda parte que ha dirigido también James Cameron y que es la primera de las muchísimas continuaciones que Disney (que se quedó con sus derechos tras la compra de Fox) estrenará. Para empezar a calentar la maquinaria promocional, su productor Jon Landau ha presentado en Madrid unas imágenes espectaculares donde ya se deja ver el derroche técnico, con unas escenas en el agua donde el 3D vuelve a brillar. También dejando claro que las nuevas generaciones serán protagonistas fundamentales de las secuelas. Y si pensaban que las 'gafitas' habían desaparecido ya pueden desempolvar unas, porque el filme está diseñado y pensado para las tres dimensiones.
Landau ha mantenido un encuentro con el público presente y ha explicado que cuando decidieron que harían secuelas, tomaron “la determinación de que sería más de una”. “El origen de cualquier película es el guion, así que nos tomamos nuestro tiempo para tener los cuatro guiones completos y que James Cameron y yo estuviéramos contentos con ellos antes de que empezáramos la producción. Luego teníamos que 'descubrir' la tecnología. Estas películas siempre han querido llevar la tecnología a un lugar donde no sabíamos que podía llegar. Hasta ahora se podían hacer escenas bajo el agua, pero no como lo hemos hecho nosotros, con nuestros actores interpretando y la tecnología capturando esas actuaciones debajo del agua”, contó sobre las innovaciones de este filme.
Para Jon Landau la clave del éxito del primer Avatar tiene que ver con que la gente se siente identificado con Jake Sully, “que era un outsider que no tenía hogar”. “No formaba parte de ningún sitio, y ese sentimiento de pertenecer a una comunidad, a un lugar, y encontrar un propósito diferente en la vida… Si te fijas la primera película comenzaba y terminaba con Jake abriendo los ojos. Y tal vez ese es un desafío que queremos seguir lanzándole a la gente, abrir los ojos y entender que nuestras acciones tienen un impacto tanto en las personas que nos rodean como en el mundo que les rodea”, ha dicho Landau sobre el mensaje de la película.
Las imágenes proyectadas también dejan claro que la secuela seguirá tratando los temas que ya había en la primera, especialmente el ecologismo en un momento donde la crisis climática es mucho mayor que hace 13 años. “Creo que la ciencia ficción siempre es una metáfora del mundo en el que vivimos. Nuestros océanos representan el 80% del mundo. Nuestros cuerpos están formados de un 80% de agua. Esta es una película sobre el agua. Todo lo que tenemos que hacer es crear una mayor conciencia de la belleza que tenemos. Pero lo que tiene que hacer una película es ser provocativa sin sermonear, y espero que esta película haga eso y que vuelva a abrir los ojos de las personas para ver las cosas de manera diferente”, ha opinado Landau.
Las personas que quieran verla en sus dispositivos no podrá hacerlo durante mucho tiempo. Esta película está hecha para la pantalla grande
El productor defendió la experiencia cinematográfica, y pidió que cambiásemos hasta el verbo que se usa para ir al cine. Que nadie diga que va a “ver una película”, sino a “experimentar una película”. Se posicionó a favor de la exhibición tradicional y dejó un mensaje para aquellos que crean que la secuela llegará pronto a una plataforma, que esperen tranquilos: “Las personas que quieran verla en sus dispositivos no podrá hacerlo durante mucho tiempo. No vamos a estrenar a la vez en salas y plataformas. No vamos a hacerlo con 20 días de ventana, ni con 30 días. Esta película está hecha para la pantalla grande. Fue un compromiso que le dimos a nuestros fans y es un compromiso que nuestros socios en Disney han apoyado”.
Para recordar esa experiencia cinematográfica ha defendido el reestreno de la película original, que llegará a los cines el 30 de septiembre para abrir boca (y de paso sacar dinero) y para que la gente recuerde “todas las cosas únicas que se experimentan viendo una película en pantalla grande”. No es solo la experiencia de verla en comunidad, es ese compromiso que haces con los demás cuando vas al cine. Es el compromiso de apagar tu teléfono. Ese compromiso de no distraerte. Son las conversaciones que se tienen en los pasillos del trabajo el fin de semana después de que sale una película. Eso no ocurre cuando la gente ve una película solo“. Un cine inmersivo que quiere lograr que toda la legión de fans regresen a Pandora y poder superar los 700 millones de Top Gun y ser de nuevo, 13 años después, la película más taquillera del año.
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