Casi cualquier gran empresa generadora de contenidos que se precie aspira a tener su propia plataforma de VOD -vídeo bajo demanda-, o su servicio OTT -televisión a través de internet-. En nuestro país, sin ir más lejos, Movistar + anunciaba hace escasos días su plataforma para no clientes, que incluirá sus contenidos originales y un catálogo de series, películas y documentales.
Se trata de un nuevo agente en un mercado cada día más saturado. Quienes se den de alta en esta, como en otras, tendrán que empezar a evaluar sus inversiones: en España el espectador debe elegir ahora entre Netflix, HBO, Amazon Prime Video, Filmin, Rakuten TV, Sky... A los que cabrá sumar muy pronto Apple TV+, que en marzo ya mostraba sus cartas, entre las que destacaba el fichaje estrella de Steven Spielberg.
En este campo de batalla en el que se ha convertido el mercadeo de nuestras miradas, un nuevo gigante parece querer desembarcar a lo grande. Disney+, la plataforma de la casa del ratón, llegará a finales de este año. Y su envergadura e influencia está aún por ver. ¿Quién se sentará en el Trono de Hierro del streaming en apenas unos meses?
La contienda en ciernes contra Disney
Antes de la compra de 21st Century Fox, Disney contaba con un 27% de cuota de mercado en Norteamérica. Pero sumando las licencias de la recién adquirida y las que ya tenía en su poder -Pixar, Lucasfilm, Marvel...-, fácilmente podría llegar a ser propietaria del 40% del mismo. Así que es normal que sus competidoras anden inquietas.
En el terreno español, parece que quien más se juega es Netflix. Desembarcó en nuestro país en octubre de 2015, y dos años después superaba en crecimiento interanual a Movistar+, que no obstante seguía manteniendo el trono del servicio más utilizado aquí. Según los últimos datos de la CNMC, 2,04 millones de hogares españoles tenían acceso a Netflix en 2018, frente a los 1,16 millones del año anterior. Lo que venía a significar que su incursión en nuestras teles había crecido del 7,3% al 12,5%.
“Netflix no tiene un monopolio” del mercado del VOD, afirma Adriana Izquierdo, analista de guiones y colaboradora de Xataka, medio en el que ha publicado muchas de sus investigaciones sobre la batalla de las plataformas. “Lo que sí tiene es una marca muy potente al haber sido el servicio más prominente y que más dinero ha invertido en una estrategia de expansión clara”, cuenta la periodista especializada. Algo que se va a ver afectado por la llegada de Disney+, pues “hasta ahora Netflix tenía competidores potentes: HBO por marca o Amazon por poder monetario. Pero Disney es un competidor que aterriza con marca, contenido y dinero, todo de serie”.
“La llegada de Disney+ obligará a las plataformas actuales a repensarse y a especializarse”, opina Judith Clares, experta en distribución audiovisual en internet y profesora en la UOC. Con su desembarco, “nos encontramos ante una marca consolidada, cuyo público objetivo está delimitado, con contenido propio de referencia y presente en toda la cadena de explotación del producto”.
La actual reina del mercado patrio, Movistar+, llega a 2,2 millones de usuarios, alcanzando así el 13,4% del mercado del consumo de contenidos audiovisuales por internet. Es líder, pero lo cierto es que gran parte de su cuota deriva del hecho de que presta también los servicios de telefonía fija, móvil, internet y televisión. El contenido audiovisual es solamente una rama más de negocio para Telefónica.
Por eso, quien más puede notar la llegada de Disney+ podría ser Netflix, que parte además con el hándicap de contar con mucho contenido de terceros. A pesar del oscurantismo que rodea a las cifras de la empresa, su contenido propio original no parece ser el más visto. Esto explicaría por qué Netflix estuvo dispuesta a pagar 100 millones de dólares -el presupuesto de una temporada de Juego de Tronos- por mantener en su catálogo la serie completa de Friends un año más, después de que Time Warner anunciase su intención de crear una plataforma propia -¡otra!- de vídeo bajo demanda. Porque parte de su audiencia no responde exclusivamente a sus productos originales.
“Netflix está perdiendo y perderá contenido muy potente”, comenta Adriana Izquierdo. “En el entorno tan verticalmente integrado que es la industria del entretenimiento, todas [las empresas] se están volviendo proteccionistas con sus propias marcas y propiedad intelectual”, señala la periodista cultural.
La batalla del contenido propio
A Disney le ha salido la compra de 21st Century Fox por 71.300 millones de euros. A base de talonario se ha hecho con canales como FX o National Geographic, y series como Los Simpson, Modern Family, Padre de Familia, American Horror Story, Expediente X o The Americans. Todas, presumiblemente, constarán en su plataforma. Y por si fuera poco, también les pertenece Hulu, aunque le hayan dado a Comcast -NBCUniversal- cinco años para vender su accionariado, que supone un 33% del total de la empresa.
Entre tanto tejemaneje, cabe apuntar que ya pertenecen a la compañía de Mickey Mouse algunos de los productos culturales mainstream más relevantes de la actualidad. Todas las películas del Universo Cinematográfico Marvel, por ejemplo, así como series superheroicas que antes pertenecían a Netflix y tendrán nuevo hogar en Disney + -como Daredevil, Luke Cage o Iron Fist-. Amén de todas las películas y series de Lucasfilm y el universo Star Wars.
De hecho, sus primeros anuncios de contenido original tiran de ambos franquiciados: The Mandalorian, una serie de acción real ambientada entre El retorno del Jedi y El despertar de la fuerza, otra ficción protagonizada por Diego Luna basada en Rogue One, y otras dos series protagonizadas por los personajes marvelitas de Loki y Ojo de halcón.
Ante la que se le viene encima, Netflix no se ha quedado de brazos cruzados. Para este 2019, la compañía ha invertido 15.000 millones de dólares en contenido propio. “Hasta ahora se ha convertido en referente cambiando las reglas del negocio televisivo y cinematográfico”, describe Judith Clares. Pero a partir de la llegada de Disney “es necesario que busquen cómo diferenciarse a nivel de contenido de nueva producción y de orientación”.
“Netflix seguramente seguirá pujando fuerte por el talento, llevándose a creadores y directores a golpe de talonario”, opina Adriana Izquierdo. “Hasta ahora le ha ido muy bien y los creadores han estado muy a favor, pero la dinámica de su plataforma -que consigue relevancia durante pocos días, si la consigue-, puede que acabe echando para atrás a nombres importantes que prefieran que sus producciones logren más notoriedad”.
En este sentido, también habría que estar pendiente de los movimientos de Movistar+ en nuestro mercado. De hecho, esta parece apostar fuerte por el contenido propio. Entre sus planes está lanzar 15 series originales este año, con el objetivo de hacerse con el mercado hispanohablante, un nicho potencial de 300 millones de personas. Pero sin renunciar a lo que le han aportado las emisiones de Juego de Tronos, House of Cards u Orange is the New Black, para las que ha llegado a acuerdos puntuales con HBO y Netflix.
¿La unión hace la fuerza?
“Nuestro mercado no es lo suficientemente grande para mantener rentables tantos streamings por sí mismo”, explica Adriana Izquierdo. “Desde el punto de vista del espectador, ya solo por una cuestión de logística y de saturación de estrenos, no es sostenible amortizar tantas suscripciones”, opina. No obstante, la periodista especializada añade que “seguramente veremos nacer sistemas de paquetes que ofrezcan varias plataformas”.
Esto es, justamente, el movimiento que ha decidido hacer Apple, que desarrollará una app en su Apple TV+ que unirá muchos contenidos de plataformas distintas. La compañía de la manzana “que siempre ha sido tan exclusiva y tan anti-compatibilidad, va a hacer compatible su app de televisión con todas las marcas, dispositivos y plataformas”, describe Izquierdo. “Esta 'bundlelización' [aglomeración] es de los pocos caminos que se vislumbran ahora mismo para que tantas plataformas puedan existir a largo plazo”.
Según Judith Clares, “tendremos que ver cómo se relacionan todas ellas entre sí para ofrecer al consumidor paquetes de series y cine combinados, como gestoras de derechos de sus respectivos catálogos”. Con todo, la experta en distribución audiovisual en internet y profesora en la UOC añade que “habrá que ver qué relación acaban estableciendo con los operadores de TV de pago”.
Por ahora, está lejos de saberse quién reinará en el panorama. Solo queda claro que, con la llegada de Disney+, todo está a punto de cambiar. Veremos si es para bien y si entre tanta empresa privada batallando por nuestra atención y nuestro tiempo de ocio, no resulta que es el espectador el que sale perdiendo.