Fernando Franco aborda de forma brillante la sexualidad en personas con diversidad funcional
El tema de la sexualidad en las personas con diversidad funcional ha llegado al Zinemaldia Festival de Cine de San Sebastián gracias a Fernando Franco, director de La herida, que con su nuevo filme La consagración de la primavera, afronta la cuestión de las terapeutas sexuales de una forma íntima, austera y sin juzgar. Es, sin duda, su película más luminosa, aunque mantiene varias de las señas aurorales que mostró desde su debut, con el que compitió ya en San Sebastián y ganó el Goya a la Mejor dirección novel.
Lo hace en una película que no sólo aborda este tema, sino que cuenta la relación entre una joven estudiante universitaria, mandada a un colegio mayor de monjas, y una persona con diversidad funcional, los magníficos Valeria Sorolla y Telmo Irureta. Ella se ofrece a actuar de terapeuta sexual en una historia de auto descubrimiento por parte de ambos. Franco, con su concisión y distancia habitual, habla del pudor hacia el sexo, de la presión social hacia los cuerpos, de lo que es considerado normativo o no. De algún modo, también de liberación. No tiene miedo a tratar asuntos espinosos, y nunca ofrece una postura autoritaria ni dicta sentencia. Una película de la que querrías que durara más, para seguir ahondando en todos esos temas que Franco abre con aparente sencillez, pero en un guion mucho más complejo de lo que aparenta a simple vista.
La consagración de la primavera es una propuesta adulta, inteligente y sutil que acierta en la mezcla de sus dos historias, que se retroalimentar para conseguir una reflexión sobre el sexo y los cuerpos que se aleja de lo subrayado. No hay grasa en esta película, sino que cada silencio sabe por qué está colocado ahí. Un filme donde solo se enuncia lo imprescindible, dejando que el resto vaya rellenándolo cada espectador.
La importancia de lo real
Fernando Franco sabe que es su película más luminosa, y reconoce que es algo “deliberado”. “En las dos anteriores, por los temas, no había mucho hueco para la luz, digamos. Sin embargo, en este caso, yo creo que, si tratas un tema como el de la sexualidad en gente que tiene una diversidad funcional, la oscuridad no debe tener el foco. No nos parece oscuro el sexo en otras personas que no tienen ningún tipo de diversidad funcional. Entonces yo creía que era interesante contrarrestar ese prejuicio dotando a la peli de cierta luz”, cuenta el director.
El germen de la historia nace precisamente de la voluntad de hablar de la sexualidad en personas con diversidad funcional, pero nunca de “hacer una película de tesis sobre eso”. “No quería hacer una peli en la que solo fuese eso. Me parecía que era interesante integrarla dentro de un relato sobre la sexualidad en un sentido más amplio, y que la mejor manera de llegar a eso, porque se habla de temas que tienen que ver también con bloqueos y con complejos, era consiguiendo retratar la intimidad de esos dos personajes”, añade.
Sabe que el tema de las terapeutas sexuales es “conflictivo y delicado”, que va a “haber gente que va a reaccionar de una manera u otra”, y por eso él subraya que lo que nunca quiso fue “juzgar a los personajes”. “Mi intención es poner algo de luz sobre eso, que eso está ahí para que de alguna manera sea el espectador que saque conclusiones sobre eso. Entonces a alguna gente le parecerá mejor y a otra gente le parecerá peor. Yo creo que el propio personaje de la protagonista tampoco tiene muy claro lo que está haciendo en determinado momento, porque eso sirve como detonante, pero acaba derivando hacia hacia otro sitio”. Un cine que haga “preguntas en vez de dar respuestas” y con el que ha intentado “no hacer un panfleto o no ser moralista, que sea el público el que de alguna manera, si le interesa la película, se cuestione cosas”.
Mi intención es poner algo de luz sobre eso, que eso está ahí para que de alguna manera sea el espectador que saque conclusiones sobre eso
Para dar vida al protagonista, Fernando Franco ha contratado al actor Telmo Irureta, que tiene parálisis cerebral en la vida real y actúa en monólogos donde analiza su condición desde el humor, el mismo con el que ha abordado el tema de la sexualidad en la rueda de prensa, donde ha dejado el titular del día. “Tenemos que educar y follar también. Si no, ¿qué es esto? Con la obra de teatro que estoy ahora también hablamos de discapacidad y sexualidad y la gente me dice que cómo me gusta. Pues claro, ¡y si hay que hablar se habla!”, dijo con naturalidad.
Lo que siempre tuvo claro el realizador es que quería que fuese una persona con parálisis cerebral quien lo interpretara. No podía ser un actor fingiendo una parálisis. “A mí me gusta trabajar en un registro como de realismo, y me sentiría un poco impostor dirigiendo a un actor que hiciese eso. Yo creo que era importante que también esa realidad se integrase dentro de la propia película, de hecho Telmo ha participado en cosas de la peli, en el sentido de que él decía, ‘yo creo que esto no sería así’ y hemos adaptado cosas de la propia realidad de Telmo”. También hay una declaración “política”, de no quitar los poco espacios que tienen las personas con diversidad funcional: “el propio Telmo te te diría que no hay muchos papeles a los que pueda optar. Y si uno de los pocos papeles con un cierto protagonismo de una película ya no se lo das… Hay un acto político en dárselo”.
También hay un acto político en su defensa de los cuerpos no canónicos, en liberarlos de complejos y retratarlos con cariño, un interiores por retirar los cuerpos y lo que significan en la sociedad. “Por ejemplo, en el personaje de Telmo hay algo sobre los prejuicios que generan una cierta distancia cuando se ve un cuerpo como el suyo, porque no es normativo, porque tiene parálisis cerebral. Y ver un cuerpo, por ejemplo, como el de ella, que igual ya tiene una propia percepción de su cuerpo que la afecta a nivel interno, porque está filtrada por toda una serie de cosas que tienen que ver con las redes sociales y otros elementos que de alguna manera están también diseminados por la película en alguna medida”, analiza Fernando Franco sobre una de las muchas capas de La consagración de la primavera, la última muestra del excelente cine español que ha pasado por la Sección Oficial de este Zinemaldia.
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