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'Campeones' o cómo rodar con personas con discapacidad “haciéndoles visibles de manera individual”
ENTREVISTA | Director de 'Campeones'
Alberto Nieto es uno de los diez Campeones que este domingo se alzaron con el premio Platino al cine en educación y valores. Mientras que desde la ficción rompía estereotipos en uno de los sectores más elitistas que existen, a pie de calle y en la vida real, Alberto peleaba una guerra aún más importante para las personas con discapacidad intelectual: el derecho al voto.
Tras décadas de saltar de tribunal en tribunal en compañía de su padre, la reforma de Ley Electoral (LOREG) aprobada en el Congreso en octubre le reconocía a sus 43 años como un ciudadano en plenas facultades para ejercer el sufragio. A él y a otras 100.000 personas declaradas “incapaces” y privadas de elegir libremente a un representante. Este 28A, sin embargo, Nieto decidió que ningún partido estaba a la altura de sus exigencias e introdujo en la urna un voto en blanco.
Para Javier Fesser, director de Campeones, es una valiosa “lección de madurez”. “Él lo que quería era votar y tener voz. Decir, 'nada de lo que hay me representa', pero decirlo. Es muy significativo”, confesó el cineasta a eldiario.es horas antes de recoger su galardón en la gala de los Platino. Sobre el escenario de la Riviera Maya, Fesser recordó que lo bueno de su película es que “permite meterse en la piel de personas maravillosas por su diferencia y entenderlos mejor”. E ignorar la discriminación que sufrían en las urnas era un acto de incomprensión imperdonable.
No es de extrañar que sus actores se convirtiesen en un símbolo las pasadas elecciones generales y muchos de ellos fueran fotografiados y entrevistados mientras acudían a los colegios. “Me consta lo que ha supuesto para ellos. Es muy difícil de explicar por qué tú no tienes acceso a un derecho tan fundamental o por qué algunos creen que no tienes capacidad para decidir”, expone.
Las personas con discapacidad intelectual eran los únicos ciudadanos españoles que pasaban por un examen de habilidad para votar durante los 41 años que llevamos de Democracia. Una prueba en la que debían demostrar conocimientos acerca de la Ley d'Hont o los partidos políticos, y que muchos capacitistas serían incapaces –valga la incongruencia– de responder. “Pienso de verdad que la inmensa mayoría de personas con discapacidad intelectual son las más preparadas del universo para votar”, defiende Fesser.
Sus razones son fáciles de explicar y aún más sencillas de dar por buenas. “Aunque generalice, es así en todos los casos que he conocido: el interés particular nunca está por delante del colectivo. Y eso no todos podemos decirlo cuando votamos por un partido u otro”, alega. “El punto de vista de esta gente puede ser más o menos manipulable, pero desde luego es más sincero y generoso”, dice pensativo. Al minuto, rectifica: “El argumento de que son personas manipulables solo me lleva a pensar que habría que prohibir votar a quienes manipulan”.
Esta conciencia de equipo quedó patente cuando Campeones se alzó con el gran Goya el febrero pasado o cuando Jesús Vidal pronunció su emotivo discurso como Mejor actor revelación y los vítores de sus compañeros eclipsaron al resto de la platea. También fue algo insólito en el rodaje. “Nunca he tenido el más mínimo problema por la colocación de la cámara, por quién tiene la frase o por quién está en foco. Jamás he sentido esa presión, que estoy acostumbrado a sentir, en la que tienes que manejar distintos egos”, compara su director, habitual en el endiosado ambiente de los actores.
Preguntado sobre si existe cierta presión tras lanzar una cinta con tal impacto general, el cineasta responde que en absoluto porque nunca quiso dedicarse al cine social. “Lo que sí reconozco es que, ahora que acabo de terminar un guion totalmente diferente, me surge escribir personajes con discapacidad intelectual de forma mucho más natural”. Al final, solo en España hay 300.000 familias con un miembro perteneciente a ese colectivo y “casi por estadística es lógico que aparezcan”.
Eso no quiere decir que vaya a pasar de la comedia al cine de denuncia. Hay muchas realidades sobre las personas con discapacidad que aún nos resultan desconocidas al grueso de la sociedad, como mostró el brutal libro de Cristina Morales, Lectura fácil. El derecho al voto es solo una de ellas. No obstante, a pesar de lo “peligroso que pudiera ser tratar este tema en el cine desde el humor, con la posibilidad de que no se entendiera y de que la gente pensara que se están riendo de ellos, Campeones genera lo contrario”, aseguró el coach de la película a este periódico.
“Ahora mismo no me despierta curiosidad caminar por ese tipo de cuestiones porque entran más en el terreno de la denuncia, y a mí de forma natural me sale entrar en el terreno de la admiración. Lo que me gusta. Lo que hace que me apetezca irme de vacaciones con ellos”, arguye el director. Sin embargo, asume que ambas partes forman parte del mismo todo y que le emociona que Campeones haya aportado su granito de arena en esta ola de cambios sociales a la que aún le queda mucha resaca.
“No quiero contar sus dificultades para que los demás pensemos que debemos hacer algo, sino mostrar lo mucho que molan y que queramos hacer algo para que estén mejor”, resume Fesser. Y, a colación de lo que defendía la plataforma que luchó contra el abstencionismo en las pasadas elecciones generales, “votar mola”. Y mola para todos.
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