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El Gobierno da luz verde, sin cambios en el texto, a la Ley del Cine que se quedó en el cajón la pasada legislatura

Ernest Urtasun, durante el seguimiento de la jornada electoral de elecciones europeas

Javier Zurro

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El adelanto electoral anunciado tras las elecciones autonómicas del año pasado por Pedro Sánchez, dejó varias iniciativas legislativas en el cajón de los recuerdos. Una de ellas fue la Ley del Cine, que a pesar de que fue aprobado por el Consejo de Ministros nunca superó todos los trámites parlamentarios para su implantación, condenando al sector a un limbo que no les gustaba, ya que sí que se había aprobado la Ley Audiovisual, pero se quedaba en el tintero la más importante, la del cine.

La más importante porque corregía una de sus demandas, la definición de productor independiente que había sido modificada en la del audiovisual, y que si no se protegía en el otro texto abría la mano a que las cadenas privadas y las plataformas se quedaran con el sector (de una forma todavía más contundente. Aquel texto siempre se dijo que sería una de las primeras reformas que el nuevo gobierno de coalición iba a acometer, pero pasaban los meses y la ley del cine seguía sin aprobarse… hasta ahora.

El Consejo de Ministros ha dado luz verde, por fin, al anteproyecto de ley del nuevo texto que de nuevo tiene más bien poco y que viene a sustituir al de 2007, aunque este hubiera sido modificado en varias ocasiones posteriormente. A pesar de que desde que tomara posesión de su cartera el Ministro Urtasun no ha dejado de reunirse con miembros de la industria para retornar el texto, este, finalmente, ha pasado su primer trámite de forma idéntica (o casi) a como estaba el que anunció Iceta según cuentan fuentes del sector a este periódico. Se ha hecho así para poder agilizar su tramitación, que estaba estancada y era bastante demandada por el mundo del cine. A pesar de ello, para el ministro Urtasun no ha habido demora en esta aprobación, sino que simplemente se han tomado “tiempo para confirmar que había consenso” en torno a la ley.

Ahora, en las enmiendas se podrán retocar elementos para satisfacer a todos. Es de esperar, de hecho, que, como ocurrió en la anterior ocasión, la extrema derecha de Vox presente una enmienda a la totalidad. Luego deberá ser aprobada en el Congreso, algo que Urtasun ha declarado que la redacción goza de consenso y que por tanto espera obtener el máximo consenso en las cortes generales, dando por hecho que no tendrá la oposición de los socios de gobierno de los que depende. Hay que recordar, que para la aprobación de la Ley Audiovisual sí que fue necesaria bastante negociación con, principalmente, ERC.

“Es una ley que nace de una demanda unánime del sector hecha con el sector y para el sector”, ha dicho Urtsaun que ha dicho que con el nuevo texto estamos a la altura de la gran potencia audiovisual que es España. Una ley que quiere poner en valor “toda la cadena cinematiográfica” que quiere “defender los derechos de autor” y que promueve “la diversidad y la igualdad”, y ha destacado la protección a los productores independientes.

Cultura ha subrayado que se blinda la definición de productor independiente demandada por el sector. “Una definición que marca el destino de los fondos a la cinematografía. Los fondos darán prioridad a los independientes y esta definición era fundamental y goza con el consenso del sector”, ha subrayado Urtasun para no dejar dudas. También ha hecho hincapié en que el 35% de reserva de las ayudas para películas dirigidas por mujeres pasará al texto legislativo en una ley con “vocación de permanencia”.

Uno de los principales cambios que recoge esta Ley del Cine es que, por primera vez, recoge a las series. De ahí ese cambio en la denominación de la Ley que ahora será del cine y el audiovisual. El texto se abre a otras obras audiovisuales “que no estén destinadas en primer término a ser exhibidas” en salas de cine. Las series, documentales y demás formatos podrán optar a las subvenciones por primera vez. Un cambio que el gremio de productores celebró en su momento, puesto que muchos de ellos colaboraban en proyectos para el streaming y la televisión.

La definición de productor independiente es la que marca el destino de los fondos a la cinematografía. Los fondos darán prioridad a los independientes

Ernest Urtasun Ministro de Cultura

Eso sí, ahora que Netflix, HBO y el resto de plataformas podrán acceder a las ayudas a la producción deberán compartir con el Gobierno los datos de audiencia que hasta ahora han manejado con absoluto secretismo, de la misma forma que las salas de cine hacen públicas sus cifras de asistentes. Sobre este punto, la nota de prensa remitida por Cultura anuncia que “la posterior regulación reglamentaria del sistema será la que determine los ámbitos temporal, geográfico y de volumen de negocio para aportar los datos de visionados, y que se llevará a cabo a través de una comisión en la que participará, junto con el ICAA, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia”.

Este cambio abre, también, muchas incógnitas. ¿Cómo convivirán las ayudas al cine y las series, cuáles serán los criterios? En la nota de prensa del ministerio e Cultura aclaran que se “reservará siempre un porcentaje significativo de su dotación exclusivo para la actividad cinematográfica, aunque incluya otras formas audiovisuales, como series”.

En este sentido, parecía que las series tendrían su línea específica así como su órgano colegiado junto al que trabajarán para instaurarla y que el porcentaje mayoritario será para el cine, ya que las series que se apoyen serán las que lo necesiten, pretendiendo “llegar donde no llegue el mercado” y apoyar aquellas producciones que necesitan un apoyo extra. O al menos, eso es lo que se dijo en la anterior presentación de un texto.

No todos los sectores se mostraron contentos con aquel proyecto de ley. Los distribuidores independientes criticaron que la cuota de pantalla que se exigía a los cines para películas europeas bajaba del 25% al 20%, dejando más hueco para el cine de Hollywood y grandes producciones y menos para las obras más arriesgadas que componen el grueso de su catálogo.

Otra de las prioridades de la nueva ley es la creación del Consejo Estatal de las Artes Audiovisuales, una institución de colaboración público-privada que tendrá la misión de diseñar estrategias y planes.

Una de las novedades de esta ley del cine, ya avanzada en la anterior aprobación en consejo de ministros, es la creación del Consejo Estatal de la Cinematografía y la Cultura audiovisual. Desde Cultura avanzan que será “en el plazo de seis meses desde la entrada en vigor de la Ley”. “Será una nueva herramienta para el diálogo, la comunicación y la cooperación en el ámbito de la cinematografía y la cultura audiovisual. Compuesto por representantes de asociaciones y organizaciones de los sectores, de la administración estatal, autonómica y local, y vocales de reconocido prestigio, abordará cuestiones de políticas públicas, alfabetización audiovisual o patrimonio, entre otras. Entre sus funciones, se añaden en este proyecto de Ley las de impulsar mecanismos de conciliación, mediación y arbitraje para la propuesta de acuerdos y solución de controversias, entre otras”, explican.

A pesar de que Urtasun ha subrayado en varias ocasiones el gran consenso y el proceso de escucha realizado, las instituciones ya han manifestado que presentarán sus enmiendas al texto, principalmente porque consideran que en un año todo cambia lo suficientemente rápido como para que tener que actualizar las cosas. Es el caso de CIMA, que cree que el 35% de dinero reservado por la ley para películas realizadas por mujeres debería subir al 40%, tal como explica su presidenta Cristina Andreu. “Hace un año no pensábamos hacer enmiendas, pero en un año cambia mucho todo y ahora las presentaremos”, confirma.

Señalan que van a estudiar cómo poder introducir en el texto algo sobre “protocolos contra los abusos”, y creen que todo lo que pueda quedar blindado por ley protegerá de que los que vengan después puedan quitarlo, algo que le preocupa “con el clima político que hay”. Pone también el foco en que el Consejo del Audiovisual anunciado no tendrá “poder de decisión, solo de recomendación”, algo que también preocupa en Adicine, la asociación de distribuidores independientes que ven cómo en este texto se mantiene la bajada de cuota de pantalla a la que se oponían, y que tampoco se ha incluido una regulación sobre el número de pantallas y salas que puede acaparar una película: “Ahora mismo un cine puede tener en 24 pantallas Avatar y en la otra Gargield y nadie puede decir nada. Hay que buscar una forma de regular esto”.

Su presidenta, Lara P. Camiña se muestra contenta con que el texto hable sobre creación de audiencias, algo que consideran fundamental para la supervivencia de las salas. Algo que se consolida en esta ley con líneas de ayudas “más detallistas que tienen en cuenta los festivales, la internacionalización, la alfabetización y la creación de audiencias”. Eso sí, todos se muestran contentos por haber desatascado esta tramitación, también desde el sindicato de guionistas ALMA; que también dejan claro que estarán vigilantes y que velarán “para blindar las ayudas específicas de guión, proteger los derechos y la remuneración de los guionistas en las ayudas a la producción, garantizar la transparencia de las plataformas para ejercer los derechos de autor y que los contratos de las producciones cumplan nuestras leyes para obtener la nacionalidad española”.

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