La brecha de género en el cine español es innegable. Las mujeres representan un 30% del personal de una película, frente a un 70% de representación de hombres. Ellas están infrarrepresentadas en la mayoría de sectores de la producción audiovisual.
Son menos en dirección de fotografía, composición musical, sonido, efectos especiales, guion, montaje y, por supuesto, en dirección, donde ostentan solo un 26% de los cargos. En cambio están sobrerrepresentadas porcentualmente en profesiones vinculadas con los roles tradicionales de género: diseño de vestuario (83%) y maquillaje y peluquería (75%).
Son algunos de los datos que saca a relucir el informe La representatividad de las mujeres en el sector cinematográfico del largometraje español: 2019 de CIMA (Asociación de mujeres cineastas y de medios audiovisuales), presentado el pasado domingo en el marco de la 65 Seminci de Valladolid. Un completo análisis del panorama de la industria española que deja algunos datos positivos, pero que podría agravarse de cara al año que viene debido a la crisis del coronavirus.
A pesar de la brecha, se avanza
La brecha de género en el cine español está a la orden del día: según el último informe de CIMA las mujeres representan el 30% del tejido sectorial profesional de una película. El cine español está muy masculinizado, pero un poco menos que hace dos y hace tres años.
En el año 2019 los índices de representatividad de mujeres son tímidamente superiores al resto de los años estudiados en siete de las doce áreas de trabajo: dirección de fotografía (10%), composición musical (12%), sonido (14%), efectos especiales (16%), guion (23%), montaje (30%), dirección artística (56%), y dirección y producción (26%).
“Los datos nos dicen que las medidas que se han pedido desde CIMA al ICAA son importantes y están funcionando”, sostiene Cristina Andreu, presidenta de CIMA, en una entrevista concedida a elDiario.es. Fundamentalmente, el cambio ha operado en la puntuación y los baremos para conseguir ayudas generales para la producción de largometrajes sobre proyecto. Ahora, conseguir un equipo técnico y artístico formado por mujeres, desde el montaje hasta la iluminación, puntúa positivamente a la hora de recibir las ayudas.
Al mismo tiempo, facilitando la financiación del proyecto se ayuda a la inclusión de estas profesionales en sectores históricamente masculinizados. “Los datos validan que vamos por el buen camino, pero el cambio es lento, demasiado lento”, afirma Andreu.
“Estos cambios de baremación han hecho que ahora en muchos sectores se hayan dado cuenta de que sí que existían montadoras o compositoras, y además muy buenas”, defiende la presidenta de CIMA. “Hay muchísimas profesionales con talento en sectores históricamente masculinizados, pero ahora también hay quien está dispuesto a fijarse y a buscar. Y eso facilita que cualquier productor o productora las contrate”.
Sin embargo, la pandemia del coronavirus y la grave situación del sector podrían dar al traste con los avances en materia de igualdad en la industria española. “Durante los primeros meses de pandemia hicimos una encuesta interna para nuestras afiliadas y vimos que muchas habían tenido que dejar su trabajo, porque tenían mayor carga en los cuidados”, explica Cristina Andreu. “Pasa en todas las crisis, que los datos se ceban especialmente en las mujeres, porque son muchas las que se hacen cargo de sus hijos o de sus mayores y aparecen los problemas de compatibilidad”.
Sin embargo, “revertir lo que hemos conseguido podría hacernos mucho daño y no lo vamos a permitir. Estaremos muy atentas a cómo evoluciona esto e implementaremos todas las medidas que haga falta para que no vayamos hacia atrás. Al contrario, debemos dar dos y tres pasos más hacia delante, no podemos ni debemos dar un paso atrás en materia de igualdad”.
Los hombres manejan presupuestos más altos
Otro de los datos más destacados de la brecha de género en nuestro cine es el que atañe al presupuesto. Los hombres reciben el 83% de las ayudas generales —los largometrajes dirigidos por mujeres representan un 17% del total—, y las películas que dirigen ellos son de mayor presupuesto que las que dirigen ellas.
En el histórico sobre costes de producción, CIMA cuenta con un intervalo temporal que comprende desde el año 2011 hasta 2019. En estos nueve años se puede observar que los largometrajes dirigidos por mujeres han contado siempre con menor cantidad económica que los dirigidos por hombres. Además, el coste máximo de las películas dirigidas por mujeres continúa sin alcanzar los mínimos históricos de los largometrajes dirigidos por hombres.
Las películas con dirección de mujeres llegaron a tener un 72% menos de presupuesto que las de los hombres. Esta brutal diferencia se enmarca en 2016, pero lo cierto es que en 2019 se señala la menor brecha histórica, con un 25%.
Por otra parte, el documental continúa presentándose como el género con mayores porcentajes de mujeres en los cargos de liderazgo, mientras que la animación continúa caracterizándose por ser el género menos representadas están. El 24% de los documentales estrenados en 2019 estuvieron dirigidos por mujeres, así como el 16% de las películas de ficción. Sin embargo un total de cero proyectos animados estuvieron dirigidos por mujeres.
“Es el dinero”, afirma contundente Cristina Andreu. “¿Qué pelis cuestan menos dinero? Los documentales, el género en el que justo hay más mujeres. No es casualidad. Donde hay menos presupuestos hay más mujeres. Es realmente dramático, pero es así”.
Y en este terreno, apela a la responsabilidad en la producción y el apoyo del sector público y privado. “En nuestra industria suele ser fundamental tener una televisión detrás. Pero en términos de igualdad, las televisiones no están cumpliendo”. El informe de CIMA recoge que en 2019 se respaldaron un 20% de largometrajes dirigidos por mujeres y este respaldo proviene únicamente de TVE. Resulta que ni Atresmedia Cine ni Telecinco Cinema apoyaron ningún largometraje dirigido por mujeres en 2019. Ni uno solo. “Las televisiones, que al final son concesiones del Estado aunque sean privadas, también tienen que cumplir la ley de igualdad. Pero parece que no va con ellos”, describe la presidenta de CIMA. “A veces solo bastaría con que se cumpliera la ley, y que en caso de que uno se la salte le sancionen”.