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Festival de Cannes

Por qué es importante que España sea el país central del Mercado de Cannes

Javier Zurro

Cannes —
15 de mayo de 2023 22:46 h

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Cuando se dice que Cannes es el festival más importante del mundo, se dice por una cuestión de ego artístico. La Palma de Oro es el premio más prestigioso que un director puede conseguir. Sin embargo, la importancia del certamen no reside ahí. O al menos no solo. Su importancia está en lo que sucede en sus catacumbas, en los sótanos que se encuentran, literalmente, debajo de las salas del Palais des Festivals donde se proyectan cada noche las películas más esperadas del año. Mientras Martin Scorsese y Leonardo DiCaprio paseen por la alfombra roja, debajo de ellos habrá un productor vendiendo una película y consiguiendo financiación para su rodaje. Habrá un distribuidor peleándose por tener la nueva joya que todos quieren (y por lograrla al mejor precio posible) y habrá agentes de venta intentando que las películas salgan de sus fronteras.

El mercado es como un zoco, un gran bazar donde todos quieren colocar su producto. Entre tanta oferta es difícil destacar, y por eso tener un sello como el de Sección Oficial de Cannes o Cannes Premiere hace que unos títulos sobresalgan. Este año, en una edición llena de lustrosos títulos, el Festival ha decidido que España sea el país invitado de honor del Mercado de Cannes (Marché du Film). Un título que puede parecer solo una medalla vacía, pero que coloca en el foco internacional nuestras películas y que viene a consolidar la fortaleza del cine español, que desde hace un par de cursos triunfa en todos los certámenes internacionales. 

Desde el Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA) creen que esta decisión (somos el segundo país tras India, potencia productora, que recibe esta mención), hablan de que “el cine español está en el punto de interés para la industria internacional; que somos una cinematografía sólida, profesionalmente atractiva; que ofrecemos, como país y como industria, oportunidades de colaboración con consistencia, bien por los incentivos fiscales, bien porque los proyectos, incluyendo las coproducciones, se fortalecen a través de las ayudas”. 

“El ser país de honor en el Marché du Film es parte de un proceso en el que la prominencia del cine español, tanto en lo artístico como a nivel de industria, va en ascenso. Es un momento de confirmación de nuestro potencial como generadores de obras de calidad en cualquier género y formato que nos propongamos”, añade Navas. Este evento pondrá todas las miradas dentro del “mayor mercado de cine en el mundo”. En todas las comunicaciones del mercado, en los espacios físicos de alrededor de la sede del certamen y en otros muchos lugares se dará “visibilidad al sello ‘Spain, Country of Honour’ asociado al propio evento”.

Pero el grueso del evento serán las actividades ligadas a esta posición de honor. España estará en todos los programas oficiales del Marché du Film. Dentro del prestigioso Producers Network, un foro que reúne a más de 400 productores y productoras de todo el mundo, habrá una presentación de los últimos trabajos y próximos proyectos de cinco productoras españolas y la asistencia a los encuentros de otras ocho productoras. Seremos coanfitriones de la Co-Production Night, el mayor evento de coproducción que ocurre esos días, y se presentarán screenings de proyectos españoles, exhibición de cortometrajes y charlas para “hablar de las vías de negocio y colaboración entre Europa y Asia”. Los productores españoles tendrán más fácil destacar dentro de la vorágine del mercado.

Llegar a esa posición es, para Beatriz Navas, “fruto de un esfuerzo colectivo, tanto del sector como de una diversidad de instituciones que han logrado consolidar sus acciones tras años de trabajo”, y aquí incluye “desde las escuelas de cine a los festivales y las secciones de industria que han ido incorporando, pasando por las ayudas de administraciones autonómicas y locales, políticas transversales e interministeriales”. Eso sí, nada de esto sería posible “sin la visión y talento de grandes creadoras y creadores, emergentes o de renombre”. “Es el momento de nuestro cine”, dice con seguridad. “Cuando necesitas coger aire para poder nombrar todas las películas reconocidas en el circuito de festivales, con tantos galardones, la sensación es de momento dulce”.

El ser país de honor en el Marché du Film es parte de un proceso en el que la prominencia del cine español va en ascenso. Es un momento de confirmación de nuestro potencial

Un acontecimiento que llega un año después de la polémica aprobación de la ley audiovisual. Fue precisamente en el mercado de Cannes donde todos los productores leyeron una carta muy dura contra el Ministerio de Cultura al haber desatendido al sector con la aprobación del texto. Para Navas, “la industria no ha contado nunca con un apoyo tan decidido por parte del Estado: tenemos, por primera vez, un plan destinado a un sector de la industria creativa en el que nos estamos implicando varios ministerios, conscientes de que es un sector clave: el Plan España Hub Audiovisual de Europa”.

“Está pendiente de aprobación de la nueva Ley del Cine y de la Cultura Audiovisual, impulsada desde el Ministerio de Cultura y Deporte, para actualizar y adaptar la ley vigente, de manera que podamos mejorar el apoyo al sector según sus necesidades y que pone el acento, especialmente, en la reivindicación y puesta en valor del patrimonio audiovisual que hemos ido generando. La industria está aprovechando, y va a poder aprovechar más, las medidas que se están llevando a cabo: desde el incremento presupuestario, que revierte en las diferentes líneas de ayudas; a las mejoras en los incentivos fiscales; la apuesta por proyectos innovadores de formación de profesionales; además de ajustes normativos que dinamicen la actividad. La sintonía creemos que es buena y el trabajo, como siempre, debe hacerse de la mano entre el sector y las instituciones públicas para seguir avanzando”, dice la directora del ICAA al ser preguntada por aquel momento de tensión. 

El caso 'As bestas'

En la rueda de prensa de presentación de la Sección Oficial, el director del Festival de Cannes, Thierry Frémaux, mencionó hasta en tres ocasiones As bestas, la película de Rodrigo Sorogoyen, que comenzó su carrera internacional en el festival en la sección Cannes Premiere y terminó arrasando en los Goya y llevándose el César a la mejor película internacional. Una de las productoras del filme, Sandra Tapia, repite este año en el certamen con Robot Dreams, la película de animación de Pablo Berger que tendrá una proyección especial dentro de la Sección Oficial.

Ella sabe mejor que nadie lo que significa estar en Cannes y en el mercado. “Tener el sello de la selección oficial es crear un interés muy grande para las ventas internacionales. A nosotros nos sirven los festivales, sobre todo para las ventas, y este es un momento perfecto para, por ejemplo con Robot Dreams, llegar al mercado. Además, que España sea el país invitado hace que el foco en la producción española aún sea más elevado para los compradores, por lo que es algo muy positivo para nosotros”, explica.

Tiene claro que para As bestas estar en Cannes “fue clave porque era el objetivo de una película como esa”. “Ahí empezó un camino, ya no tanto para las ventas, que también, sino un camino de de reconocimiento o un camino de prestigio por parte del festival. Hay una cosa que se hace en Francia antes del inicio de Cannes. Hacen unas proyecciones solo para los exhibidores con lo más importante que se va a ver en el festival. Conseguimos ser una de las películas y fue la película premiada por los exhibidores. Ese arranque de la carrera, que fue cocido a fuego lento, de forma pensada y reflexionada junto con A Contracorriente –la distribuidora del filme–, para enseñarla sin prisa y que fuese floreciendo y haciendo grande, fue muy importante”. Una estrategia que quieren repetir con Robot Dreams.

Para ella, que España sea el país de honor es un “síntoma de madurez y de reconocimiento”. Un reconocimiento que es la culminación de años de trabajo pero que, además, llega “en el momento de máxima explosión de producción de plataformas y España no se ha hecho pequeño, sino que ha crecido muchísimo”. Lo notan cuando sale fuera, que “los ojos están puestos en el cine español y en lo que está pasando”. “Ha habido una actualización o un seguimiento de lo que está pasando y ya no tienes que introducir a los directores o las películas”.

La sorpresa de la Quincena

Una de las sorpresas del cine español esta edición se encontraba en la Quincena de los Realizadores, donde apareció Creatura, la segunda película de la joven directora Elena Martín, que debutó con Julia Ist y que aquí aborda la sexualidad femenina. Para dos de sus productoras, Marta Cruañas y Ariadna Dot –junto a parte de los responsables de Alcarràs–, Cannes es “una plataforma increíble que te permite acceder a muchísima gente, aparte de la notoriedad de prensa que le da”.

Un impulso para que Creatura “se pueda ver en muchos más lugares y pueda tener más ventas a otros países”. “Cada vez hay más películas, es más complicado, y al final lo que intentas es posicionar tu película, que de alguna manera llame la atención, y los festivales son este sitio que pone la película en el foco para este tipo de cine”, explica Dot, que también subraya la importancia para “desarrollar nuevos proyectos”. Al final, Cannes solo muestra la punta del iceberg, pero “las películas mueven presupuestos grandes y hay mucha gente involucrada, y sitios como el mercado de Cannes, donde se compran, venden y anuncian, son importantes”.

El sitio de honor de España creen que “no es casualidad”, y creen que es un reconocimiento “a las productoras que hacemos este tipo de cine”. “Una reivindicación. Es decir desde la parte industrial que esto importa, que interesa”, zanja Cruañas. Ahora quedan quince días de reuniones, carreras, subastas y proyecciones que confirmarán si España ha aprovechado bien ese puesto de honor que le ha reservado el Festival de Cannes.