Javier Bardem: “Por primera vez mis hijos me van a ver en el cine y estoy acojonado”
Javier Bardem está contento y se nota. Estrena película, pero esta vez hay algo especial en ella. No parece que Lilo, mi amigo el cocodrilo le vaya a reportar sus mejores críticas, ni los premios que suele acaparar por títulos como El buen patrón o Being the Ricardos, y sin embargo desprende felicidad por los cuatro costados. Entra en la habitación sonriente, comienza la entrevista y hace un amago de ponerse a cantar y bailar. Hasta imita a José Luis Moreno. La razón de esa alegría es que, por fin, hace una película que sus hijos van a poder ir a ver al cine.
Estrena este viernes una película familiar. Un musical con canciones de los compositores de la banda sonora de La La Land y El gran showman en el que da vida a Héctor P. Valenti, un trilero con ganas de triunfar en el mundo del espectáculo que ve la oportunidad cuando descubre a un cocodrilo cantante con la voz de Shawn Mendes. Como lo oyen. La película da la oportunidad al actor de cantar, bailar y derrochar carisma. Es un torrente de energía y ganas que devora la pantalla y que demuestra que “un actor español, si se prepara, puede hacer lo mismo que uno de Estados Unidos”.
Se quita también la espinita del musical. Estuvo a punto de protagonizar Nine a las órdenes de Rob Marshall, un papel que finalmente fue para Daniel Day-Lewis y que no pudo hacer porque coincidía con el rodaje de Beautiful. “Fue curioso porque yo fui a esa prueba y le dije, pero por qué me quieres ver si canto mal. Y canté y Rob me dijo, ‘cantas mal, pero lo interpretas bien’. Se quedó con eso y ahora estoy con él en La sirenita y ahí sí me ha hecho cantar”, explica y avanza un poco sobre su papel de Tritón en el próximo live action de Disney.
Siendo justos, no es la primera vez que canta. Fue con Being the Ricardos y la experiencia no fue tan placentera como se esperaba. “Ahí me acojoné mucho, porque fueron tres canciones en menos de un mes. Cuando ya estaba agotado y volviendo a mi casa me mandaron el cocodrilo y se lo dije a mis hijos y me dijeron, ¡hazlo ya!, y mi madre dijo ‘tienes que hacer el Cocodrilo, por tus hijos y por los hijos de mucha gente’”, recuerda sobre los motivos que le hicieron decir que sí.
Su pareja, Penélope Cruz, contaba en el pasado Festival de Venecia que la maternidad le cambió hasta la forma de elegir papeles. Javier Bardem confirma que a él le ha pasado lo mismo, aunque a veces ha sido reticente cuando escuchaba a estrellas usar ese argumento: “Yo lo estoy sintiendo mucho ahora que mis niños pueden ver las películas. Antes yo lo veía como una excusa, cuando un actor que te gusta mucho hace una película patata infantil y decía que la había hecho por sus hijos. Pues es verdad, y lo entiendo porque quiero que mis hijos vean lo que hago. Y es que no han visto ninguna película mía en el cine. Hace dos meses han visto por primera vez Piratas del Caribe, porque cuando se estrenó eran muy pequeños y ahora la han visto y se han reído de mis pintas, les ha dado de todo menos miedo. Esta va a ser la primera vez que voy a llevarles yo a un cine con palomitas, a sentarme con ellos y ver una película mía. Es como… ¡estoy acojonado! Pero hay un punto también que mola mucho, que sepan por fin lo que hace papá”.
Un cómico con aire de Tamariz
“Mamá, esto va por ti, por los abuelos Rafael y Matilde. Va por los cómicos de España que llevaron la dignidad y el orgullo a nuestro oficio. Esto es para España”. La frase es del discurso de Bardem cuando logró el Oscar por No es país para viejos. Hacía referencia a toda una familia de artistas, pero prefería usar la palabra cómicos para dignificar una profesión en un contexto tan complejo como la dictadura. Su Héctor P. Valenti parece contagiado del espíritu de aquellos cómicos, y el actor lo confirma
“Totalmente, es como un personaje un poco anacrónico, un poco más antiguo. Vale para todo. Es actor, músico, cantante, mago. Está ahí para las ferias y las convenciones y él cree que es maravilloso y la vida le dice otra cosa, pero tiene una pasión y un pulso por demostrar que tiene mucho que dar y no entiende cómo el mundo no lo reconoce. Hay algo de eso que tiene que ver con la época de mi madre, de los cómicos que trabajaban mucho, que se dejaban la piel como muchos en otras profesiones, que vivían en unas condiciones muy difíciles y que aun así salían con la sonrisa, salían con el arte, con la cultura, teniendo muchas cosas en contra. Eso es lo que lo que recoge un poco de la palabra cómico para este personaje”, explica Javier Bardem.
El discurso y la agresión que hay en el Congreso, eso se traslada a cualquier lugar de cualquier rincón social de este país
Para su composición también ha habido otra inspiración… “el mago Juan Tamariz”. “Sí, porque es alguien como que no tiene que ver con lo técnico, sino con el espíritu. Tamariz es tan gran mago porque aparte de la técnica, contaba todo con la cara, con la pasión. Era como que me lo creo todo. Me encanta mirarle porque eso es una cosa que creo que se va perdiendo. Ahora hay tanto tecnicismo y tanta especificidad que se pierde un poco lo grande”.
Se siente orgulloso de todo el cine español del año. Muchas todavía no las ha visto pero se muestra “deseoso”. “Es una maravilla. Eso sí que es salud, gente joven, savia nueva con películas que están viajando, que están reconociéndose dentro y fuera. No se puede pedir más. Cualquier industria cinematográfica en el mundo tiene mejores películas y peores, y en EEUU es normal que, si hacen 3.000, pues 60 sean buenas, pero es que en España se hacen 154. Creo que la gente también va entendiendo que esta industria da de comer a mucha gente, que hay mucha gente que vive de ella, que trae ingresos y que es algo que hay que defender y que hay que proteger, y que nos representa. Una película como En los márgenes, por hablar de mi amigo Botto y como productora Penélope Cruz, por supuesto que representa una sociedad, la nuestra. Es nuestro país, desgraciadamente, pero también muestra una forma de funcionar, una forma de entender la solidaridad que en otros países no es así”.
A Bardem le gustaría rodar más en España, pero no recibe ofertas o no las que le gustaría. “Pero también creo que responde a un cambio generacional y está bien. Yo ahora tengo 53 años y ahora hago papeles de papá y pronto de abuelo. Yo entiendo eso. Ahora son otros los actores que tienen que trabajar haciendo unos papeles que hacía yo antes. Entonces imagino que están buscando un espacio donde meterme y me parece muy bien. Cuando hago El buen patrón es ahí donde disfruto. También disfruto cuando hago Lilo, mi amigo el cocodrilo, pero 'El patrón' es mi gente, mi equipo… es mi idioma. Y entiendo unos detalles que en otro idioma no entiendo y que puedo manejar. Puedo hacer orfebrería con el lenguaje sin ser yo un gran actor técnicamente hablando. Pero es que entiendo los sonidos y los silencios mejor que en un idioma extranjero”.
En mi idioma entiendo unos detalles que en otro idioma no entiendo y que puedo manejar. Puedo hacer orfebrería con el lenguaje sin ser yo un gran actor técnicamente hablando
El actor siempre se ha posicionado políticamente, y sigue haciéndolo sobre un “momento superpolarizado política y socialmente”, aunque cree que ya no se ataca con la misma vehemencia con la que se insultaba al cine español hace unos años. Nota ese ambiente más calmado, como si “ya no fuera un arma arrojadiza”. “Lo que pasa es que el discurso y la agresión que hay en el Congreso, se traslada a cualquier lugar de cualquier rincón social de este país. Sea cual sea la actividad que hagas más tarde, eso va implícito, porque está sucediendo delante de nuestros ojos. Esa agresividad, esas agresiones, esa falta de escrúpulos en un lugar teóricamente tan sagrado como es un Congreso de Diputados, en ese sentido, eso tiñe todo”.
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