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Los martes son los nuevos viernes para el cine, cómo una medida pública ha revitalizado las salas a diario

Cola en la entrada del cine Callao, en Madrid, en una edición anterior de la Fiesta del Cine

Javier Zurro

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Tras la pandemia los hábitos de ocio cambiaron radicalmente. Muchos culparon a las plataformas, otros vieron en los bares al enemigo… lo cierto es que la gente se olvidó de volver a las salas de cine provocando una pronunciada caída de espectadores, especialmente en aquellos que habían sido fundamentales para las salas, el público adulto, alejado de fenómenos puntuales, y que acudía semana tras semana a ver películas de corte más cinéfilo. Tres años después, esa brecha no se ha arreglado, y entre todos se buscan soluciones para volver a esa antigua normalidad. 

Recuperar a ese público adulto era una de las grandes peleas de los exhibidores de cine, y desde el Ministerio de Cultura se dieron cuenta de que había que acudir al rescate de las salas de cine y ayudarles en esa misión. De ahí nació la iniciativa ‘Los martes al cine’, que comenzó en julio de 2023, y por la que los mayores de 65 años pueden acudir a las salas por solo dos euros. De ahí que rápidamente se conociera la iniciativa como ‘Los martes sénior’.

Su éxito fue contundente. La Federación de Exhibidores de cine cuantificó el aumento en la asistencia los martes en un 49% respecto al año anterior. Se pasó de 2,7 millones a cuatro millones de espectadores. Mejoró también un 23% respecto a 2019. En total, en esos primeros meses casi un millón de espectadores se beneficiaron del programa.

Si en 2023 ya triunfó, en 2024 se ha consolidado como una iniciativa fundamental, también para el cine español. El martes 1 de octubre las tres películas más vistas fueron, gracias a la asistencia de este público, españolas: Soy Nevenka, La virgen roja y El 47. Junto a la otra película española, Los destellos, generaron, en conjunto, cerca de 250.000 euros, equivalente a una cuota de pantalla del 38% del total y 50.000 espectadores. 

Los destellos, por ejemplo, se colocó en quinta posición haciendo 52.300 euros, una cifra casi igual a la que logró el sábado. Es decir, que para una película de corte adulto los martes son ahora mismo tan importantes como un día de fin de semana. Fueron al cine 120.000 espectadores, una cifra que supone casi un tercio de las personas que lo hicieron durante el fin de semana. La gota que colma ese éxito se ha vivido con La infiltrada, el thriller de Arantxa Echevarría sobre una mujer topo en ETA que este martes se colocó como número uno de taquilla con una recaudación de 250.000 euros. El viernes, día de estreno, se quedó en 220.000.

Desde la Federación de Exhibidores de Cine de España (FECE) califican la experiencia como “muy positiva, sin lugar a dudas”. “Se está consiguiendo movilizar al público que más afectado estuvo por la pandemia y que más tardó en volver al cine, y, además, estamos viendo cómo esta iniciativa está suponiendo un impulso importante para el cine español y europeo, siendo estas películas las más vistas por los mayores”, dice Luis Gil, director general de la institución que además apunta a que no solo han vuelto los que se fueron, sino que las cifras indican que “se están sumando nuevos espectadores”. 

No creen que la asistencia tenga que ver solo con una cuestión de precio, ya que la presencia de público sigue siendo mayor el fin de semana, cuando no hay descuentos, pero sí creen que estas políticas de captación de un público menos asiduo a las salas deberían trasladarse “a otros targets, como los jóvenes”. De lo que no tienen duda es de que la promoción debe continuar.

De momento estará activa hasta el 31 de diciembre, y aunque todos confían en que siga también piden previsión para no dejar unos meses de vacío: “Lo deseable sería que se planteara como un proyecto plurianual para evitar la interrupción que se produce desde que finaliza el 31 de diciembre hasta que se vuelve a poner en marcha con una nueva convocatoria. Esta situación actualmente provoca unos meses de inaplicación del programa muy importantes, en el primer trimestre del año, donde sería muy bien aprovechado”. 

Desde el Ministerio de Cultura aseguran que “la voluntad del ICAA es mantener esta medida para 2025, tal como ya se ha trasladado al sector, recibiendo el apoyo del mismo” y la califican como “altamente positiva”. También avanzan datos de la medida “en los cuatro primeros meses de vigencia del programa durante 2024, entre mayo y agosto”: 600.000 espectadores sénior, un 22% del total. “La iniciativa está contribuyendo a recuperar al público mayor de 65 años que, en parte, había dejado de ir al cine durante la pandemia y postpandemia y está volviendo a ir a las salas”, señalan.

Una ayuda inteligente

Las cifras no son solo beneficiosas para los cines, también para las empresas que distribuyen este tipo de películas. La Asociación de Distribuidores Independientes Cinematográficos (ADICINE) cree que si en 2023 “costó un poquito arrancar, ahora todo el mundo lo conoce”. “Se ha generado la costumbre para el público, que ahora espera incluso al martes para ir al cine a ver estos títulos. Nuestras películas sí que se ha notado que de repente los martes se cuelan en el top diez”, explica su presidenta Lara Pérez Camiña. Los martes también les sirve como pista para “ver el boca a oreja que tendrán las pelis”.

Lo deseable sería que fuera un proyecto plurianual para evitar la interrupción que se produce desde que finaliza el 31 de diciembre hasta que se vuelve a poner en marcha

Luis Gil Director general de FECE,

“No es que un martes sea ahora mejor que un sábado, pero sí mejor que el viernes, eso seguro”, subraya y da datos contundentes, ha habido martes de agosto de “millón y pico de asistentes a las salas”. Por eso se unen en la petición de que esta medida no sea temporal, sino que continúe y se promocione para seguir dándose a conocer. La misma opinión tiene Adolfo Blanco, responsable de los cines Verdi, uno de los centros neurálgicos en Madrid y Barcelona, y que confía en que la medida “sin duda, se va a mantener”. “Es absolutamente necesario que se mantenga. En el Ministerio de Cultura tiene que ser una medida absolutamente prioritaria”, añade. 

Lo califica con una ayuda muy “inteligente”, porque también ayuda a revertir la opinión sobre las subvenciones. “Es muy fácil atacar a una subvención que va a empresas o al mundo del cine, pero aquí se está subvencionando al espectador. Eso es lo más popular que se puede hacer. ¿Quién puede cuestionar esto si el principal beneficiado es el ciudadano? Ojalá que esta medida dure muchos años. Saben que esto es una medicina que no se trata de administrarla un par de añitos, sino que esto es un sector muy complicado y aquí se ha dado con una tecla que creo que que no van a tardar en copiar en otros países”, zanja.

En los Verdi el resultado es incontestable, con “los laborables siendo muy parecidos al fin de semana, algo que antes no ocurría”. “Estamos en cifras cercanas a los mejores tiempos de gente mayor. Es cierto que los laborables son bastante promocionados, pero en términos de espectadores, prácticamente de lunes a jueves se logran los mismos o incluso algunos algunas semanas más, que de viernes a domingo, y el punto de inflexión de que haya más gente los días de diario ha sido los martes al cine”. Una demostración de cómo las medidas con dinero público pueden revertir una situación que atemorizaba a las salas de cine.

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