El estreno de La momia podría pasar desapercibido de no ser porque quizá estemos ante el mayor fracaso de los próximos años. Su estrategia fallida de marketing ha consistido en convertir a su monstruo en un icono feminista a la altura de Wonder Woman y en imitar las exitosas franquicias de superhéroes, pero no ha colado entre la crítica.
Para quienes aún no lo sepan, la nueva película de Tom Cruise está concebida dentro de una gran saga de Universal llamada Universo Oscuro, la cual pretende unir bajo el mismo éter de terror a un buen puñado de villanos populares.
La fórmula es otra copia descarada del universo cinemático de Marvel y, lo que es más importante, de sus ansias multimillonarias en taquilla. Después de La momia llegará La novia de Frankenstein -con Javier Bardem como el monstruo de Mary Shelley-, El hombre invisible interpretado por Jonhny Depp, y un nuevo Doctor Jekyll y Mr. Hyde en la piel de Russell Crowe. La intención es que más adelante se unan el Hombre Lobo, el Fantasma de la Ópera, el Jorobado de Notre Dame y la Criatura de la Laguna Negra.
El anuncio se hizo hace unas semanas aprovechando la campaña de La momia, el filme delantero que debuta con un presupuesto de 125 millones de dólares y un lugar reservado en 4.000 salas de todo el planeta. En un primer momento parecía una idea óptima para dar alcance temporal a la película de Alex Kurtzman. Integrada en un proyecto de futuro megalómano, este primer plato dejaba de ser la típica de acción del verano para convertirse en la base de un plan maestro.
Pero de pronto, la productora levantó el embargo a la crítica y se descubrió el pastel. Las primeras reseñas de La momia son tan devastadoras que harían temblar a todo su nuevo chiringuito de villanos. La de Kurtman tiene un 25% en Rotten Tomatoes y un 39/100 de media en Metacritic, además de las mordaces palabras de la prensa. Por suerte para ellos, la continuidad de la saga no depende de opiniones, sino de taquilla.
En la promoción, La momia tampoco ha tenido suerte. Su campaña dio comienzo casi al mismo tiempo que la de Wonder Woman y quedó eclipsada a la sombra del mayor hype de los últimos meses. La última apuesta de DC ha logrado crear un vínculo emocional con el espectador de cualquier rango, ya sea el nostálgico del cómic, el fan de los superhéroes, los periodistas e incluso los mismos actores de Hollywood. Posiblemente Universal también consiga su recaudación millonaria, pero el triunfo de su contrincante es algo menos material que La momia nunca podrá conseguir.
La revolución de Wonder Woman va mucho más allá de querer rescatar el prestigio de DC, un poco mermado después de Batman vs Superman y Escuadrón Suicida. La revolución de esta heroína en Hollywood, como dicen en Vanity Fair, será feminista (o no será). Y a esto también quiso sumarse La momia en sus horas más bajas.
Un feminismo de pega
Durante la promoción en Madrid, el director Alex Kurtzman declaró a la prensa que esta nueva versión del clásico de 1932 es “feminista” porque, a diferencia de sus antecesoras, la protagonista es una mujer. Los ejecutivos de Universal vieron una oportunidad de oro en las reacciones que estaba despertando Wonder Woman por todo el mundo, ya fuese con sus controvertidos pases solo para espectadoras o con el cambio de paradigma que pretende abanderar.
Si la heroína de DC es mujer y la suya también, blanco y en botella. Por desgracia, este discurso responde a la urgencia de la película, de la saga Universo Oscuro y de toda la promoción en general.
“La imagen de Sofía como la momia es muy interesante porque, si la miras, piensas que te va a asustar, que te va a aterrorizar, que te va a seducir y eso también es porque el casting ha sido perfecto”, dijo también Tom Cruise en la capital. El actor quiso destacar la importancia crear personajes femeninos de acción que no sean solo la damisela en apuros, sino también el peligro en sí mismos.
“¡Sí, es una película feminista!”, dijo la actriz Sofía Boutella. “Soy un monstruo, ¿por qué las mujeres no íbamos a poder ser monstruos? Las mujeres podemos ser muy letales, sobre todo en determinados momentos del mes”, terminó entre risas. Si bien quedó demostrado que ningún miembro del equipo de La momia temía pronunciar la palabra feminismo, su mensaje fue demasiado espontáneo como para que el público lo identificase como un leit motiv principal.
“No me extraña que los hombres blancos estén siempre tan seguros de sí mismos, yo he visto Wonder Woman una vez y ya me siento preparada para ir a la guerra”, escribió una mujer en Twitter a la salida del estreno en EEUU. Una opinión que han compartido otras actrices como Jessica Chastain, Octavia Spencer y Lupita Nyong'o. Pero el de DC no solo ha sido un triunfo oral, sino que ha recaudado 103 millones de dólares en Norteamérica y va camino de otros 50 millones este fin de semana.
El armario de los monstruos
Al igual que el resto de la promoción, las intenciones de La momia parten con unos buenos cimientos, algunas palabras bonitas y ningún tipo de plan ulterior. Esa ha sido una de las grandes críticas a la trama de la película.
“Tiene algunos momentos buenos, pero básicamente es un desastre que toma prestadas varias cosas, incluidas algunas partes 'momificadas' de Un hombre lobo americano en Londres. El guión decae como una extremidad descompuesta desde hace eones: un batiburrillo de ideas y escenas que parecen salidas de los borradores de diferentes guiones”, escribe The Guardian en una de las reseñas más benévolas que se han podido leer.
El peligro de esta lluvia de reproches también reside en sentar un precedente nocivo para el resto de la saga Universo Oscuro. También es cierto que el fracaso no dependería en exclusiva del batacazo de La momia, puesto que la propia estrategia del nuevo proyecto brilla por su ausencia. Parece que Universal ha sacado del armario de los juguetes a todos sus personajes míticos para revenderlos bajo la misma etiqueta y con un guión unido por hilo transparente.
Lo único que tenía claro Alex Kurtzman es que “probablemente se jodan con crueldad los unos a los otros”. Una idea bastante pobre para justificar como mínimo tres películas más (sin trama) y ocho posibles gametos monstruosos.
La momia tiene un gran tarea este fin de semana: cumplir con las expectativas de recaudación mundial y, por lo menos, callar a los periodistas lanzando sus fajos de billetes. Es ahí donde DC ha dado un golpe de humildad a las otras grandes majors y cuya herida, aunque interna, es mucho más difícil de curar que un batacazo en taquilla.