Muere la leyenda del cine francés Jean-Louis Trintignant a los 91 años

Javier Zurro

17 de junio de 2022 17:29 h

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El actor Jean-Louis Trintignant, una de las grandes leyendas de la interpretación del cine francés, ha fallecido a los 91 años, según comunicó su familia a la prensa francesa. El actor falleció “de forma tranquila, a consecuencia de la vejez, esta mañana en su casa y rodeado de sus seres queridos”, indicó su esposa, Mariane Hoepfner Trintignant.

Trintignant es uno de esos rostros que han engrandecido cada película desde que se popularizara gracias a la Nouvelle Vague, aunque fueron sus papeles en Z, de Costa-Gavras, por la que ganó el premio al Mejor actor en Cannes, y Un hombre y una mujer, de Claude Lelouch, los que le dieron más popularidad.

Al final de su carrera logró una de sus mejores interpretaciones gracias a Michael Haneke, que en Amour le dio un protagonista conmovedor que le valió el premio al Mejor actor en los Premios del Cine Europeo. Una interpretación inolvidable junto a Emmanuelle Riva en un filme para el recuerdo por el que logró su único Premio César (el Goya francés). Con más 120 filmes rodados, Trintignant ha trabajado a los mandos de algunos de los mejores directores del cine de las últimas décadas, como Roger Vadim, Claude Lelouch, François Truffaut, Costa-Gravras o Michael Haneke, y su filmografía es un repaso a la historia del cine francés.

El actor comenzó su carrera en el teatro, y en 1955 debutó en su primer película, T.K.X. no contesta, pero fue gracias a su actuación en Y dios creó a la mujer un año después cuando alcanzaría la fama. Su papel en la película de Roger Vadim y junto a Brigitte Bardot daba el inicio a una carrera que iría creciendo hasta convertirse en una de las grandes leyendas de la interpretación del cine francés. 

Abandonó la interpretación para servir en Argel y para hacer el servicio militar obligatorio, pero a su regreso continuó cimentando una carrera que tuvo otro de sus hitos en Un hombre y una mujer, de Claude Lelouch, en 1966. Un papel que se le ofreció por su cercanía al mundo de las carreras de coches, ya que daba vida a un piloto y él era sobrino de Louis Trintignant -fallecido en un accidente en 1933- y de Maurice Trintignant, piloto de Fórmula 1 y ganador en dos ocasiones del Gran Premio de Mónaco. No sólo fue una leyenda en Francia, sino que también trabajó con los mejores del cine italiano. Lo hizo para Tinto Brass en Con el corazón en la garganta (1967); para Bernardo Bertolucci en El conformista (1979); y para Etore Scola en La terraza en 1980.

En 1969 llegó uno de esos papeles que valen toda una carrera, el que le ofreció Costa-Gavras en uno de los mejores thrillers políticos de la historia del cine, Z. Por ese filme logró el premio a la Mejor interpretación en Cannes. El mismo año también rodó a las órdenes de otra leyenda del cine francés, Eric Rohmer, su filme Mi noche con Maud. Daba comienzo la década de los 70, donde fue más prolífico y donde más rodaría, llegando a estrenar cada año hasta seis películas, como ocurrió en 1975. Fue la misma década donde también hizo sus pinitos como director de cine con dos películas de humor negro que no tuvieron reconocimiento.

Durante los años 90 bajó el ritmo de trabajo, aunque eso no significó que siguiera trabajando en obras maestras como Tres colores: Rojo (1994) de Krzysztof KieÅ›lowski, por la cual fue nominado al Premio César al mejor actor. En sus últimos años logró el que muchos consideran el mejor papel de su carrera, el de Amour, de Michael Haneke, filme por el que ganó su único premio César. Junto a Haneke repetiría en uno de sus últimos trabajos, Happy End (2017). En 2019 se le veía por última vez en la alfombra roja del festival de Cannes gracias a la tercera parte de Un hombre y una mujer, de nuevo con los mismos actores y titulada ahora Los años más bellos de una vida.

Casi todos los directores destacaron su timidez, y era alérgico a la exposición de su vida privada, pero esta norma voló por los aires en 2003, cuando su hija, la también actriz Marie Trintignant, fue asesinada por su pareja Bertrand Cantat. Un suceso que el actor nunca pudo superar., como él mismo reconoció poco antes de fallecer.