“No considero que haya hecho buenas películas, solo he hecho unas películas más repugnantes que otras”, confesó Jesús Franco al recoger el Goya de Honor en 2008. El director madrileño no compartía el criterio de la Academia ni de ningún otro que le reconociese como “el referente creativo y ejemplo vital para varias generaciones” que fue y sigue siendo.
Escuchándole hablar, no parece la misma figura de culto que trufó de pechos, orgías, terror y fantasía la historia de nuestro cine desde los márgenes. “Nunca me he creído digno de ningún homenaje”, dijo el hombre que cuenta con 185 largos en su haber y que sigue siendo celebrado, seis años después de su muerte, más allá de los circuitos del cine de cuarta división.
La última en sumarse ha sido la Filmoteca Española, que celebra sus treinta años de sede en el Cine Doré con la proyección especial de una cinta inédita de Jess Franco: Vaya luna de miel. El hallazgo supone un acontecimiento fantástico y a la vez lógico respecto a la naturaleza indómita de su creador.
Él, que improvisaba los rodajes y en ocasiones abandonaba los rollos de película a su suerte en los laboratorios, pudo olvidarse perfectamente de esta rareza que acabó en 1979. “Las latas que tiene la Filmoteca son de Fotofilm, que es un laboratorio donde Jesús dejaba muchas películas y a veces sin pagar los gastos. Y claro, si no pagabas, el laboratorio se quedaba las latas”, explica Álex Mendíbil, especialista en la filmografía de Franco.
Todo ocurrió hace poco más de un año, cuando empezó a organizar unas sesiones dobles de películas de serie B que acumulaban polvo en los archivos de la Filmoteca. Había llegado a sus oídos que existía una versión inacabada de Jess Franco del relato de Edgar Allan Poe, El escarabajo de oro, en paradero desconocido, así que decidió tirar del hilo.
Para su sorpresa, “estaba solo el negativo, pero vimos que la película tenía créditos y sonido en buen estado, que la habían titulado como Vaya luna de miel, y que se podía estrenar perfectamente”. A Mendíbil no le costó convencer a los responsables de la Filmoteca del alcance de su descubrimiento, puesto que Jess Franco es ya un símbolo revalorizado en diversos países, como España, Francia o EEUU, donde se subastan cajas enteras con sus trabajos.
“Que una película de serie B se utilice para un acto como este, marca la diferencia frente a otras Filmotecas que solo se ocupan del canon de las películas oficialmente reconocidas”, concede el historiador y cineasta. Mendíbil también aprovecha para tranquilizar a los jessfranquianos acérrimos asegurando que es una película digna del sello: “muy divertida y un pelín erótica, no mucho para lo que fue Jesús Franco”. Pero, ¿de qué trata?
Prediciendo a Indiana Jones
Vaya luna de miel comienza con Lina Romay, actriz fetiche y esposa de Jess Franco, paseando su voluptuosidad por una playa valenciana. La joven seduce a Simón, un muchacho que se enamora inmediatamente, por lo que, en apenas dos secuencias, cambian la Costa Blanca por un destino tropical llamado Las Bananas para celebrar sus nupcias. Allí, la pareja será confundida con unos cazafortunas que buscan un yacimiento de oro, lo que dará rienda suelta a un cúmulo de situaciones pintorescas aliñadas con los clásicos desnudos de Franco.
“Se adelanta, con unos medios absolutamente precarios, a Indiana Jones: en busca del arca perdida”, dice Álex Mendíbil. “Una muestra más de ese carácter visionario que tenía Jesús: anticipó en los 80 una moda que iba a entrar en el cine comercial como un vendaval”, celebra, recordando que Vaya luna de miel se terminó en 1979 y tiene el depósito legal fechado en 1980. La película de Spielberg se estrenó en 1981.
“La rodó justo antes de regresar a España y después de pasar una temporada en Francia y Suiza haciendo cine erótico”, explica. Al acabar la dictadura, empezó a formar lo que los doctos reconocen como la francofamilia, “un grupo de gente pequeño con el que a partir de los 80 empieza a hacer muchas películas en muy poco tiempo”. Entre sus miembros se encuentra el actor Antonio Mayans, el otro “muso” Franco, con el que compartió más de 74 rodajes icluyendo el de Vaya luna de miel.
“Me llamó un viernes para comenzar a rodar un domingo en Elche. Con Jesús era siempre así”, dice Mayans, que en la cinta inédita interpreta al villano. “Si os soy sincero, no tengo ni zorra idea de qué trata”, confiesa entre risas.
Al no ser especialmente experimental ni explícita, dentro de la idiosincrasia salvaje del director, el gran misterio continúa siendo por qué nunca se llegó a proyectar. “En los archivos de Filmoteca hay una factura que señala que en 1980 se mandó una copia a los cines Reyzabal de Barcelona, que era una cadena bastante importante. Pero no aparece ningún estreno en Barcelona en esa época, con lo que esta sería la única proyección registrada”, asegura Mendíbil.
Sumergirse en la filmografía de Jesús Franco hoy en día conlleva sus riesgos, puesto que su concepción del gore, el sexo y la fisionomía femenina pondría en jaque a los defensores de lo políticamente correcto. Él prefería él crear en el margen, lejos de las glamourosas galas de los Goya, de los reconocimientos del cine comercial y también de sus censuras. Por eso, más que nunca, hay que poner en marcha misiones como la de Mendíbil para recuperar las películas perdidas (y las encontradas) de Jess.