Idris Elba interpretaba a un agente de la CIA que intentaba evitar un ataque en Francia el día de la Bastilla. Le ayudaba un carterista interpretado por Richard Madden, conocido por haber sido el Robb Stark de Juego de Tronos, y juntos desmantelaban un complot que pretendía atentar contra los ciudadanos franceses. Una trama que hubiese pasado desapercibida de no haberse estrenado el día después de un atentado real en el que murieron 84 personas y resultaron heridas más de 200.
A la mañana siguiente, muchas paradas de metro de varias ciudades francesas despertaron con una publicidad de la película que rezaba la desafortunada frase promocional “Este año, los fuegos artificiales son ellos”. La publicidad procedió a ser retirada ese mismo día, pero la película siguió en cartel al menos hasta el sábado.
El día 16, Bastille Day fue suprimida de la programación de los 230 cines franceses en los que se proyectaba. Según el portavoz de la distribuidora Studio Canal, Antoine Banet-Rivet, la película fue retirada por respeto a las víctimas y a sus familiares, y no está anunciado ningún reestreno próximo.
No es la primera vez que un hecho real frustra el lanzamiento de una película con un argumento semejante en territorio francés. En noviembre, la película Made in París que trataba de una conspiración yihadista en la capital, fue retirada por haber vaticinado los atentados de Charlie Hebdo. Hoy se puede ver online en el Atlántida Film Fest. Poco después, la película Black se quedó sin distribución por retratar una guerra de bandas en el barrio bruselense de Molenbeek, que fue foco de operaciones policiales en la búsqueda de uno de los terroristas del atentado de París.