Robbie Williams se convierte en un mono en 'Better Man': “Gary Barlow no ha visto la película y no creo que la vea nunca”
Las películas sobre cantantes suelen estar hechas con el mismo molde. Auge, caída y posterior redención de la estrella. Las sombras del personaje se desdibujan para no mostrarle de una forma negativa. Las drogas aparecen como coqueteos, o casi en fuera de campo; no hay que mostrar el lado salvaje del mundo de la música. El público familiar es demasiado preciado. El ejemplo paradigmático de este molde hollywoodiense fue Bohemian Rhapsody, el biopic sobre Freddie Mercury que acumulaba en su metraje todos los males de este subgénero cinematográfico. A pesar de todo, o quizás por todo ello, fue un éxito descomunal que, aún con malas críticas, llegó incluso a los Oscar (donde Rami Malek ganó el de Mejor actor).
Un biopic sobre Robbie Williams no podía ser tan cándido. Al cantante y exmiembro de Take That siempre se le ha conocido por ser el chico malo. El novio que ninguna madre quería para sus hijas, pero el más deseado de toda la boy band británica. Era, de lejos, el que más carisma tenía, y es el que ha tenido una carrera más exitosa tras abandonar la banda musical. Lo que nadie esperaba es que la película sobre el cantante de Angels o Rock DJ la protagonizaría… un mono digital.
Como lo escuchan. Better Man, que llega este miércoles a los cines, sustituye al cantante por un simio hecho con efectos visuales que mantiene la mirada (real) del cantante. Así, el monete le da vida de chaval ―cuando imita e idolatra a su padre ausente―; de joven ―cuando alcanza la fama con Take That―, y de adulto, cuando se convierte en un idiota redomado y preso de la fama y la droga. Es un biopic, pero musical y con las canciones del artista como banda sonora. Lo dirige, de hecho, un especialista en el género como Michael Gracey, autor de El gran showman, y tiene números espectaculares como el Rock DJ que lleva a la recreada Take That del filme por todo el Regent Street londinense.
Al Robbie (mono) de la película le vemos meterse muchísima cocaína. Y hasta heroína. No es condescendiente consigo mismo, y el Robbie Williams real cree que esa forma de presentarse ante su público es lo que hace que la gente sienta un vínculo especial con él, y que otros biopics se vean afectados porque “los artistas o sus herederos están aterrorizados y quieren proteger su propiedad intelectual”. “Yo, sin embargo, estoy en el espectro autista y no me doy cuenta de qué debería decirte sobre mí o no, y creo que la gente se identifica con esa autenticidad porque sabe que no le están mintiendo. Solo puedo ser yo mismo, y este soy yo”, explica y alude a la revelación que hizo a la BBC en 2018 sobre su trastorno psicológico.
De la decisión de sustituirle con un mono ―que su director explica como la más sencilla de las metáforas, Robbie Williams era como un animal salvaje―, el cantante cree que también ha sido un alivio. “Gracias a Dios que pusimos un mono, porque todo el mundo habla de ello, y no sé si estaríamos hablando de mi película si no hubiéramos puesto un mono. Creo que esa es la razón exacta por la que se hizo, porque necesitábamos que la gente hablara de ello y lo hemos conseguido”, opina.
Asegura que no hubo líneas rojas, y broma sobre ello, “no se menciona el fraude masivo que cometí con la banca internacional, pero quizás en otra película”, dice riendo. Esa ausencia de líneas rojas también se nota en la representación de su relación con Take That. En el filme se reconoce que terminó pidiendo perdón a Gary Barlow, el otro líder del grupo y con quien tuvo la relación más tensa. Eso sí, no esperen que Barlow vea el filme. “Todavía no la ha visto y no creo que la vea nunca. Quizás algún día desde detrás del sofá tapándose la cara. Le enseñé el guion y me dijo que salía peor parado que Darth Vader en la primera Star Wars. No sé, yo creo que Darth Vader es un personaje bien hecho”, vuelve a decir con ironía.
En los biopics, los artistas o sus herederos están aterrorizados y quieren proteger su propiedad intelectual
En Better Man se le muestra como un niño obsesionado con demostrar que es alguien para salir del barrio. Ese ser alguien le hará obsesionarse con ser famoso, la forma de que todo el mundo vea que ha logrado lo que se propuso. Para Robbie Williams, “siempre hemos estado de una forma u otra obsesionados con la fama”. “Estamos obsesionados con el éxito en cualquier forma que se presente. Además, ahora también tenemos una representación de una vida mejor en las redes sociales, y eso es corrosivo y tóxico en cierto modo, pero también creo que eso hace que las personas se esfuercen por lograr que sus vidas sean la mejor versión de lo que pueden llegar a ser. Y eso, en otros muchos sentidos, no creo que sea malo. Estar obsesionado con mejorar es loable”, reflexiona.
Entonces, ¿qué es el éxito para Robbie Williams? “Bueno, lo más importante para mí es lograr esa versión superior de mí mismo, la que quiere ser un buen chico de verdad. Ser un buen padre. Ser un buen esposo. Pero en mi interior, lo que realmente quiero, debido a mis impulsos, porque soy un animal, es sabotear todo, incluido mi carrera o mi matrimonio. Y tengo que protegerme de esos impulsos e intentar estar a la altura. Para mí, lograrlo es el éxito”, valora.
La película muestra, cómo no, lo difícil que es para un joven la llegada súbita de la fama, con toda la atención que supone y sentirse el centro del mundo. “Era imposible vivir con la fama y no reaccionar ante ella de una manera preocupante. Es un momento en el que no sabes quién eres, y es muy difícil entrar en esta vida que parece El show de Truman, donde además muchas fuerzas externas intentan decirte quién eres y qué eres. Intentan mostrarte tus debilidades y señalar que eres problemático y una persona horrible. Eso puede tener un efecto perjudicial en tu bienestar”, asegura. Lo hace desde una tranquilidad sorprendente, que rompe todos los prejuicios que uno puede tener hacia él. Como si aquel mono salvaje se hubiera convertido un animal doméstico que disfruta dejándose acariciar en vez de mordiendo a todo el mundo.
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