“Sé que a veces te sientes frustrado pero por favor, no olvides que eres una parte fundamental de las películas” le decía David Heyman al actor Alan Rickman en una carta tras finalizar el rodaje de Harry Potter y la cámara secreta. El productor que eligió al actor para que diera vida al emblemático profesor Severus Snape, agradecía así al británico su aportación a que la saga estuviera siendo todo un éxito.
El citado texto forma parte del archivo personal de Rickman que ha salido a subasta, como informó The Independent, dos años después de su muerte, en la ABA Rare Book Faie de Londres. El actor y librero Neil Pearson es quien ha reunido en 35 cajas la correspondencia que el intérprete intercambió con personalidades como J.K Rowling, Bill Clinton, Tony Blair o el príncipe Carlos.
En otra de sus cartas, mientras trabajaba en El Misterio del príncipe, escribió otro texto con el título Dentro de la cabeza de Snape. En él, se mostraba en desacuerdo con la manera en que el director de la película, David Yates, había decidido abordar su personaje, “como si hubiera decidido que no fuera importante en el desarrollo de las cosas ni atrajera al público adolescente”.
Quizás tuviera que ver el hecho de que J.K Rowling no reveló el giro final positivo de Snape a los cineastas hasta que en 2007 se publicó el último libro. Sí lo sabía el actor, a quien la creadora de la saga confió el secreto para que infiriera con sutilidad esta característica a su papel.
En una entrevista a Los Angeles Times, el productor David Heyman explicaba que “era muy divertido, porque había veces en las que el director le decía a Alan qué tenía que hacer en una escena y él contestaba algo como: 'No, no puedo. Yo sé lo que va a pasar y tú no”. De hecho, en otra carta, la autora le daba las gracias por cómo había conseguido “hacer justicia al personaje más complejo”.
También son asiduos en la correspondencia otros nombres como los de Nicole Kidman, Emma Thompson, Sigourney Weaver, Sacha Baron Cohen, Brian Cox, Judi Dench, Jude Law o Ian McKellen. Pero no solo se conservan las cartas de quien debutó en el cine con Romeo y Julieta en 1978, sino que se incluyen también en su archivo documentos y fotografías de su paso por la Chelsea College o la Royal College of Art.
Además, se han subastado la mayoría de los guiones de las producciones en las que participó, tanto de televisión como de cine. Entre ellos, el de Jungla de cristal (1988), en la que interpretó al líder de los terroristas enemigos del John McClaine de Bruce Willis. También el de Robin Hood: príncipe de los ladrones (1991), Sentido y sensibilidad (1995) y, por supuesto, los de la saga del joven mago formado en Hogwarts.
En ellos se conservan sus anotaciones en diferentes colores y sus líneas de texto subrayadas. Su precisión en las notas evidencian su método de trabajo aprendido en la Royal Court. Este le ayudó a desarrollar su distinguida carrera a ambos lados del Atlántico, combinando sus proyectos en teatro y en gran pantalla.
En las cajas con la documentación de Harry Potter hay algunas cartas de niños que asistieron el rodaje o al estreno, así como de miembros del elenco de la película, incluido Daniel Radcliffe. Entre las órdenes de rodaje conservadas, está la del último día de filmación.
Fue un cáncer de páncreas el que acabó con la vida del querido actor ganador del Globo de Oro por su participación en Rasputín en 1997. Aunque, sin duda, su Severus Snape es quien le convirtió en uno de los malvados más queridos por el público. Las cartas que han salido a la luz parecen revelar que la misma controversia que sintieron hacia él sus seguidores pudo haberla encarnado en su propia persona.