Era cuestión de tiempo que Apple mostrase sus cartas en el terreno del streaming. Se trata de uno de los pasteles más suculentos -sino el que más- de la industria del entretenimiento actual. De hecho, parece ser que casi cualquier gran empresa a nivel internacional aspira a tener su pedazo de negocio.
Ahora Disney+ se plantea como el nuevo gigante a batir. Antes de la compra de 21st Century Fox la empresa del ratón contaba con un 27% de cuota de mercado en Norteamérica. Sumadas a las licencias de la recién adquirida y las que ya tiene en su poder fácilmente podría llegar a ser propietaria del 40% del pastel. A no ser que sus competidoras se pongan las pilas en la producción original e intercambio de marcas reconocibles entre unas y otras.
Esto es lo que parece haber pensado Apple. El pasado miércoles 25 de marzo, Tim Cook -actual director ejecutivo de la empresa-, presentaba Apple TV+, su nueva plataforma streaming de series y películas que, si nada lo impide, empezará a andar este otoño. Una apuesta empresarial que contará con un buen puñado producciones exclusivas y que, además, aglomerará títulos de terceros. Todo anunciado en un evento en el que se decidió que los nombres propios iban a ser lo más representativo: entre sus creadores en nómina iban a contar con J.J. Abrams, Reese Whiterspoon, Jennifer Aniston, Sofia Coppola, Damien Chazelle, M. Night Shyamalan y... Steven Spielberg. El Rey Midas de Hollywood ya tiene su particular trono en la guerra del VOD.
El affaire Spielberg vs Netflix (y la jugada de Apple)
affaireTras meses de polémicas y la campaña por los premios más mediáticos del audiovisual manchada por la contienda Netflix-Academia de Hollywood, todo parecía quedar en tablas. Roma, la película que más significativamente había aglutinado el debate en torno al cambio de paradigma de producción y distribución cinematográfica, terminó llevándose tres premios Oscar: Mejor película extranjera, director y fotografía.
Pero cuando las aguas parecían calmadas, llegó Spielberg. El portal Indiewire publicaba que el director de Tiburón tenía la intención de reunirse con representantes del gremio de directores en la Academia para modificar las normas de participación de películas estrenadas en plataformas en los Oscar. Y se recuperaban -justo entonces-, unas declaraciones realizadas durante una entrevista en ITV News en 2018 en las que dejaba caer que una película de Netflix debía ganar un Emmy, no un Oscar. Realmente, el debate que se pretendía poner sobre la mesa era el hecho de que una película sin estreno en salas no debería poder competir en los Oscar.
Al poco tiempo, el productor Jeffrey Katzenberg -que fundó Dreamworks con Spielberg-, salía a desmentir las afirmaciones y defender que se habían sacado de contexto, que no había ninguna reunión prevista para trazar un plan en la Academia, y que Spielberg estaba a buenas con Netflix. “En realidad no dijo nada [...]. No ha opinado en absoluto, ni se ha alineado con una opción específica”, recogían en Fotogramas.
Ahora, Spielberg parece haber dejado clara su posición con respecto al cine y las series en streaming. No tiene nada en contra de ellas y de hecho parte de sus negocios futuros se centrarán en este ámbito. Será el productor ejecutivo de un reboot de Cuentos asombrosos, la serie que él mismo creó en los ochenta. Una jugada que lejos de resolver interrogaciones, abre nuevas cuestiones. ¿Estará dispuesta la plataforma de la manzana a producir películas 'oscarizables'? ¿Seguirá su labor como productor en exclusiva en Apple TV+? ¿Peleará por que series producidas por él mismo figuren en el catálogo de este servicio? Al fin y al cabo, no son pocos los títulos en los que ha dejado su huella: Hermanos de sangre, Terra Nova, Falling Skies, La cúpula, Extant...
Lo que está claro es que con Spielberg en su bolsillo, Apple TV+ pretende asegurarse una buena posición, cogidos de la mano de una de las personas más influyentes de la industria actualmente.
La manzana en el cine
Como otras empresas, Apple podría empezar a producir películas haciéndose un hueco en el panorama del cine actual y los espacios en los que se cuecen proyectos de amplio recorrido -festivales, premios...-. Es decir, que la empresa que te vende el iPhone, también te podría vender una entrada al cine para una película que después podrías ver en un iPad.
Sobre la presencia de la empresa de la manzana en salas de cine clásicas, Eneko Ruiz, periodista de El País especializado en series, explica que ya “han llegado un acuerdo con la firma independiente A24 y entiendo que este incluye estrenar en salas. La primera es la nueva de Sofía Coppola con Bill Murray”. Según él, lo más probable es que “funcione como Amazon”, en el sentido de producir contenido para todo tipo de ventanas.
Para Mireia Mullor, periodista cultural e informadora cinematográfica en Fotogramas, El Mundo y Esquire: “Tenemos que empezar a asumir que una buena parte de las películas que se estrenarán en un futuro no muy lejano vendrán con dinero de plataformas de streaming, y hay que aprender a convivir con ello”.
Y eso pasa por que las productoras clásicas tengan que dividirse la cuota de mercado con plataformas de streaming, y las exhibidoras tengan que aclimatarse a nuevos escenarios en los que, tal vez, se estrenen películas que también se pueden ver con cualquier conexión a Internet. “No sé si Spielberg tiene razón o no, ni si su postura es conservadora o simplemente se ha malentendido en los medios, pero el cambio en Hollywood es más que evidente y aún no sabemos bien cómo afrontarlo”, opina Mullor.
Un pastel cada vez más dividido (y saturado)
En cuanto a la guerra del streaming, con la llegada de este nuevo actor en el panorama, el usuario va a tener cada vez más difícil elegir qué tipo de servicio se ajusta a sus necesidades y a su bolsillo. Habrá que saberse mover entre Amazon Prime Video, Hulu, HBO, Netflix, Disney+, Apple TV+, Movistar+, Filmin, Rakuten TV... todas con catálogos diferenciados -aún con un baile de licencias que se prevé cada vez más agresivo- y precios distintos.
Ya hay estudios, como el que publicaba Deloitte en marzo, que sostienen que un 47% de los estadounidenses cree que existen demasiadas plataformas de video on demand. Esto “muestra cierta tendencia de aburrimiento de tener que lidiar con tantas plataformas distintas”, opina Eneko.
Coincide con él Emilio Doménech, periodista, youtuber y colaborador de Vanity Fair. “La saturación ya está presente en Estados Unidos”, explica. “Va a haber una época de muchos cambios antes de que empecemos a vislumbrar cómo va a ser el futuro del entretenimiento de verdad. Hay que empezar a hacerse la idea de que habrá montones de plataformas de streaming diferentes entre las que elegir”.
Que Apple sobreviva a este campo de minas no parece tarea fácil. “El Juego de Tronos del streaming está de lo más interesante pero a largo plazo parece insostenible que todas se mantengan. El público ya está muy vendido por Netflix, y es complicado meterles más ideas en la cabeza”, opina Eneko.
“Veo difícil en el medio plazo que alguien suspenda su suscripción de Netflix”, subraya también Doménech. “Se ha convertido en un torbellino cultural imparable que genera conversaciones globalizadas cada mes”.
“En España ya estamos viendo soluciones para que los usuarios no tengan que ir saltando de plataforma en plataforma -acuerdos entre Netflix y Movistar, o Vodafone, HBO y Filmin-”, nos recuerda Mireia Mullor. “Está bien que haya una voluntad de hacerle la vida más fácil al usuario, aunque al final esto es un negocio y cada uno quiere barrer hacia casa”.
Para Kiko Vega, realizador de televisión y colaborador de Espinof y Canino, “el pastel se lo repartirán Netflix y Disney+”. Según él, “Amazon Prime Video tal vez aguante por lo que tiene detrás, y habrá que ver que pasa con HBO una vez que finalice Juego de tronos. Por desgracia, creo que el único que saldrá ganando es el torrent”. Añade que el popular sistema de intercambio de archivos -la mayoría ilegales- podría verse beneficiada con la saturación de oferta. Y pone un ejemplo: “la gente se cansó de pagar cuando llegó Canal+. Nosotros tenemos en Movistar+ y Filmin dos ofertas excelentes. Pero el público ya está dividido hace tiempo, creo yo”.
El mercado de nuestras miradas (y nuestro tiempo)
Si pensamos en cómo se organizaba el entretenimiento audiovisual hace no demasiado tiempo, las fronteras de cada área de la industria eran más fáciles de delimitar. Una película -que había hecho una productora- se podía ver en cines y, según el tiempo de explotación de la misma, luego se adquiría en formato doméstico para verla en casa. Las series, Late Nights, shows, concursos y realities se veían en la tele que, por entonces, llamábamos 'pequeña pantalla'.
Ahora ya no está tan claro ni cuándo ni cómo se consumen este tipo de contenidos. Pero algo permanece inalterable: la mercancía somos nosotros. O mejor dicho, el negocio del streaming es el de nuestra atención, nuestra mirada y nuestro tiempo.
A mayor interés del usuario, mayor volumen de conversación y mayores posibilidades de que, entre la oferta, se decida invertir el ocio en determinados productos. De ahí que Apple haya decidido apostar por nombres importantes como el de Spielberg, J.J. Abrams o el de Sofia Coppola para captar nuestra atención.
“Hay que entender que no estamos obligados a ver todo y a tener todas las plataformas y que cada serie y producción da trabajo a mucha gente en la industria”, opina Eneko Ruiz. Por su parte, Doménech cree que “Apple TV no debería suponer un añadido demasiado disruptor en el mercado”. Según él, su impacto “dependerá de los acuerdos que consiga lograr para apuntalar el contenido disponible en su app sin que se dispare el precio”.
Entre tantísima oferta “y por no ponernos a hablar de dinero, ¿vamos a tener tiempo de verlo todo?”, se pregunta la periodista cultural Mireia Mullor. La cuestión sigue sin respuesta, pero es seguro que pronto veremos nuevos movimientos en el Juego de Tronos del streaming.