En las últimas predicciones a los Oscar de Variety, dentro de la categoría de Mejor película de animación aparecía Robot Dreams, el título dirigido por Pablo Berger que se presentó en el pasado Festival de Cannes. ¿Cómo ha logrado un filme español que solo han visto unos cuantos periodistas y cuyo estreno no llegará hasta octubre, entrar entre el quinteto previsto por el medio más importante de EEUU? Es evidente que las excelentes críticas que tuvo en su puesta de largo han ayudado, pero también que el empujón para que Clayton Davis, uno de los gurús de la temporada de premios, la incluyera junto a obras como Spider-Man: Cruzando el multiverso o el filme de despedida de la leyenda Hayao Miyazaki (How do you live?) se debe a la compra de Robot Dreams por parte de Neon para EEUU. Una compra que se produjo en los primeros compases del mercado de Cannes, el más importante y donde el filme de Berger triunfó.
Neon es una de las distribuidoras de moda. Fueron ellos los que vieron el filón de Parásitos (que acabó con el Oscar a la Mejor película, el primero para una película no hablada en inglés). También fueron ellos los que compraron El triángulo de la tristeza (nominada al Oscar a la Mejor película) y los que han hecho historia este año, logrando tener en su haber las cuatro últimas Palmas de Oro (suyas son también Titane y Anatomía de una caída). Su experiencia en animación no se queda atrás. Su anterior apuesta fue Flee, que logró el hito histórico de conseguir tres nominaciones al Oscar como Mejor documental, película internacional y filme de animación.
El caso de Robot Dreams evidencia la importancia para una película de encontrar mercados extranjeros donde exhibirse. Para ello es fundamental encontrar un agente de ventas que conozca la industria, que mime el producto y que logre el objetivo de que, dentro del océano de propuestas de todo el mundo, esa es la que compensa el desembolso. Una de las casas más importantes para el cine español es Latido Films, que desde hace 20 años vende nuestras películas en los mercados más importantes. Ellos fueron quienes se encargaron de las ventas internacionales de As bestas.
Desde la empresa definen así su profesión. “El trabajo de un agente de ventas consiste en hacer el vínculo entre el productor que hace una película en un país determinado y el el público internacional a través de los distribuidores en cada país fuera del suyo. Somos unos intermediarios. Sacamos la película del mercado doméstico hacia el mundo y también para los festivales, que también es muy importante. Exportamos películas como alguien exporta otro producto mucho más tangible. Lo que pasa es que lo que nosotros intercambiamos muchas veces son simples papeles con firmas, derechos y explicaciones de lo que se puede y no se puede hacer. Parece intangible y más difícil de entender, pero en realidad es una exportación pura y dura de un producto”, explica Juan Torres, director de Ventas Internacionales de Latido Films.
Dinero por anticipado
Para Robot Dreams, ha sido clave la labor de otra casa de ventas. En este caso a nivel internacional, Elle Driver, que ha sido la encargada de vender filmes de directores como Costa-Gavras o Gabriel Muccino. La productora de la película, Sandra Tapia (responsable también de As bestas), considera clave “tener un agente de ventas que crea en el proyecto desde el guion”. En el caso del filme de Pablo Berger, desde Elle Driver entraron en la Berlinale de 2020. Una anticipación poco habitual, pero provocado también al estar ante un filme de animación en el que los tiempos son más lentos. “Ellos lo vieron claro y apostaron y creyeron por el proyecto hace tres años, sobre guion, y eso ha hecho que puedan medir muy bien los tiempos, que hayan podido escoger cómo trabajar y ver cuál era el 'novio o novia' perfecta para la película”, cuenta Tapia.
No todas las películas necesitan ventas internacionales. Hay comedias con un humor más local que no viajan y cuyos planes de financiación tienen que tener en cuenta sus peculiaridades
Para cada país han seleccionado el distribuidor que creían que mejor cuadraba con el filme y han apostado por ese. Es lo que ha ocurrido en EEUU, donde siempre pensaron en Neon. “Era el sueño, nuestro 'top one', una distribuidora moderna, que cuida sus películas, que tiene sabiduría en la carrera de los Oscar… Y se cumplió”, dice la productora que explica que esa primera venta “es una marca de calidad que hace que haya otros territorios importantes que se hayan cerrado después, no solo con buenos distribuidores, sino con buenos precios”. Tras la venta a Neon, Robot Dreams ha anunciado acuerdos en mercados tan importantes como Reino Unido, Alemania, Italia, China, India o Latinoamérica entre otros.
El caso ideal es el que han vivido esta vez, con un agente de ventas que entra sobre guion y tiene una visión global sobre el mercado que una productora de un país concreto no tiene. Posiciona la película e intenta incluso venderla antes de que esté rodada, ya desde el guion. “Luego no es tan sencillo que ‘piquen’ los compradores y que adelanten dinero”, confiesa Sandra Tapia que explica uno de los conceptos claves en las ventas internacionales, el MG, o lo que es lo mismo, el mínimo garantizado: “Eso quiere decir que desde la casa de ventas te adelantan un dinero mínimo porque saben que como poco van a venderla para recuperar ese dinero. Ese mínimo garantizado te ayuda a poder financiar la película con un dinero que te están adelantando de las ventas internacionales y que llega en el momento ideal”. No todas las películas necesitan ventas internacionales. Hay comedias con un humor más local que no viajan y cuyos planes de financiación tienen que tener en cuenta sus peculiaridades. Tapia explica que, por lo que se intuye en mercados como el de Cannes, “el género, el thriller y la animación puede ser más fácil porque es lo que más se vende y más viaja”.
Su impresión es que este Cannes ha vuelto a los años de prosperidad, cuando “caían ofertas desde los primeros días de mercado y se tenían que responder en menos de 12 horas o 24 horas”. Con los vendedores trabajan con unos precios que se han acordado previamente, “lo que se conoce como un 'asking' y un 'taking'”. “El 'ask' es el precio con el que se empieza a negociar y el 'take' es el precio por el que la puedes vender. Lo ideal es estar muy conectados, vendedores y productores para ponerse de acuerdo en las en las ofertas que llegan y en las cantidades, porque sí que es algo que se cierra muy muy rápido. Siempre los primeros días porque es lo mejor, porque luego se les acaba el dinero”, admite Tapia con sinceridad.
Cannes, fundamental
Para Latido, Cannes es fundamental porque es “el mercado más grande del mundo, que está asociado al festival más grande del planeta y y por tanto, se dan cita la mayor parte de profesionales, clientes, proveedores y servicios en un solo espacio durante diez días”. “Es un momento en el que pasan muchas, muchas cosas y hay que aprovecharlas. Hay que saberle sacar jugo a esos diez días que uno está en Cannes, porque de otra manera será imposible verse frente a frente con tanta gente, porque por email o por WhatsApp uno no puede comunicar tan bien como cuando se está en persona”, añade Juan Torres.
No era fácil convencer a un comprador de otro horizonte para que viera 'As bestas'. Había que decirle: Esto es una gran película, créeme
Un día para ellos en un mercado como el de Cannes comienza a las 8:00 con una reunión para preparar el día, evaluar ofertas, posibilidades de la jornada, ver las proyecciones que hay, o qué actividades y citas tienen para repartírselas. La jornada laboral en un festival se alarga. Lo social se convierte en trabajo y también hay que “tomar energía y eventualmente ver qué evento social hay por la noche o alguna película que queramos ver para repartírnoslas también”. “Hay que asistir a los eventos que hayamos planeado, tener alguna cena o algún encuentro más informal o hacer seguimientos de clientes… y dormir. Por eso es un día tan largo en Cannes y son tan agotadores, pero también tan fructíferos”, cuenta.
Desde Latido fueron los responsables de las ventas internacionales de As bestas, y reconocen que al principio no fue sencillo. “Resulta que no era una película fácil de de mover porque por su duración, por sus tres lenguas diversas… No era fácil de convencer a un comprador de otro país de que ni siquiera la viera. Había que decirle ‘Esto es una gran película, créeme’. Hay películas mucho más fáciles en términos de venta y de género. As bestas no un thriller de acción o súper movido. Sin embargo, es una película excepcional. Lo satisfactorio es que no hicimos un trabajo solo de un mercado, que probablemente otra agencia la habría movido solo en Cannes y ya, sino que seguimos intentándolo, luchándolo mercado a mercado, y poco a poco, conforme ha ido estrenándose en cada país, en Francia, en España, ahora en Inglaterra... pues han ido cayendo casi todos los territorios principales y y muchos más. Entonces creo que, al final, será también un fenómeno porque habrá sido vista en la mayor parte del mundo, muy bien acogida y con unas críticas y unas reacciones inigualables”, afirman desde la empresa que también ha visto signos de optimismo en el Cannes de este año, donde el cine español volvió a tener una presencia fundamental y donde empieza hasta a apuntar a los próximos Oscar.