El director canario Víctor Moreno concursa en la sección oficial del Festival de Cine Europeo de Sevilla con “La ciudad oculta”, un documental de 90 minutos que descubre al espectador el subsuelo de la gran ciudad, película que se ha presentado hoy junto a la griega “Pity”, de Babis Makidis.
“La ciudad oculta” está rodada en el subsuelo de Madrid pero la ciudad no se reconoce, ya que lo mismo podría tratarse de Tokio o Nueva York, por los escasos planos exteriores, que también se han pretendido anónimos.
Moreno ha explicado en conferencia de prensa que ha aspirado a hallar un “territorio inexplorado” y “situar ese universo en el centro de la narración para construir un imaginario” que sorprenda por completo al espectador y le arrastre a una “experiencia” o “sinfonía urbana” construida con imágenes y sonidos subterráneos.
El director canario, que también hizo otro documental titulado “Edificio España”, sobre el interior del emblemático edificio madrileño, también ha explicado que su idea ha sido acercarse a un lugar que apenas tiene imaginario llevando al espectador “a una sensación inmersiva”, jugando con la oscuridad y las pocas y extrañas luces que ha encontrado en las profundidades urbanas.
Víctor Moreno ha descartado que su película sea un tour turístico por túneles, galerías, colectores, alcantarillas y redes de transporte y, aunque los ambientes filmados y algunas imágenes remiten a clásicos de la ciencia-ficción, ha asegurado que su intención ha sido “ampliar el campo de visión de nuestra cotidianidad” indagando “lo que existe bajo nuestros pies”.
Lo que sí ha admitido el director es que su filme, que también concursará en el festival de documentales de Amsterdam la semana próxima, pueda ser como “asomarse al abismo, a lo desconocido, a lo sensorial y a lo más inconsciente que podamos poseer”.
Con esta idea ha propuesto una reflexión sobre la enorme construcción humana que transcurre por debajo de las habituales construcciones de la ciudad y donde también hay vida, animal -sobre todo ratas y cucarachas- y microscópica, y humana a juzgar por los operarios que cruzan delante de la cámara con unas vestimentas y unos perfiles que también remiten a clásicos de la ciencia-ficción.
Moreno ha recordado que películas como la suya, “que no tratan de un relato al que había que poner imágenes”, están en el origen del cine, cuando se iba construyendo la película con las imágenes tomadas sobre una realidad concreta, mientras que sobre la recepción que pueda tener su película ha mostrado su confianza en que el espectador “se lance”.
La otra película que concursará en la sección oficial del festival presentada hoy por su director, el griego Babis Makridis, es la comedia negra “Pity” (“Compasión”), que trata sobre la felicidad que puede producir la infelicidad, sobre la satisfacción obtenida de provocar lástima en los demás.
Babis Makridis ha confesado ante los periodistas que lo que más le satisface de su película es la reacción del público, que se divide entre los que ríen abiertamente y los que permanecen en silencio, como si se trata de un “humor que te hiela” o de no reírse por pudor, tal y como han explicado algunos de los espectadores que han asistido hoy a la primera proyección del filme en el festival sevillano.
“Pity”, que empieza como comedia pero acaba como tragedia, cuenta la peripecia de un abogado acaudalado que materialmente lo posee todo pero que es adicto a las condolencias y al sufrimiento, de tal modo que su mundo se viene abajo cuando su mujer regresa del coma en el que estaba sumida.
Makridis ha descrito hoy su película con una sola palabra, “oxímoron”, al referirse a la contradicción que hay en alguien que lo tiene todo para ser feliz pero se empeña en destruir todo lo hermoso que le rodea.
Para esa contradicción ha partido del convencimiento de que “todo el mundo tiene su lado oscuro, y la tristeza, en mayor o menor grado, está dentro de todas las personas”.