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Los 10 mejores cómics de la década: artefactos literarios y viñetas dibujadas a boli

Diez cómics que definen una década

Francesc Miró

Como cualquier otro arte, el noveno ha dado mucho -muchísimo- de sí los últimos diez años. Una década es inabarcable en un recopilatorio. La labor de resumirla, representarla y ver en ella los discursos más rompedores y las generaciones que más han aportado a la innovación de su lenguaje, es una tarea que dejaremos para los historiadores. 

En los últimos años nos han dejado artistas como Stan LeeMarie Severin o Steve Ditko, pero también nombres que nos tocan más de cerca como Ceesepe, Forges, Purita Campos o Carlos Ezquerra.

Sin embargo, también hemos vivido una década en la que los artistas españoles han alcanzado una proyección y un reconocimiento internacional fabuloso: talentos como David Rubín, Santiago García, Emma Ríos o Javier Olivares entre otros ganan premios más allá de nuestras fronteras y se cuentan entre las firmas más prestigiosas del panorama. 

Por todo ello, sin afán totalizador, pero sí conscientemente subjetivo, la que sigue no pretende ser una lista exhaustiva. Es una recopilación de títulos con carácter representativo y personal. Así que si considera, lector, que nos dejamos alguna obra en el tintero, ¡coméntelo! ¿Cuáles han sido sus cómics favoritos estos diez úlitmos años?

Los surcos del azar, de Paco Roca (Astiberri, 2013)

Los surcos del azar

Uno de los cómics más importantes del tebeo patrio contemporáneo. Aval definitivo de Paco Roca como autor, ya reconocido con un Premio Nacional de Cómic, que con esta obra sumó un aluvión de premios y un éxito sin precedentes entre los lectores españoles. El tebeo original va por la séptima edición, y cuenta con una edición ampliada lanzada este mismo año, en conmemoración del 75 aniversario de la liberación de París.

La trayectoria de este artista valenciano es de sobras conocida: Arrugas, Las calles de arena, La Casa o El invierno del dibujante, premios al mejor guión y mejor obra en el Salón del Cómic de Barcelona, se cuentan entre algunas de sus imprescindibles. El año pasado publicó El tesoro del cisne negro con Guillermo Corral, que se convertirá en una serie de televisión dirigida por Amenábar.

Fabricar historias, de Chris Ware (Reservoir Books, 2014)

Fabricar historias

Más que un libro o un cómic, Fabricar historias es un artefacto literario único. Sus viñetas no vienen en grapa, ni se unen todas, página tras página, en un lomo del formato libro clásico. Están impresas de forma libre en un cofre que, una vez abierto, es responsabilidad del lector. A él le concierne ordenarlas y leerlas como le plazca. Pues Fabricar historias recopila el trabajo de diez años de historietas en torno a un personaje y sus vicisitudes, con un hilo conductor tan contradictorio y complicado como la vida misma.

Chris Ware está considerado el dibujante más talentoso de su generación. Su Jimmy Corrigan: El chico más listo de la Tierra es un clásico contemporáneo. Colabora en This American Life y The New Yorker y sus dibujos se exponen en museos de arte contemporáneo de todo el mundo. Acaba de publicar, también con Reservoir Books, Rusty Brown, que a buen seguro nos ofrecerá otra de esas experiencias que convierten cada novela gráfica suya en un fenómeno.

Aquí, de Richard McGuire (Salamandra, 2015)

Aquí

Pocos tebeos han reflexionado tanto en los últimos años sobre las posibilidades y el alcance del lenguaje de la viñeta como este de Richard McGuire. Una sola habitación, una estancia, un único escenario, sirve para tensar los límites de la arquitectura de la página y viajar por centenares de miles de años de historia sin movernos del lugar. Un experimento literario fabuloso que le valió a McGuire el Fauve d'Or al mejor álbum de la 43.ª edición del Festival de Cómic de Angulema, uno de los más importantes del mundo.

Richard McGuire es colaborador habitual del The New Yorker, aunque también ha trabajado para Le Monde y Libération. Su carrera artística, no obstante, no se limita a la viñeta: es guionista y director de películas como Loulou et autres loups y Peur(s) du noir , también diseñador de juguetes y líder del grupo de música Liquid Liquid.

Paciencia, de Daniel Clowes (Fulgencio Pimentel, 2016)

Paciencia

Una premisa puramente noir le sirve a Daniel Clowes para contruir en Paciencia, una obra compleja y fascinante sobre la obsesión, la masculinidad tóxica, la cultura norteamericana de la violencia y los viajes en el tiempo. Una obra tan fascinante en lo formal como en lo narrativo, que Fulgencio Pimentel reeditó este mismo año. Última prueba de un talento desbordante que él mismo no se toma muy en serio.

Clowes lleva desarrollando su particular carrera desde los ochenta, tiene en su haber más de una docena de Premios Harvey y seis Eisner. Aquí le conocimos gracias a Ghost World y la adaptación cinematográfica que protagonizaron Thora Birch, Scarlett Johansson y Steve Buscemi. Aquí se pueden encontrar títulos como David Boring o Como guante de seda forjado en hierro, publicadas por La Cúpula.

Gran bola de helado, de Conxita Herrero (Apa Apa Cómics, 2016)

Gran bola de helado

Una reflexión casi en primera persona de una juventud tan perdida como preocupada por encontrarse en cada bar, cada libro, cada imagen, cada canción. Diecisiete historias que conforman un retrato generacional de radical sinceridad. Un cómic que apuesta por un acercamiento esquinado y nada obvio en lo formal, pero que vuelve constantemente a proyectarse en la mente de quien lo lee.

Tras haber participado en varios fanzines, Conxita Herrero debutó con Gran bola de  helado de la mano del sello barcelonés Apa Apa. Trabaja como ilustradora, canta en un grupo llamado Tronco, que ya cuenta con dos álbumes lanzados por Elefant Records, y es hoy uno de los talentos jóvenes con más garra del panorama español.

Lo que más me gusta son los monstruos, de Emil Ferris (Reservoir Books, 2017)

Lo que más me gusta son los monstruos

Este cómic nació como terapia para su autora, que la ayudó a superar una grave enfermedad que le paralizaba medio cuerpo. De ahí que en cada una de sus páginas se lea el tesón y hasta la obsesión: dibujada enteramente con bolígrafo y sobre papel de libreta, con un nivel de detalle y de intertextualidad gigantesco, este cómic se significa como algo irrepetible en el terreno de la novela gráfica.

De hecho, la particular historia de la niña-lobo detective que protagoniza Lo que más me gusta son los monstruos, terminaba con un cliffhanger importante. Pero su autora, Emil Ferris, no sabe aún si se encuentra con fuerzas para continuar la historia donde la dejó. Esperemos que sí lo haga, y mientras volveremos a leer este cómic tantas veces como haga falta: siempre descubriremos algo en su maravilloso barroquismo.

Black Hammer, de Jeff Lemire y Dean Ormston (Astiberri, 2017)

Black Hammer

Esta serie del guionista de Descender -que bien podría haber figurado también en esta lista-, y del dibujante de Lucifer y La chica que quería ser Muerte, lleva publicándose en nuestro país desde 2017, pero en dos años ha conseguido lo que muchas otras series de DC y Marvel buscan. Black Hammer es una de las relecturas más inteligente de la figura del superhéroe, ruptura tocada de genio con la tradición expositiva del género, más sorprendentes de la década.

El primer volúmen, Orígenes secretos, se hizo con el premio Eisner 2017 a la mejor serie nueva y el Premio del Gremio de Libreros de Madrid al mejor cómic del mismo año. La segunda entrega, El suceso,y la tercera, La edad sombría también recibieron sendos reconocimientos. La cuarta parte se publicará en enero de 2020, aunque ya ha generado más de un spin off, entre los que destaca Sherlock Frankenstein y la legión del mal, dibujado por el español David Rubín.

Pulse enter para continuar, de Ana Galvañ (Apa Apa Cómics, 2018)

Pulse enter para continuar

Uno de los cómics más singulares del talento comiquero español: una pesadilla multicolor de ciencia-ficción, al tiempo que tremenda e inteligentísima reflexión sobre la alienación de la sociedad urbana moderna. Una genialidad tan estimulante como sensata.

Aunque Pulse enter para continuar es su primera puesta de largo, Ana Galvañ cuenta con una trayectoria bien extensa. En 2010 recibió el Premio Especial del Jurado en el III Certamen Creacómic y en 2016 recibió el premio Gráffica. Sus historias han aparecido en sellos especializados como Fantagraphics,Vertigo DC, Off Life, Autsáider y Fosfatina. Y estamos deseando que vuelva a publicar.

En un rayo de sol, de Tillie Walden (La Cúpula, 2019)

En un rayo de sol

Para Tillie Walden, En un rayo de sol significaba dar un salto al vacío en lo formal y en lo temático. Esta es una novela gráfica que se nos descubre como epopeya espacial a la vez que romance lésbico: compleja y fascinante confirmación de una voz imprescindible en el mundo del cómic de autor actual.

Con Piruetas, Tillie Walden se descubrió desde la autoridad que otorga la autobiografía. Contaba con un premio Ignatz por The End of Summer y una nominación a los Eisner con I Love This Part –ambas inéditas en España–, pero no fue hasta publicar su monumental obra confesional que no saltó al terreno internacional. En un rayo de sol se publicó originalmente como webcómic y se editó aquí en dos partes por La Cúpula.

Ventiladores Clyde, de Seth (Salamandra, 2019)

Ventiladores Clyde

Seth es, probablemente, uno de los autores más importantes del cómic independiente norteamericano de la actualidad. Y Ventiladores Clyde es un acontecimiento en sí mismo, por ser su obra más ambiciosa: un libro al que ha dedicado casi veinte años, y en el que una historia familiar compone un retrato bellísimo y triste de la historia de su país a lo largo del siglo XX. Al tiempo que magnífico ejemplo de sus capacidades narrativas pues, en el fondo, esta historia de dos hermanos es también la historia de dos facetas del propio autor.

Seth es el pseudónimo de Gregory Gallant, historietista y dibujante en cabeceras como The New Yorker o The Washington Post que en los noventa se hizo un nombre con Palookaville, un cómic que sigue publicando hoy. Desde entonces, en nuestro país ha publicado obras como George Sprott, Wimbledon Green o Un verano en las dunas. También La vida es buena si no te rindes -publicado por Salamandra Graphic-, que es sin duda uno de los mejores cómics de este siglo.

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