Este año no habrá una nueva edición del Festival Escena Contemporánea de Madrid. Así lo anunció ayer mediante un comunicado la Asociación Cultural encargada de la organización. El motivo: la desaparición de las ayudas que cada año ofrecía la Comunidad de Madrid y que formaban el grueso del presupuesto de este encuentro teatral. Los 90.000 euros que había aportado a la edición del año pasado, quedaron este año reducidos a cero, según anunció la propia Consejería de Empleo, Turismo y Cultura, cuya responsable es Ana Isabel Mariño, a los organizadores poco antes de los meses estivales. “Y sin la Comunidad de Madrid, el festival no puede trabajar. Al volver del verano hicimos una valoración y la Asociación, que estaba completamente descapitalizada no tuvo más remedio que decidir que no podía continuar”, explicó a eldiario.es su director Salvador Bolta acerca de esta cancelación.
No obstante, este festival llevaba años tocado de muerte. En las últimas ediciones, las subvenciones aportadas por la Comunidad se habían rebajado drásticamente. Si en 2009 el presupuesto había sido de 400.000 euros, para 2010 quedaron en 300.000 y en 2011 fueron sólo 225.000. En 2013 se salvaron los muebles, pero en esta ocasión la ayuda apenas se había quedado en los 90.000 euros.
Y, como señala Bolta, con otro obstáculo añadido: “Antes de la edición de 2013 hubo un cambio en la política administrativa de la Comunidad al desparecer las subvenciones nominativas, que servían para implementar las ayudas a Escena Contemporánea. Nosotros contamos con la subvención, pero de otra manera, ya que ellos absorbieron pagos por esa cantidad. Eso fue un problema en términos fiscales puesto que al final nosotros fuimos los que nos tuvimos que hacer cargo de ello con lo que se abrió otro agujero. Nos quedamos sin dinero”.
Según apostilla quien había sido su director desde la primavera de 2012, los motivos que adujo la Consejería para eliminar la ayuda fueron que “lamentablemente habían sufrido una reducción de presupuesto tan grande que le obligaban a cubrir solo lo que ellos consideraban fundamentales y Escena Contemporánea no lo era”. Sin embargo, la administración madrileña que dirige Ignacio González anunció el pasado mes de octubre que los ciclos y festivales culturales percibirían en 2014 un total de 10,15 millones de euros, es decir, un 6.23% más que en 2013. Nada de ello ha ido a parar a Escena Contemporánea.
Un festival incómodo
Un festival incómodoPese a todo, este Festival, que ha estado activo durante trece años con altas cuotas de ocupación –el año pasado fue del 97%- no es estrictamente público. No es como el Festival de Otoño en Primavera –cuyas ayudas rondan el millón de euros- ni Madrid en Danza -800.000 euros en su última edición-, sino que la Comunidad sólo se encargaba de una parte del patrocinio. Eso sí, la más importante y la que servía para mantener el único gran festival de creación contemporánea en los teatros madrileños.
De hecho, por él han pasado algunos directores y dramaturgos que están hoy en lo más alto de la escena internacional, como Angélica Liddell o Rodrigo García, nuevo director del Teatro del Centro Dramático Nacional de Languedoc, y se han representado algunos de los espectáculos más interesantes y provocadores: muchos recordarán la langosta que se 'mataba' en Accidens: matar para comer, del propio García.
Por ello, su caída es interpretada por otros directores y dramaturgos, como José Fernandez Lera, como una muerte anunciada y prácticamente decidida de antemano. “Habría que preguntarles a la Consejería por qué lo han hecho y por qué hacen las cosas como hacen. Desde luego, en las condiciones en las que se estaba celebrando los últimos años era algo que estaba cantado. Sólo faltaba que pagáramos nosotros. Yo estuve hace un par de años y lo que vi es que era un festival sacado adelante con el esfuerzo de mucha gente”, ratifica este creador.
“Lo que le ha ocurrido al festival es que ha sufrido un decremento en cuanto a la Administración muy grande. Esto de la crisis es un arma de doble filo y con la excusa se liquidan cosas que se podían sostener, pero se aprovecha el momento para quitarse de encima algo que si no sería muy complejo de hacer. Detrás de esto hay una gran mentira”, añade Bolta.
La programadora de la sala Pradillo, Laura Kumin, también mantiene que a este festival se le ha hecho desaparecer: “Si hay interés, aunque haya menos dinero, no se deja morir y no lo matan en agosto. No me parece normal. Cuando se da un valor a las cosas y Escena Contemporánea tenía un valor, se buscan otras maneras Si hay un festival que una institución ha estado apoyando durante años, si hay dificultades con la programación esas cosas se hablan antes”.
Una opinión a la que se une la de Itsaso Arana, de la compañía La Tristura, que ahora cumplen diez años y que describe su participación en el festival “como si te fichara el Madrid o el Barça”. Además, ella pone el acento en que “sea hoy cuando los medios se hacen eco. Es un vacío que llevamos sintiendo desde hace meses. Imagino que sí se le ha dejado morir, ya que es un contexto, un tipo de público que genera un pensamiento crítico hacia el mundo que seguramente no interesa cultivar”.
Desde la compañía Los Torreznos, que ha participado también en alguna edición del festival, Rafael Lamata indica que son cancelaciones que en estos tiempos “dan mucha pena, pero ya sabemos que la cultura es de donde primero se suele recortar. Y además es algo que está sucediendo en general”.
Otro festival más grande
Otro festival más grandeA pesar de estas reacciones a la cancelación del festival, desde la Consejería de Cultura enviaron ayer un comunicado en el que mantenían que no se iba a dejar caer la creación teatral más contemporánea. “Se ultima una gran cita con la escena contemporánea que supondrá la mayor plataforma de promoción de nuevos creadores de las artes escénicas realizada hasta ahora en España. Esta cita celebrará a lo largo de 2014 su primera edición, dando cabida a decenas de espacios escénicos madrileño”, se podía leer en la nota. Sin embargo, no se ha especificado ni presupuesto ni quién será su responsable ni cuándo se pondrá en marcha. Lo único que se sabe hasta la fecha es que después de trece años, Escena Contemporánea está dinamitado.