Cultura arranca un nuevo archivo sobre los movimientos sociales con legados de brigadistas y de asociaciones feministas
El Ministerio de Cultura ha puesto este miércoles en marcha el Archivo Histórico de Movimientos Sociales (AHMS), con el objetivo de fomentar la investigación y difusión del activismo civil del último siglo en España. El archivo —un proyecto del exministro José Manuel Rodríguez Uribes, creado por su sucesor Miquel Iceta en 2021— recoge entre sus fondos documentales corrientes como el feminismo, la lucha obrera, la lucha LGTBIQ o la memoria de las personas afrodescendientes.
El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, se ha reunido en la sede del archivo —ubicada en Alcalá de Henares, al igual que el Archivo General de la Administración— con las primeras asociaciones que han cedido sus legados documentales, como la Asociación de los Amigos de las Brigadas Internacionales o la Federación Provincial de Asociaciones de Mujeres 'Flora Tristán'. Será a partir de septiembre cuando los investigadores podrán solicitar la consulta de estos archivos.
El archivo ya posee una página web para que tanto investigadores como ciudadanos puedan acceder a una selección de documentos, que en muchas ocasiones fueron producidos en la clandestinidad. Su puesta en marcha se enmarca en Cultura con Memoria, un proyecto que pretende realizar actuaciones relacionadas con la memoria democrática. “Nuestro Ministerio de Cultura defenderá siempre la memoria frente a aquellos que promueven el olvido y el desprecio de las víctimas de la dictadura”, manifestó Urtasun durante la presentación. “Lo que hacemos con la apertura pública de este archivo es cumplir con nuestra obligación en cuanto administraciones: velar por la verdad, justicia y reparación de las víctimas”, añadió.
El legado brigadista
En la presentación se ha firmado el acta de depósito de fondos cedidos por la Asociación de los Amigos de las Brigadas Internacionales, un colectivo que difunde y preserva el legado histórico de los voluntarios extranjeros que llegaron a España para luchar contra el fascismo. Esta donación, que comprende una repleta fuente documental de estos milicianos durante la Guerra Civil, está compuesta de objetos, libros de relevancia histórica y un volumen de 10 metros lineales de documentos escritos en papel, vídeos y fotografías que forman ahora parte de los fondos documentales del AHMS.
“Las Brigadas Internacionales simbolizan esa razón, esa esperanza en la democracia de una Europa abocada entonces, como tantas veces, a las guerras y a los totalitarismos. Esa lección de generosidad de las Brigadas Internacionales nunca se ha apagado, al igual que la deuda de gratitud con los miles de voluntarios que se unieron en defensa de la República española y cuya memoria regresa ahora a este archivo”, ha explicado el ministro Urtasun en el acto.
Gracias a este proyecto, entre algunos de los documentos custodiados ahora por el Estado se encuentran las fotografías del llamado General Walter, un brigadista ruso que ejerció como general republicano durante la Guerra Civil española, tomadas entre finales de 1936 y mediados de 1938. Imágenes que recuerdan, entre el amplio catálogo documental, la memoria de los brigadistas y rescatan imágenes inéditas de la historia de España que permiten reconstruir un pasado que aún forma parte de la memoria de muchas personas.
Asimismo, dos de los archivos más voluminosos en el Archivo Histórico de Movimientos Sociales pertenecen a la Federación Provincial de Asociaciones de Mujeres 'Flora Tristán' y del Centro de Investigación y Formación Feminista, con más de 400 cajas con objetos, casetes y otros materiales audiovisuales bibliográficos. Estos conjuntos documentan la agrupación de las denominadas “amas de casa” en los distritos madrileños desde 1969. Otro fondo relevante lo componen el archivo personal de Juan José del Águila Torres, figura destacada en la defensa de trabajadores al final de la dictadura, con más de 350 cajas de documentación que permiten conocer mejor los métodos de represión, la transición y la restauración de los derechos laborales. También se suman los fondos privados de Fermín Solana o Enrique Cano, entre otros.
Puesta en valor del patrimonio
La principal misión de este Archivo Histórico consiste en respaldar los esfuerzos iniciados en los años 50 en favor de un mayor conocimiento de los movimientos sociales. Recuperar, por tanto, documentos que hasta hace no tantos años han sido considerados como alteraciones del orden público, en el mejor de los casos. Registros que en su momento fueron en su mayoría ilegales y que reflejan verdaderos testimonios y referencias sobre el irrefutable castigo que sufrieron algunos miembros o simpatizantes de estos movimientos.
Tal y como se anunció con su entrada en vigor, este registro incluye documentos con una antigüedad superior a los 40 años. No obstante, serán tomados en cuanta otros documentos más recientes pero que merezcan la consideración de formar parte de este patrimonio documental y que documenten movimientos más recientes ligados al ecologismo, el feminismo o la lucha por el respeto a la diversidad sexual.
Por otro lado, también se admitirán legados relacionados con organizaciones políticas y sindicales de oposición al franquismo, organizaciones religiosas de carácter progresista, organizaciones de la emigración, u organizaciones estudiantiles.
Sin financiación propia
Tras el anuncio del Ministerio de Cultura de la creación de este archivo hace tres años, la Asociación de Archiveros Españoles en la Función Pública (AEFP) cuestionó la ambigüedad con la que trata algunos de sus puntos más relevantes. Entre algunas de estas críticas se encontraba la inconcreción de su funcionamiento para mantener los medios materiales y humanos y, sobre todo, que el Real Decreto publicado especificaba que la creación del archivo no contaría con ningún incremento del gasto público.
Otra de las críticas recibidas es que el AHMS va a coexistir con otros fondos similares, como el Archivo del Movimiento Obrero, un conjunto documental fundado por las fundaciones Largo Caballero, Indalecio Prieto y Pablo Iglesias a principios de este siglo que lleva abierto más de 20 años, pero que con la progresiva dificultad económica se ha visto obligado a menguar sus recursos humanos.
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