Cultura deja a Elche compuesta y sin Dama para su aniversario

Peio H. Riaño

3 de agosto de 2022 22:14 h

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La Dama de Elche está viva, es médica de familia en su segundo año de residencia y está enferma, a pocas horas de que empiece el día más importante de su vida. Demasiado calor, incluso para una Dama de Elche viviente. Así que nos atiende su hermana, Nadia Almarcha, que hace ocho años también fue Dama como Neus. Ella es abogada y fue la primera intérprete en vestir los colores oficiales de la estatua ibérica. Los arqueólogos acababan de descubrir que el rojo y el azul eran los tonos predominantes en la policromía con la que se pintó la piedra hace unos 2.500 años. “A la gente le llaman la atención las ropas, las joyas y, claro, los rodetes. Todo el mundo quiere hacerse fotos contigo. Es una experiencia poco habitual, pasas mucho calor y con ella, reivindicamos que vuelva. Porque la Dama debe volver a sus raíces. Esta es su casa y en su tierra va a estar mejor que en Madrid”, cuenta por teléfono Nadia.

Neus Almarcha es la Dama de Elche desde 2019. Fue la elegida entre las tres vecinas que se presentaron a interpretar el papel y transformarse en la estatua ibérica que celebrará los 125 años del descubrimiento de la esencia del alma ilicitana. Así la ven en Elche. No hablamos de arqueología, sino de identidad. “Ella está creada con un trozo de tierra de las canteras del Ferriol, es de aquí, está hecha con nuestra tierra. Para nosotros es mucho más que una pieza arqueológica, es parte de nosotros. Es una más. Para mí, fue una mujer y seguimos esperándola 125 años después”. Quien habla con tanta pasión es Mari Carmen Pérez, presidenta de la Real Orden.

Antes, la Dama era una cosa de hombres. Cuando en 1968 se creó la Orden de los Caballeros de la Dama de Elche, con la finalidad de promocionar la ciudad de Elche y “ensalzar la majestuosidad” de la estatua por todo el mundo, las mujeres no estaban permitidas en la organización. En 1997, Juan Carlos I concedió a la asociación el título de “Real” y en 2004 la orden entendió que aquel centenar de hombres adorando a una mujer debían estar acompañados por otras tantas mujeres. Y se rebautizaron: Real Orden de la Dama de Elche. Mari Carmen Pérez es la primera mujer presidenta desde 2006 y promete una celebración del siglo y cuarto del hallazgo “muy reivindicativa”.

Excusas institucionales

“Yo es que no entiendo por qué no nos la entregan. Queremos que este 125 aniversario sea un revulsivo para que nos devuelvan ya a la Dama. El Ayuntamiento ha dado un paso muy importante ante la incomprensible negativa de Iceta. Si en noviembre de 2021 se pidió la cesión por un año de la imagen para la celebrar este año, el mayo pasado el Ayuntamiento reclamó, con la unanimidad del Pleno, la devolución definitiva. Tenemos que ser valientes, decididos y sin complejos. No nos creemos que con los mismos informes técnicos con los que Carmen Calvo trajo la pieza, ahora Iceta no lo haga”, explica Mari Carmen Pérez Cascales. En los fastos, la exministra de Cultura será distinguida como “Excelente de la Dama”.

Iceta ha dicho que los técnicos del Museo Arqueológico Nacional no le permiten el traslado de la pieza. Sin embargo, ninguno de los informes redactados en 2006 en los que se excusa se opusieron al viaje de la Dama de Elche. El movimiento generó varios estudios sobre la escultura y el más importante de todos, describió su estado como “estable”. La dimisión de la directora General de Bellas Artes, Dolores Jiménez-Blanco, en noviembre de 2021, acabó con cualquier posibilidad de viaje de la pieza en una España que reclama la devolución de su pasado al Museo Arqueológico Nacional.

El alcalde de Elche, el socialista Carlos González, ha pedido a su compañero de partido “valentía” para “vencer a las resistencias” y dar permiso al préstamo temporal (que por ley no puede superar los seis meses). “Si no es con el 125 aniversario, será en el 126 porque esta es una reivindicación que no es una circunstancia pasajera, sino un sentimiento y un proyecto de ciudad”, ha añadido González en una entrevista con EFE.

Las dos damas

Hay dos damas de Elche. La que se descubrió hace 125 años y la que celebramos 125 años después de su hallazgo. La primera es la imagen que alguien creó hace unos 26 siglos, en la época ibérica antigua, como representación femenina aristocrática ideal con su tocado, manto, joyas y postura propia del rango, y que fue utilizada como urna funeraria por algún miembro destacado de la sociedad que vivió en la Alcudia (en las inmediaciones de Elche). La otra es la dama fetiche que abre una batalla cultural identitaria en el mismo momento en que fue descubierta por casualidad cuando Manuel Campello cavaba “para arreglar unos bancalitos”. La aparición de aquella figura el 4 de agosto de 1897, ante el azadón del campesino, fue entendida como una “serena majestad”.

Es la expresión que usó tres días después el arqueólogo Pedro Ibarra, cuando comunicó el hallazgo a su colega Pierre Paris, y un poco antes de orquestar la operación que acabaría con la venta de la escultura por 4.000 francos a un banquero francés, dos semanas después de su descubrimiento. El nuevo dueño la donó al Museo del Louvre y en 1941, regresó a España por un intercambio de obras de arte entre la Francia de Vichy y las autoridades franquistas, que la depositaron en el Museo del Prado, y desde 1971 forma parte del Museo Arqueológico Nacional.

“Pues toda esta historia es lo que ha convertido a la Dama en lo que es hoy. La idea de la pérdida ha hecho de ella un icono social. Es posible que, si no hubiese salido de Elche, no se le hubiera dado tanto valor”, comenta la arqueóloga Ana Ronda, comisaría junto con Mercedes Tendero de la exposición La Dama de Elche: el nacimiento del icono, en el Museo de La Alcudia, donde la Fundación de la Universidad de Alicante muestra los hallazgos que siguen emergiendo de los terrenos sin peinar del yacimiento. La investigadora de la cultura ibérica explica que su salto a la fama fue como el de la Mona Lisa, de Leonardo da Vinci, cuando fue robada en 1913.

Una pérdida irreparable

El sentimiento de pérdida continua en 2022, porque el pueblo ilicitano reclama al ministro de Cultura, Miquel Iceta, la imagen que los representa desde el mismo instante en que el doctor Manuel Campello y Antón —no confundir con Manolico— la sacó a su balcón aquel verano del siglo pasado. El pueblo quería verla y hubo flechazo. “Es en ese instante cuando comienza la construcción identitaria del pueblo ilicitano con la Dama de Elche”, indica Ana Ronda. Luego, Campello la vendió y la nostalgia y la reivindicación no se han curado desde entonces. “Es nuestra desde el mismo momento en que sabemos de su existencia. Todo el pueblo la pudo ver en el balcón de la casa de Campello. Pasó con nosotros dos semanas y no ha dejado de estar. Elche es un pueblo que respira por su dama. La seguimos sintiendo como nuestra y no pararemos hasta recuperarla”, reclama la presidenta de la Real Orden de la Dama de Elche. Este jueves los actos en Elche cerrarán con mascletá.

La figura es la representación de la España de las autonomías que quiere emanciparse de la centralidad institucional, pero antes fue la imagen misma de la pureza racial ibérica a los ojos de Himmler y hasta Marvel quiere apropiarse de ella para convertirla en una diosa anaranjada en la última producción de Thor. A Salvador Dalí se le ocurrió en 1956 pensar en las mujeres más bellas: la Venus de Milo, Nefertiti, Mona Lisa y la Dama de Elche. En la revista This Week Magazine, respondía a la siguiente pregunta: “¿Quién es la mujer más bella del mundo?”. La “mujer” era, claro, la estatua ibérica de la Alcudia.