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PGE 2022

Cultura sube un 40%, la mayor bomba de oxígeno de la historia de la democracia

Cultura es una de las carteras que más suben dentro de los Presupuestos Generales del Estado. Mientras Educación crece un 2,6% y Ciencia e Innovación un 18,9%, Cultura y Deportes recibe un 38,4% más que en el anterior ejercicio, un incremento que cuenta con la aportación europea.

En total, el Gobierno gastará en políticas culturales 1.589 millones de euros en 2022: 1.233 millones de aportación nacional, 356 de la Unión Europea. El sector cultural favorito en esta ocasión son los Museos y Exposiciones con 197 millones de euros, un 20% más que el año pasado. Le sigue el Cine, que había sido congelado en la partida anterior, la Música y la Danza, las áreas más castigadas por la pandemia. El gasto más importante es el destinado al bono joven para que las personas de 18 años inviertan en cultura, y que se financiará con 210 millones de euros.

Contando con la ayuda europea, esta es la partida más generosa que se ha destinado jamás al sector. La cifra supera los 1.284 millones de 2009 otorgados durante el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, que hasta ahora era la mayor de las últimas dos décadas. Sin la aportación de la UE, no obstante, la subida se quedaría en 1.233 millones. También es la cifra más alta después de los sucesivos recortes del Partido Popular, que en 2013 la redujeron a un mínimo histórico de 721 millones de euros.

Los más mimados: museos y exposiciones

Los museos han sido uno de los grandes afortunados de estos presupuestos, con una cuantía de 195,22 millones que suponen un incremento del 20,5% con respecto a la partida anterior. De esta forma, suben las cifras para las principales pinacotecas del país: el presupuesto para el Museo del Prado aumenta 7 millones, orientados para la adecuación museística del Salón de Reinos o la configuración de un campus; el Reina Sofía amplifica 4 millones su dotación para la adquisición de obras de arte; y el Thyssen Bornemisza recibe 11 millones más para la conservación y exposición de sus obras. Esta última institución, además, llegó este mismo año a un acuerdo con el Gobierno mediante el cual el Estado pagará 6,5 millones anuales durante 15 años a Carmen Cervera.

El programa económico destinado a exposiciones, sin embargo, no ha salido tan beneficiado. Recibe 1,52 millones, lo que supone una reducción del 28,3% con respecto al ejercicio anterior a pesar de que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, recalcó el mazazo que recibieron las visitas a las pinacotecas por las restricciones de aforo devenidas de la COVID-19. Asimismo, hay que recordar que las exposiciones, en los presupuestos de 2020, ya bajaron un 2,9% hasta situarse en los 2,12%.

El cine se descongela

Las artes escénicas (cine, teatro, música y danza) obtienen un presupuesto de 169 millones de euros, un 8,2% más. Crecen un 13,5% los recursos destinados a la cinematografía, con 97 millones de euros, cuyo grueso (70 millones de euros) lo recibirán las subvenciones tanto de películas como de investigación, distribución o producción de festivales. Otra parte importante de 10 millones de euros va directa a las salas. La mayoría de las subvenciones se otorgan en concurrencia competitiva pero el Ministerio otorga algunas nominativas como las que apoyan a los festivales de San Sebastián, Málaga o Sitges.

Las salas de música, aún en el aire

El programa de música y danza, que comprende tanto ayudas como el mantenimiento de las grandes compañías nacionales, como la de Danza o el Teatro de la Zarzuela, suponen 113 millones de euros, una subida del 4,3%, tres puntos menos de la que consiguió el año pasado. 

Esta partida incluye la financiación del futuro Centro Nacional de Danza, que será sede tanto para la Compañía como el Ballet Nacional pero también inversión en las sedes actuales, que adolecen de deficiencias en sus estructuras. Sin embargo, el presupuesto deja en el aire la ayuda a las salas de música, que tras la pandemia están en situación crítica y tampoco obtuvieron apoyo en 2021, aunque el documento indica su intención de apoyarlas con una línea de subvenciones propia. 

El teatro y el circo, tienen una dotación de 56 millones de euros, que se canaliza principalmente a través del mantenimiento de los teatros públicos, como el Centro Dramático Nacional o la Compañía Nacional de Teatro Clásico. La subida es del 7,8%.

Un 14% más para la literatura

El Libro vuelve a subir. Este sector fue el gran castigado en 2020, pero en 2021 el Gobierno se lo recompensó. Con 14,36 millones de euros, la partida destinada en 2022 a empresas públicas y privadas del sector, así como a eventos literarios y programas de fomento a la lectura, sube un 14%.

El programa de Bibliotecas cuenta con 51,83 millones de euros, lo que supone un incremento de 4,8 con respecto al ejercicio anterior. Todavía más generosa es la partida destinada a Archivos, que sube un 14% sobre el informe de 2020 y llega hasta los 31,07 millones. Entre las dos suman 84 millones de euros que, entre otras cosas, se destinarán al fomento de la lectura, del libro y de las bibliotecas. 

 Asimismo, incluye créditos para financiar reformas, como las obras en las Bibliotecas Públicas del Estado (BPE) y en los Archivos Históricos Provinciales, destacando las obras de construcción de la nueva sede de la BPE de Málaga.

Patrimonio sube, pero se queda sin nueva ley

La inversión del Gobierno en Patrimonio histórico y en la Administración de Patrimonio Nacional asciende a los 158 millones en total. De ellos, 40,30 millones sirven para la restauración y la protección del patrimonio. Porque otros programas, como el de la Administración del Patrimonio Histórico-Nacional (Palacio Real de Madrid, La Granja de San Ildefonso o el Valle de los caídos), dependen del gasto de Presidencia.

No obstante, Iceta ya ha renunciado a actualizar la Ley de Patrimonio. El anteproyecto presentado por el anterior ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, “nace muerto” para el nuevo titular. El boceto de la futura Ley de Patrimonio venía a sustituir la de 1985, aprobada en 2015 por el PP sin el consenso del resto de los grupos políticos. El texto pretendía incluir aquellos patrimonios que no se contemplaron en los años 80, como son el industrial, el subacuático y el cinematográfico y audiovisual. Sin embargo, el punto de fricción consistía en la incorporación de la categoría de Bien de Interés Mundial (BIM), por encima del Bien de Interés Cultura (BIC) y cuya declaración es competencia de las comunidades autónomas.