La novela “La mano invisible”, del escritor Isaac Rosa, será llevada a la gran pantalla por el cortometrajista David Macián, que debuta de este modo en el largometraje.
El rodaje, que comenzará el próximo mes de julio, se financiará con el apoyo de la multiproducción de particulares, a través de la plataforma de crowdfunding Verkami una campaña de financiación colectiva.
Autor de los cortos “Liquidación total” (2007), “Tropezones” (2009), “Vivir del aire” (2010), “Profesor Brofman” (2011) y “El increíble Trueno Escarlata” (2012), Macián cambia de formato, apoyado por un solvente reparto: Josean Bengoetxea, Javier Godino, Fernando Cayo, Esther Ortega, Elisabeth Gelabert, Bruto Pomeroy y Marta Larralde.
Según el autor de la novela, publicada en 2011 con mucho éxito por Seix Barral, el espíritu del equipo de la película es “muy coherente” con el que él escribió: “Es más que una película, es una obra colectiva que para mi es algo a reivindicar”, comenta el escritor en la web de la cinta, www.lamanoinvisiblelapelicula.com.
En ese sentido, ha destacado que la fórmula de producción adoptada haya sido justamente el modelo cooperativo, gracias al cual todos los miembros del equipo, desde los técnicos hasta los actores, invertirán en la película y optarán a los beneficios futuros de la misma.
Explica el autor que la novela habla de “un grupo de trabajadores que están en una nave industrial abandonada en la que está cada uno en su trabajo sin relacionarse entre ellos, haciendo todos un trabajo que no es productivo: un albañil que construye un muro para tirarlo, un mecánico, que desmonta un coche, una costurera que cose sin parar, y lo hacen ante un público que no sabe qué están haciendo, quiénes mueven los hilos, ni por qué están ahí”.
“Quería que los lectores fueran como esos espectadores que están en la grada, que miran, que observan lo que hacen los otros, y eso lo permite mucho más el cine”, opina Rosa, que ha apoyado de forma incondicional el proyecto de Macián.
El director, por su parte, eligió esta novela por su “potencial visual y narrativo”, así como por la actualidad de su mensaje.
Tanto el texto, que Macián ha adaptado junto con el guionista Daniel Cortázar, como el guion, invitan al espectador a reflexionar sobre la precariedad laboral actual y las dinámicas laborales que construimos.