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Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

El Duque del Lerma, artífice de la primera burbuja inmobiliaria de España

A la España del Siglo de Oro también le estalló la burbuja: reyes en bancarrota, aristócratas empeñados en sostener riqueza y alcurnia, hidalgos a la baja y en trance de apariencia, menesterosos en apuros. Y un escritor “perito en prisiones” a quien Juan Eslava Galán homenajea en su último libro Misterioso asesinato en casa de Cervantes (Espasa). Pero el verdadero protagonista es el duque de Lerma (1553-1625), valido de Felipe III y protagonista del “primer pelotazo de la construcción” en la historia de España, al muñir el traslado de la Corte desde Madrid a Valladolid a comienzos del siglo XVI.

“Valladolid no estaba entonces preparada para recibir a tanta gente y se recalificaron terrenos en lo que se observa como el primer pelotazo de la construcción”, le explicaba a EFE Eslava Galán, autor de “. Cuatro siglos más tarde, aun ”no hemos superado muchas cosas como la corrupción de los políticos, aunque entonces eran aristócratas impuestos y no elegidos democráticamente“. España es el país dominante del mundo en ese tiempo, pese a lo cual Felipe II y su hijo Felipe III padecen ”varias bancarrotas“ en medio de una nación ”improductiva“ donde los mercaderes y banqueros italianos son los dueños de las finanzas.

Eslava Galán (Arjona, Jaén, 1948), es filólogo, doctor en Letras y especializado en historia medieval. Ha situado en torno a 1605 su homenaje a la figura de Cervantes, uno de sus autores predilectos, a quien relee, de quien aprende “continuamente” y admira, “como filósofo, la profundidad que tiene”.“Es la época en que acaba de salir la primera parte de El Quijote, un libro muy popular en América desde muy temprano pero que en España nunca se vio como un libro serio porque entonces no existía la tradición de la novela. Tampoco la segunda parte, más profunda, fue tomada en consideración hasta que nos la descubrieron los eruditos alemanes e ingleses en el siglo XVIII”.

Un libro “tan poliédrico” como El Quijote “admite la lectura del humor entre otras tantas, por eso es un clásico”, ha proseguido este autor a quien les gusta leer “y escribir por curiosidad sobre las cosas que quiero aprender”, ha matizado.“Tengo la sensación de que cuando escribo estoy perdiendo el tiempo, que hay muchas cosas interesantes que leer y releer: soy mejor lector que escritor”.

Eslava Galán, que se estrenó en la narrativa hace cuarenta años con Jofra (1975), se ha entregado esta vez al habla culta y popular del siglo XVI, en un esfuerzo de rigor y documentación análogo al que tiempo atrás también hicieron con Cervantes otros escritores como José Jiménez Lozano (Las gallinas del licenciado) y Andrés Trapiello (Al morir don Quijote). Por las páginas del Misterioso asesinato en Casa Cervantes desfilan costumbres, vida cotidiana, gastronomía, indumentaria, oficios, herramientas y enseres de la época, así como una completa topografía urbana del Valladolid cortesano.

Soldado del rey en campañas contra el turco, cautivo de la morisma, preso en las cárceles de Felipe II, acosado por la Inquisición y ninguneado por la elite literaria, Miguel de Cervantes murió casi en la indigencia sin saber, tampoco los españoles hasta el siglo XVIII, que le había quitado las telarañas a la novela. Lisiado, perseguido y atormentado, vivió en Valladolid parte de los últimos años de su vida, donde volvió a sufrir pena de prisión por el asesinato de una personal principal a la puerta de la casa donde residía con sus hermanas, hija, sobrina y sirvientas, que Juan Eslava Galán ha recreado en artificio literario.