Señoras de mediana edad que observan desde detrás de sendas máscaras de gorilas. Señoras de mediana edad que exponen en Matadero. Señoras que crearon el colectivo feminista más reconocido del mundo artístico allá por 1985, denunciando el desequilibrio de género y racial de los artistas representados en galerías y museos. Señoras que ahora repasan su trayectoria en una retrospectiva comisariada por Xabier Arakistain. Dos miembros de Guerrilla Girls -que responden a los alias Frida Kahlo y Kathe Kollwitz- desembarcan en España para conversar sobre su trabajo, los estereotipos de género y las maquilladoras de muertos.
¿Cómo es un día normal para una Guerrilla Girl?
Kathe (ríe): No hay días normales.
Frida: ¿Nos han preguntado esto alguna vez? Creo que no, nunca...Hay un tipo de día normal cuando estamos de gira y otro cuando estamos en casa. De gira implica conocer a cientos de personas y hablar mucho sobre nuestro trabajo, hacer exposiciones, conocer estudiantes, a grupos activistas y participar en sus acciones. En casa implica hacer todo este trabajo que se ve aquí.
Kathe: Somos figuras públicas y después tenemos nuestra vida. En casa es todo mucho más privado porque todas estamos desperdigadas. No todas trabajamos en oficinas, no todas vivimos en la misma ciudad, es complicado ponernos de acuerdo.
Entonces, ¿no os levantáis, tomáis café y vais a colgar pósters por la ciudad?
Kathe: Ya no colgamos pósters, ya no hacemos....
Frida (interrumpe): Sí lo hacemos. Acuérdate de Canadá, hace no mucho.
Kathe: Tienes razón. ¡Colgamos pósters!
Teniendo en cuenta vuestra presencia en el panorama artístico de los últimos treinta años, ¿qué progreso o evolución habéis visto en él?
Kathe (suspira): Han cambiado algunas cosas con respecto al acceso y a la manera de entender la representación en el arte y la historia del arte, que ahora incluye a las mujeres y a gente de otras razas. Aún así, hay muchas formas de discriminación codificadas, como la incorporación selectiva [falsa política de integración de minorías], es decir, cuando incluyen a una mujer o a un negro en una exposición y creen que eso acaba con el problema cuando lo que hace en realidad es magnificarlo. También está el techo de cristal. La clase dirigente imposibilita a las mujeres o gente de otras razas a desarrollar su trabajo adecuadamente.
Frida (aclara): Cuando hablamos de la clase dirigente nos referimos al sistema, no a una conspiración.
Kathe: E incluso cuando las mujeres logran el mismo tipo de exposiciones y atención que un hombre, no son premiadas de la misma manera. Y eso las aliena y las convierte en sujetos discapacitados que les impide desarrollar su trabajo.
¿Cómo se distingue la incorporación selectiva de una política adecuada de representación?
Katha: No se trata de discriminación sí o discriminación no, sino de examinar los criterios con los que se juzga a un artista, en este caso.
Frida: Nosotras creemos que todos somos responsables de cambiar las cosas. La discriminación positiva es positiva precisamente porque se trata de una acción, al menos se hace algo. Pero la gente que está en el poder tiene que cambiar la manera de hacer las cosas.
Guerrilla Girls ha fluctuado su interés del arte a otras áreas como el teatro, el mundo del cine, el movimiento antibelicista...¿Cuan natural fue ese proceso?
Kathe: Fue muy natural. A la que investigas sobre las raíces de la discriminación te das cuenta de que son culturales. A las mujeres se nos estereotipa, y cuando piensas en esos estereotipos culturales te lleva a un terreno mucho más amplio: los medios de comunicación, la imagen de Hollywood...fue una evolución.
Frida: Somos artistas, así que empezamos criticando nuestro propio ambiente, pero rápidamente ampliamos a otros campos. Muchas de nosotras éramos ya activistas políticas antes de ser Guerrilla Girls, no éramos unas tipas cortas de miras obsesionadas con el mundo artístico.
Hablabais de estereotipos, ¿cómo se siente que el activismo sea museizado? ¿Se fetichiza vuestro trabajo?
Frida (ríe): Somos mujeres trabajadoras, sólo pensamos en el próximo proyecto. A veces es un poco incómodo porque la gente cree que tenemos todas las respuestas para todo, pero no somos legisladoras, sólo nos quejamos de las cosas injustas.
¿Cual es la experiencia más extraña que os ha pasado siendo Guerrilla Girls?
Frida: Hay tantas...Es bastante raro eso de ir por los sitios con una máscara de gorila.
Kathe: Lo realmente extraño e incómodo es cuando vamos con las máscara y alguien hace un comentario grosero, del tipo: “te pareces a mi mujer”. Eso te advierte sobre cual es la actitud general hacia las mujeres.
¿Cual es el mayor malentendido sobre las Guerrilla Girls?
Frida: Que somos unas tipas enfadadas que odian a los hombres. Eso le pasa a todas las feministas.
Kathe: Es el estereotipo de la feminista.
¿Cuan central es el humor en vuestro trabajo?
Kathe: Es un estupendo método para hacer que alguien que no está de acuerdo contigo se ría, funciona como un gancho. Una vez te escuchan ya puedes comunicarte con quien sea.
¿Qué opináis de las nuevas olas de feminismo en la cultura pop?
Kathe: ¿A quién te refieres?
Se me ocurren humoristas como Tina Fey, o estrellas del pop como Beyoncé que se definen como feministas.
Frida: Es estupendo, creo que las famosas son influyentes y hacen que las mujeres, los hombres y cualquiera que se define desde el género piensen en ello. Mucha gente no se quiere definir como feminista pese a que ideológicamente lo son, es una de las grandes desconexiones sociales. Así que si Beyoncé sale actuando con un cartel que dice “feminista” o Amy Poehler y Tina Fey se declaran como tales, es muy positivo.
Kathe: Aún así, estaría bien ver a Beyoncé cantando en smoking mientras Jay-Z le acompaña en ropa interior.
¿Tenéis miedo de que el feminismo se vea como una tendencia y que pase de moda?
Frida: Ahora está de moda ¡pero no lo ha estado durante tantísimo tiempo...! Ese era uno de nuestros objetivos, nuestro lema: “queremos poner de moda el feminismo”. Pero creo que no es casualidad que las famosas ahora se definan como feministas, porque les influye este momento en el que hay multitud de grupos activistas defendiendo la causa.
En ese sentido, ¿qué opinais de grupos Femen o Pussy Riot?
Kathe: Son dos grupos muy valientes que hacen cosas inolvidables en culturas dónde eso es un riesgo. Lo que nosotras hicimos resultaba escandaloso pero no era peligroso para nosotras. Deberían ser aplaudidas. Con esas estrategias logran cosas impactantes y que el mundo las mire. Tienen impacto en sus propias culturas porque en sus países ven como el resto del mundo reacciona, así que se merecen toda nuestra admiración y respeto.
Vuestro trabajo fue desde el principio muy DIY (háztelo tú mismo) ¿Si empezarais ahora, haríais las cosas de otra manera?
Frida: ¡Por supuesto!
Kathe: Yo creo que no.
Frida: Bueno, partiríamos de otro contexto. Creo que con internet podríamos haber jugado con otros elementos visuales, por ejemplo. Realmente hacíamos nuestro trabajo solas, no podíamos permitirnos nada más que impresiones muy baratas. Pero siempre, desde entonces, buscábamos el mismo paradigma: una manera nueva de contar lo que hay que contar y presentarlo de una manera inolvidable. No siempre funciona.
¿Cómo os organizáis actualmente? ¿Siguen apareciendo células de Guerrilla Girls por todas partes, como queríais que fuera en los noventa?
Kathe: Bueno, seguimos animando a la gente a que sea activa políticamente y que se auto organice, pero pensamos que es mejor que haya diversidad más que un solo colectivo, es mucho más efectivo así.
Siempre habéis dicho que os centrasteis en el mundo del arte porque era vuestro entorno y estabais en el ambiente neoyorquino en el momento adecuado. Si empezarais hoy, ¿cual sería vuestro foco de acción?
Kathe: Qué difícil...
Frida: Siempre hemos pretendido extender nuestro sentido crítico a distintas sociedades, ámbitos culturales y políticos. Si empezáramos en cien años lucharíamos por los derechos de las especies interplanetarias y los animales (ríe).
Pero seguro que hay algo que os obsesiona a día de hoy.
Frida: Sí. El mundo del arte se ha convertido en un espacio controlado por millonarios. Su gusto determina lo que muestran los museos y galerías, lo que se preservará en el futuro. Esa es una manera muy corrupta de explicar la historia del arte.
Kathe: Y además es muy decadente, no representa quienes somos como cultura. Es una burbuja que no dice nada del pensamiento contemporáneo.
¿Hay alguien que os interese, algun modelo contemporáneo de referencia?
Kathe: Nunca hablamos de artistas vivos, pero en términos de cultura pop a mí me gustaría ver a más hombres definiéndose como feministas. Eso sería estupendo.
Frida: Una vez nos escribió una carta una chica que era maquilladora de muertos y decía que la desigualdad y el techo de cristal existen también en su área profesional. ¡Maquilladora de muertos! Para que luego digan que el machismo no es transversal.