Conciencia de clase, humildad y reivindicación de la identidad de barrio. Una regeneración del underground clásico adaptada y evolucionada a los códigos de hoy. Desde el sur de Madrid, Roberto Osahon (1995) -Ergo Pro-, y Alejandro Fernández (1996), -Ill Pekeño-, venían de encadenar un trabajo precario tras otro, “de friegaplatos, en tiendas de ropa… lo que tocase”, reconocen ambos encogiendo los hombros y entre miradas cómplices. Ahora, a los de los barrios madrileños de San Cristóbal de Los Ángeles y Orcasitas se les considera dos de los artistas urbanos con más proyección en España.
Desde pequeños les atrajo todo lo relacionado con la cultura del hip-hop. Sobre todo ese apoyo colectivo “al estilo Wu-Tang o Mobb deep de dar trabajo a los tuyos haciendo música”. En su caso, la MG o ‘Mafia Gregoriana’. Si bien Ergo Pro ya hacía sus canciones, conoció a ‘Peke’ porque este le hacía los vídeos. “Un día grabando un videoclip me dijo que él también rapeaba y le pedí que me lo enseñara. Me pareció brutal y desde aquellas colaboramos en muchísimas canciones”, relata el rapero, de padres nigerianos.
Tras varios años en la escena y la pandemia, tienen este verano lleno de festivales y conciertos. Si bien hace unos años, en otra entrevista, decían que su sueño era poder vivir del rap, ahora aseguran “sobrevivir”. “La gente se cree que cuando tienes algo de notoriedad llevas la vida de un rockstar, pero lo que haces es reinvertir constantemente”, explica Ergo Pro. “Tardas sobre tres meses en cobrar de plataformas digitales y luego tienes que declararlo. Es mucho más fácil para quien tiene una familia de clase alta con contactos en la música”, recuerda Ill Pekeño. “Se trata de subir tus temas a las plataformas y rezar porque a alguien le guste”, añade a sus palabras el de San Cristóbal.
Aunque su historia pueda parecer la de superación de dos jóvenes que vienen de barrios marginales y triunfan en el rap, ellos no se olvidan de donde vienen. “Hemos sentido desprecio por ser de un barrio pobre”, asegura Ergo Pro. “Quien enaltece la pobreza y el vandalismo de los barrios marginales como algo bueno es porque no lo ha sufrido en su vida”, añade. Por eso, ellos consideran que ser rapero, no deja de ser el “ejercer de cronista del barrio” y ser fiel a la hora de contar lo que se ve y vive.
El asco y frustración en el trabajo precario te sirve de inspiración
Criarse en un barrio popular como lo son San Cristóbal u Orcasitas suele implicar desarrollar cierto carácter, pero también dificultades en la vida. Ergo Pro tuvo que ligar estudios y trabajo “porque no había dinero en casa”. Dejó la carrera de Sociología cuando suspendió una asignatura y dejaron de darle la beca. Recuerda trabajar y estudiar como una época dura y critica el modelo de trabajo capitalista: “En el trabajo asalariado te hacen sentir como una pieza siempre reemplazable. Es algo que te deshumaniza como persona”. “En los descansos del curro me salían muchas letras a modo de desahogue. El asco y frustración en el trabajo precario te sirve de inspiración”, destaca Ill Pekeño.
La “vuelta a las barras”, las caricaturas y la falta de reconocimiento
Estos dos artistas son un exponente más de lo que se está viendo en el panorama nacional. Sus nombres se relacionan con los de Delaossa, Dano, Hoke, Ébano, Free Sis Mafia o Las ninyas del corro. Una nueva ola de artistas que, tras una explosión hacia nuevos estilos dentro del Hip-hop en 2014 con los graves 808’s y los hit-hats, han vuelto a las “barras”. Es decir, al encadenamiento de versos del rap más underground, pero cuidando también el sonido de las bases.
“Si infantilizan el rap es porque se asocia a las clases bajas”
Ergo Pro e Ill Pekeño caminan a su ritmo por la avenida Rafaela Ybarra. Odónimo que coincide con el último trabajo de ‘Peke’, que ha llegado a más de 6 millones de reproducciones en Spotify. Sorprende que, hablando sobre algo tan local como su barrio, llegue a tanta gente. “Es una apertura a nuestro universo, que para bien o para mal coincide con el de muchos más chavales en España”, valora Ill Pekeño. En este sentido, Ergo Pro adelanta a elDiario.es que saldrá próximamente una nueva mixtape suya: 'Opera Fidelio', de la que ya se conocen canciones como Riquelme & Okocha y War'z on.
Pese a que ahora lo considerado bajo la etiqueta de música urbana ha entrado en el mainstream, estos dos artistas consideran que queda mucho por avanzar. “Es cierto que ha llegado gente ahí arriba como Morad, que tiene una gran influencia sobre muchísimos migrantes, pero toda la industria del mainstream sigue caricaturizando e infantilizando el rap, generando unos prejuicios que no corresponden a la realidad”, argumenta Ergo Pro. Además, destaca que “cuando se importó en España la gente ha infravalorado el rap, ha costado mucho tener calidad. Las plataformas de streaming muestran que es una música que escucha la gente, pero falta el reconocimiento que hay en Francia o en EE.UU”. “A cualquier rapero le gustaría cambiar esto y que lo llamasen para tocar en Operación Triunfo o en la tele y enseñar su música”, subraya, recordando a lo que rapea Ill Pekeño en ‘Calle cortada’: Mi equipo apisona, pero nunca suena en la emisora.
“Si nos tratan así es porque hay una correlación con que sea una música que escuchan las clases bajas”, asegura Ergo Pro. En este sentido, es raro ver la misma caricaturización con el indie o el rock. “Mira el barrio de Malasaña, ahí tienen todos los garitos, toda la música. Todo está para ellos y es raro ver locales exclusivamente de música urbana en Madrid, aunque poco a poco empiece a cambiar”, añade.
El racismo, la extrema derecha y las desigualdades
En cuanto a las inspiraciones, Ergo Pro reconoce haberlo tenido difícil en España por la falta de identificación. “Mis inspiraciones han venido de los Estados Unidos, En España me han faltado referentes afro”. “Soy hijo de nigerianos, de segunda generación en España. Me he criado con latinos y rumanos y es algo que agradezco muchísimo. Sin embargo, nunca he conocido a otro nigeriano en mi barrio y he sido un negro entre blancos. Es algo que a veces te hace sentirte como el raro del grupo e incluso llegas a asumir, sobre todo de pequeño, ciertas bromas racistas por no pelearte”. “He construido mi personalidad a partir de esas vivencias y de la reivindicación de mi cultura de origen. Sino no eres ni de aquí ni de allí. Luego vas a Nigeria y eres el raro”, añade.
Pedro Sánchez es un traidor. El PSOE está llevando una política de fronteras que podría tener Vox
Y es que Ergo Pro siempre ha destacado por su antirracismo. En el videoclip de la canción ‘Kaligula’ hay una clarísima influencia del movimiento Black Live Matters y la portada de su disco ‘Dogma’ es un Jesús negro. ‘Ese al que tu llamas mena se llama Soufianne’, rapea en The Lox. “El cartel de la abuela y el joven migrante que hizo Vox es violencia directa”, asegura. Para él, “la palabra mena deshumaniza todo lo que puede sufrir un chaval que llega solo a España”. El cartel que puso el partido ultraderechista en el metro de San Cristóbal de Los Ángeles fue destrozado durante la campaña electoral. “La gente del barrio se defendió y contestó al ataque de la extrema derecha, no fue gamberrismo”, argumenta.
Preguntado por la tragedia vivida en Melilla hace una semana, Ergo Pro es claro señalando responsabilidades: “Pedro Sánchez es un traidor. El PSOE está llevando una política de fronteras que podría tener Vox”. “La gente que viene escapa de guerras, conflictos y pobreza. Entiendo que tiene que haber una regulación de la migración, pero parece que si eres rubio y de ojos azules tu vida vale más que la de un negro”, critica con enfado el artista.
La palabra mena deshumaniza todo lo que puede sufrir un chaval que llega solo a España
Es habitual ver a Ergo Pro e Ill Pekeño en conciertos solidarios. Desde el apoyo al sindicato de vivienda en Vitoria y en contra de los desahucios hasta un macroconcierto en Rivas (Madrid) en solidaridad con el pueblo palestino junto a otros artistas del género y ondeando la bandera. Se han mostrado siempre en contra del auge de la extrema derecha. Y quieren a los raperos ultraderechistas fuera de la escena. “Por muy pureta que suene, el rap es y debe ser antifascista”, defiende convencido Ill Pekeño. En ese sentido, aunque aseguran que entender los motivos, reconocen echar de menos que la gente que orbita sobre la música urbana “se moje más en la política y las desigualdades”.
Si bien es cierto que la política está de alguna manera en todas sus letras, no aparece de una forma explícita. “Respetamos al 100% quien apueste por una postura artística dedicada exclusivamente a la política. No obstante, toda decisión humana es política y todo lo que vayamos a hacer tiene que ver con ella. Para mí lo fundamental es lo social y de ahí se destila la política. A veces, influencias más hablando de desigualdades, de injusticias o de qué hace falta para cambiar las cosas que diciendo algo más teórica”, explica Ergo Pro. “En el rap me parece más atractivo explicar las cosas con un lenguaje y unos códigos que sean más cercanos al barrio, puedes influenciar de una manera más indirecta”, censura Ill Pekeño.