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Los españoles siguen leyendo tanto como en el confinamiento

Un mujer lee un libro en un parque, en una fotografía de archivo. EFE/EPA/NEIL HALL

Javier Zurro

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El año pasado trajo la vuelta a la vida social. Se acabó el confinamiento, se acabó el toque de queda y la gente se lanzó a las calles y a las terrazas. Eso ha provocado la bajada de asistencia a espectáculos culturales como el cine, pero sin embargo no ha afectado a la lectura, que ha resistido este 2021. Es la principal conclusión del Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros de España que se ha presentado este miércoles. Los datos del barómetro demuestran que el auge en la lectura de libros provocado en 2020 por la pandemia se ha consolidado, evitando una caída que muchos temían por la mejor situación pandémica.

El año pasado se aumentó un 0,3 el porcentaje total de españoles que leyó al menos un libro, y subió considerablemente el porcentaje de lectores que leen de forma frecuente (diariamente o al menos una vez a la semana), que pasó del 50% al 52,7%. En 2021, esta última cifra se mantiene. De nuevo el 52,7%. Por su parte, la lectura se ha mantenido como una actividad de ocio más para el 64,4% de la población española frente al 60% del curso anterior. Son los datos que han destacado desde la Federación de Gremio de Editores de España, que también han subrayado que “la mejora de los índices de lectura se produce en la práctica totalidad de las comunidades autónomas y también crece en, prácticamente, todos los tramos de edad, así como en mujeres y hombres”.

Para Daniel Fernández, presidente de la institución, la conclusión de este barómetro es que “el gran salto de la lectura que se produjo en 2020 se ha consolidado en 2021”. “Es muy buena noticia para el sector. Esto nos acerca a los índices de lectura de los países más desarrollados de la UE, pese a ello persiste un 35% que nunca abre un libro”, ha dicho en el acto celebrado en el Ministerio de Cultura. Ese 35,6% que no lee nunca es el lado negativo del informe, y una cifra que según Fernández justifica “ese pacto por la lectura y el libro” en el que se trabaja.

El ministro de Cultura, Miquel Iceta, ha pedido “no esconder la realidad” y se ha mostrado preocupado porque “hay un porcentaje demasiado elevado que no lee” y se ha mostrado decidido a intentar “romper esa barrera”. El barómetro indica que este porcentaje “tiene que ver con el nivel económico y educativo”, por lo que ha manifestado su convencimiento de que cuanto más se haga por “reducir la brecha socioeconómica será contribución a mejorar índices de lectura”. También ha aprovechado este dato negativo para defender sus dos medidas estrellas, el plan de fomento de la lectura al que va a destinar 13,2 millones de euros, y el Bono Cultural Joven

“Parece como si el estudio nos diera más razones para el bono cultural, ya que se aprecia que ese descenso ocurre sobre todo cuando se alcanza la mayoría de edad, y queremos que no se pierda el hábito de la lectura que se adquiere en la adolescencia. Por eso, el bono es una invitación al consumo cultural en general, pero la experiencia acumulada en Francia e Italia nos indica que una buena parte del gasto añadido se produce en mundo del libro, entendida de forma mas amplia, incluyendo también cómics o novelas gráficas que, para nosotros por supuesto que también son libros”, ha añadido Iceta.

El informe también indaga en los motivos para aquellos que afirman no leer. La falta de tiempo (49,8% de los no lectores) y la falta de interés por la lectura (25,1%) son los principales argumentos que señalan los no lectores. También hay un 24,9% que señalan que prefieren emplear su tiempo libre en otros entretenimientos como pasear (25,5%), pasatiempos (18,1%), descansar, no hacer nada (15,9%) o ver la televisión (14,7%), entre otras actividades.

Parece como si el estudio nos diera más razones para el bono cultural, ya que el descenso ocurre cuando se alcanza la mayoría de edad

Miquel Iceta Ministro de Cultura

Otros datos destacan del barómetro. El primero, el descenso por primera vez del porcentaje de lectores en formato digital. Pasa de un 30,3% a un 29,4%. Una bajada pequeña, pero que para el Gremio de Editores lo que de muestra es que “el soporte digital ha hecho techo, ya que por primera vez no ha crecido”. Un tipo de lector que no es exclusivo digital, sino que combina el e-book y el libro tradicional y que no consideran que vaya a subir en los próximos años “ni aquí ni en otros países”. El segundo dato es la subida considerable de los audiolibros, que hasta ahora representaban un porcentaje insignificante y ahora ya llegan al 5,2% de la población que afirma escucharlos.

Otro dato negativo es el aumento de la piratería. Del 55% de lectores que aseguraban el año pasado descargar libros gratuitamente se pasa a un 60,3%. Lo que más llama la atención es que la gran parte de aquellos que lo hacen son completamente conscientes de que lo que están haciendo es una actividad ilegal, ya que el número de lectores digitales que saben distinguir perfectamente cuando la descarga no es legal sube hasta el 63,9%.

Aunque haya subido el dato de la piratería, también lo ha hecho el de los compradores de libros. El porcentaje de personas que compraron libros ‘no de texto’ se incrementó del 51,7% en 2020 al 52,3% en 2021. En la última década este porcentaje se ha incrementado en 10,7 puntos porcentuales. Además, las librerías siguen siendo los lugares preferidos por los lectores para sus compras de libros. Las librerías y las cadenas de este tipo de comercios fueron los establecimientos en los que realizó su última compra de libros el 55,4% de los clientes. Las compras por internet también siguen creciendo y en ellas realizaron su última compra de libros el 25,3% de los compradores.

Respecto a la edad, el tramo con mayor población lectora es la comprendida entre los 14 y los 24 años (74,8% de población lectora en tiempo libre). A partir de los 25 años se produce una caída en los índices de lectura (67,3%) que se mantiene hasta el tramo de edad de más de 65 años en los que se observa una nueva caída. Las mujeres vuelven a demostrar que leen más que los hombres, una diferencia que crece conforme se van cumpliendo años, registrándose la mayor diferencia en el tramo de edad comprendido entre 55 y 64 años.

Por niveles de estudios, el 85,9% de la población con estudios universitarios lee en su tiempo libre. El porcentaje baja hasta el 61,8% entre quienes tienen estudios secundarios. El 39,8% de la población que solo ha cursado estudios primarios es lectora en tiempo libre. Pese a esas diferencias, el barómetro subraya que en todos los niveles se ha registrado un ligero incremento con respecto al año 2020.

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