La influencia de la “revolución” que supone internet y las redes sociales en la evolución del idioma centra el IX Seminario Internacional de Lengua y Periodismo “El español del futuro en el periodismo de hoy”, que inaugurará la Princesa de Asturias el próximo día 28 en San Millán de la Cogolla.
El consejero de Cultura de La Rioja, Gonzalo Capellán, el director general de la Fundéu-BBVA, Joaquín Muller-Thyssen, y la coordinadora de la Fundación San Millán, Almudena Martínez, han presentado hoy en Logroño este seminario, que reunirá, en dos jornadas, a lingüistas, periodistas y expertos para analizar cómo internet y las redes sociales influyen en el desarrollo del español.
Doña Letizia inaugurará el seminario, acompañada por el presidente del Gobierno de La Rioja, Pedro Sanz, del director de la Real Academia Española, José Manuel Blecua, y de los escritores Enrique Krauze y Agustín Fernández Mallo, quienes pronunciarán las primeras conferencias.
“Del papel al píxel. ¿Hablamos del mismo idioma?”, “Periodismo y periodistas en la red”, “¿Sueñan los androides con noticias automáticas?” y ¿Hacia dónde llevan al español los nuevos medios?“ son las mesas previstas en el Seminario, organizado por la Fundación del Español Urgente, promovida por la Agencia EFE con el patrocinio del BBVA; y la Fundación San Millán de la Cogolla.
Muller-Thyssen ha explicado que el objetivo “complejo y ambicioso” del seminario es “tratar de ver en qué dirección va el español y cómo los nuevos medios influyen en el lenguaje periodístico”, dado que la diferencia de estilos que se emplean según el medio en el que uno se comunica, la cantidad de escritura que se produce y la velocidad de los cambios hace que sea “difícil afirmar categóricamente casi nada en este campo”.
Cree que parece evidente que cada vez es mayor el peso de lo oral, de las características propias del habla, en el lenguaje escrito que se emplea en los chats, correos electrónicos, wasaps y en lo que es la comunicación a través de los medios electrónicos.
En el seminario, que podrá seguirse en directo por internet, se analizará qué influencia tiene al final esta oralización de lo escrito en estos medios que se usan permanentemente y cómo quedan los límites, que hasta ahora han estado siempre tan claros, entre lo escrito y lo oral, ha subrayado.
A ello ha sumado la necesidad de estar atento a lo que ocurre con la incorporación del lenguaje gráfico en el escrito, como los emoticonos, nuevos usos de las interrogantes y las exclamaciones, con “ese lenguaje cada vez más visual y la incorporación de estos usos, incluso, al lenguaje gestual”.
Los nuevos sistemas de comunicación son utilizados, en una primera fase, por jóvenes que establecen un estilo lingüístico, propio y nuevo y, después, se incorporan usuarios de mayor edad que hacen que “el estilo coloquial y más radical del comienzo se complemente con uno más conservador y formal”, ha dicho.
El director de la Fundéu ha insistido en que “el periodismo no va a permanecer ajeno a los cambios que se registren en el lenguaje común” y, por ejemplo, “el papel de Twitter es cada vez más parecido al de una agencia de noticias y, aunque con resistencias, se usa como vía de difusión e, incluso, como fuente de información”.
Ha asegurado que “el lenguaje periodístico se adapta, se adaptará ahora, como lo ha hecho siempre, a los nuevos formatos” y se irá adecuando a lo que exijan los buscadores, a la forma de leer en las pantallas, buscará efectos más visuales para atraer al lector y se adaptará a los nuevos usos lingüísticos que imponga la calle.
Capellán ha aludido a que los medios de comunicación son el cauce más dinámico y que más contribuye a difundir, modificar y evolucionar la lengua, a lo que ha añadido que internet y las redes sociales han transformado el propio concepto de periodismo, el trabajo del periodista y el propio lenguaje.
Se ha referido a la sobreinformación que existe actualmente en la sociedad y que circula información de calidad y sin calidad, por lo que hay que formar a los jóvenes para que tengan capacidad de selección, lo que también supone un reto para los periodistas.
Muller-Thyssen ha reconocido que, dentro de esa sobrinformación, donde “hay mucha basura y mucha calidad”, el lector buscará la calidad por encima de todo y los periodistas deben ser capaces de dar respuesta a esas nuevas necesidades con calidad.