Fallece el escritor de libros infantiles El Hematocrítico
El escritor, guionista y humorista Miguel López, más conocido como El Hematocrítico, ha fallecido en la tarde del lunes 27 de noviembre, según ha confirmado su pareja, la también escritora Ledicia Costas. La causa de su fallecimiento ha sido un infarto, según su entorno más cercano. Tenía 47 años.
Miguel López había compaginado durante años su carrera como escritor de libros infantiles con su trabajo como profesor en un colegio coruñés, su ciudad natal. Precisamente, su especial entendimiento con los niños, su capacidad para entenderlos y hablarles el mismo lenguaje es lo que le facilitó ir más allá de la enseñanza y zambullirse en la literatura infantil, lo que verdaderamente disfrutaba.
El humor era otro de los motores de su vida. Lo utilizó en gran medida para narrar historias a los niños pero también a los adultos. Recientemente lo hizo como guionista de televisión (Los felices veinte) y como gestor de cuentas en redes sociales, un lenguaje que dominaba de tal manera que formaba parte de su propia expresión cotidiana. En ocasiones era un trabajo, como cuando le encargaron las redes sociales del programa infantil de TVE Mapi y en otras ocasiones era su propia cuenta u otras de gran éxito en Twitter, las cuales azuzaba de manera anónima. Sus más de 160 mil seguidores en Twitter recordarán que fue él el inventor ―o al menos el popularizador― de la palabra “tróspido”, que usaba como adjetivo en el seguimiento comentado de programas de televisión.
Su amigo, el actor y director Nacho Vigalondo, presentador además de esa fantástica rareza televisiva que fue Los felices veinte, conoció a Hemato, como abreviadamente le llamaban sus amigos en lo que podríamos llamar los albores de la blogosfera, en un foro delirante creado por el periodista especializado en videojuegos John Tones, llamado el Focoforo. De alguna manera y por mucho que internet se convirtiera en otra cosa, El Hematocrítico conseguía que las redes siguieran siendo ese lugar emocionante e impredecible que eran cuando escribía en el Focoforo. “Su extraño talento le convierte en una mezcla entre community manager, humorista y manipulador de masas”, escribió Vigalondo de él en el prólogo de El hematocrítico del arte en 2012. “Miguel Ángel es, en persona, el chorro de humor e ingenio que puedes intuir, pero además la suya es ese tipo de amistad que lamentas no haber iniciado en EGB”, añadió.
Le gustaba la música, le gustaba la comida, le gustaban las historias fascinantes y tenía un talento arrollador para a su vez contar con fascinación. Miguel Ángel López comenzó a utilizar el pseudónimo El Hematocrítico a finales de los años 2000. En 2012 y en 2014 publicó en la editorial ¡Caramba! dos libros titulados El hematocrítico del arte en el que afinaba un humor que ya había desplegado en su cuenta de Tumblr: el arte de retitular cuadros. Así, vemos a una menina pintada por Juan Carreño de Miranda sobre una cita que dice: “Te juro que no sé nada sobre la mesa camilla esa tuya que dices que te ha desaparecido”.
En el prólogo del segundo volumen, el cineasta Álex de la Iglesia, quien también le conoció en las redes, escribió sobre él: “¿Quién diablos es?”, y añade: “Un pedazo de animal libre como un águila imperial, diciendo lo primero que se le pasa por la cabeza, con una fuerza, una energía y sobre todo, una total despreocupación por las consecuencias de sus actos que, ¡oh Señor!, no puedo más que admirarle”.
El Hematocrítico colaboró con diferentes ilustradores y dibujantes para sus libros. Uno de los más queridos por los pequeños lectores es Feliz feroz (Feliz feroz: o lobiño riquiño, en gallego), ilustrado por el también coruñés, cineasta ganador de varios premios Goya, Alberto Vázquez, en 2014. También con Vázquez publicó El bosque de los cuentos en 2020 y, en octubre de 2023, Unha unicornia bajo la premisa de la inversión de papeles: en este cuento es la unicornia la que sueña con conocer a una niña. Ha sido de gran éxito la saga de libros Max Burbuja, para lectores a partir de siete años, sobre un niño al que sus padres separados le apuntan a todo tipo de actividades pero él solo quiere que le dejen en paz. Otro gran dibujante, el Premio Nacional Paco Roca, ilustró otro libro suyo, Doña Problemas, sobre una niña que resuelve todos los incidentes que ocurren en el colegio.
Entre su inmensa e incansable producción, el año pasado publicó un libro particular, firmado con un pseudónimo (L-Matocrítico) a partir de su propio pseudónimo. A la manera de los libros ¿Dónde está Wally?, el creador jugó con las 'desapariciones' de Juan Carlos I, al que se refiere como “L-Mérito”. “Es un personaje que nos ha acompañado durante 40 años. De verlo en la tele le tienes hasta cariño, como un tío abuelo”, dijo L-Matocrítico para un artículo sobre este álbum en elDiario.es. También el año pasado publicó Hospitalario, un álbum dibujado por Cynthia Hierro y creado junto a un grupo de personal de enfermería de la UCI Pediátrica de un hospital tinerfeño, dentro del programa mediador entre artistas y sociedad civil, Concomitentes.
El Hematocrítico escribió también en prensa. Entre 2014 y 2015 publicó en elDiario.es unas deliciosas columnas que son un viaje al internet más tróspido: el de los memes, las noticias falsas y los creadores más bizarros. Actualmente escribía para la revista GQ, donde seguía usando el viejo avatar que popularizó ―una versión tróspida, perdón por insistir pero no hay otra manera de llamarlo, del personaje Patricio de los dibujos Bob Esponja― para publicar sobre educación, a su manera. Además, durante 11 años ha realizado con su amigo el periodista Noel Ceballos el podcast Los Hermanos Podcast, del que difícilmente podríamos dar aquí una aproximación a su variada temática. Hace tres días se publicó el último episodio, que sería el 231 si las cuentas de la plataforma iVoox no fallan.
En ese otro hábitat suyo que era X/Twitter, se le ha despedido. “El Hematocrítico hacía que internet fuera un sitio mejor”, ha dicho el dibujante Manel Fontdevila. “Nadie como él sabía hablar a los niños de una forma tan cercana, gamberra y a la vez respetuosa y tierna”, han escrito sus editores Blackie Books; uno de muchos, pues también le publicaron sus libros Anaya, Penguin o Astiberri. “Nos ha dejado bien solos, porque vamos a notar muchísimo su falta. Una de las personas más divertidas que he conocido y también de las más generosas”, ha publicado el anteriormente mencionado John Tones. “Nos ha dejado un tipo estupendo, un pionero con mil buenas intuiciones, un personaje del siglo XXI, mi socio en Leyendas del recreo y el de muchos otros otros dibujantes en muchos otros libros. Estoy tristísimo y aturdido”, ha asegurado el dibujante Albert Monteys, recordando los cómics que crearon juntos, con los niños de quinto de primaria como héroes de las historias del patio, cuya recopilación en un solo volumen, con el título Legendario, se ha publicado en octubre. “Hemato, querido, te llevaste la pelota y ya no podemos jugar más”, ha dicho el humorista Facu Díaz. “El único adulto que sabía cómo piensa y siente un niño realmente, cómo decía ”bueeno“ cuando algo le hacía gracia, lo buen anfitrión que era en Coru[ña], sus cuentos y las últimas charlas sobre [la serie infantil] Bluey”, ha dejado en un tuit el escritor Miqui Otero.
Por su parte, el guionista y expolítico Guillermo Zapata ha recordado en su despedida Drama en el portal, otra genialidad en forma de Tumblr en el que Miguel López recogía carteles pegados en las comunidades de vecinos y que ¡Caramba! de nuevo convirtió en libro. “No tengo ni ánimo ni palabras para describir lo increíble que era algo como Drama en el portal. Quizás el contenido de Internet que más feliz me ha hecho desde que andamos por aquí. Esa es sólo una pequeñísima parte del talento de Hemato, de su inteligencia y su creatividad”, ha dicho Zapata.
“Cualquier cosa que digamos de Hematocrítico se quedará corta. La mejor persona, la más creativa, la más generosa, el mejor amigo”, ha escrito el creador Manuel Bartual, quien precisamente fue responsable de la edición en libro de El Hematocrítico del arte. “Gracias por hacernos reír con lo que más necesitamos: la cultura, el arte, las ideas, la vida. Dando tanto, te lo han quitado todo tan pronto”, ha publicado el escritor Javier Pérez Andújar. “Qué noble, qué divertido, qué anfitrión generoso, qué talento inmenso siempre regalado a los demás”, ha dicho de él la escritora gallega Alba Carballal. “Era una persona colosal, tremendamente creativa, que contagiaba felicidad y siempre te recibía con una sonrisa en la cara. Padre, colega y genio”, han sido las palabras de recuerdo del dibujante ourensano David Rubín.
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