Casi la mitad de las premiadas a mejor película en los Oscar no supera el test de Bechdel

Tras más de 10 horas de metraje y cientos de kilómetros recorridos, Frodo llega a Mordor en la última película de la saga de El Señor de los Anillos. Las tres películas ambientadas en la Tierra Media estuvieron nominadas a Mejor Película en los Oscar de 2001, 2002 y 2003. Pero no es lo único que tienen en común las cintas de la trilogía: ninguna de las tres supera el test de Bechdel, cuyo aprobado depende de (1) que haya dos mujeres con nombre en la película, (2) que hablen entre ellas y (3) cuyo diálogo no verse sobre un hombre.

Este suspenso no es único ni excepcional de la trilogía de Peter Jackson. De las 108 nominadas a Mejor Película en los Oscar durante el siglo XXI (2000-2016), el 45% no pasan este sencillo test. La regla se extiende también a las ganadoras, 7 de las últimas 16 vencedoras del galardón a la cinta del año no superan el examen. Gladiator suspende. The Artist suspende. Infiltrados, también.

Este es el resultado del análisis de eldiario.es de las nominaciones de los Premios Oscar a mejor película y los resultados de esas cintas en el test de Bechdel, obtenidos de la web colaborativa bechdeltest.com. La pregunta es clara: ¿hay sexismo en los Oscar? La respuesta: no tanto. El test solo mide la presencia de diálogo entre personajes femeninos y no el rol de las mujeres en la historia.

Por eso nos hemos fijado en otros datos partiendo de una premisa, y es que los productores, escritores y directores de películas hacen películas en las que muestran su punto de vista sobre las cosas. Los grandes productores, guionistas y directores son, en mayoría, hombres. Por tanto, las películas se harán desde el punto de vista masculino. Para comprobar esta teoría, hicimos el mismo experimento que hicieron tres investigadores en la web Poly-Graph. ¿Cambia el porcentaje de aprobados dependiendo del sexo de los guionistas y escritores?

Según se refleja en los datos, sí. Un 49% de las películas nominadas con equipos de guionistas y escritores integrados exclusivamente por hombres fallan el test. Un porcentaje que baja hasta el 40% cuando hay, al menos, una mujer y al 0% cuando el equipo está formado exclusivamente por mujeres. Entre estos últimos se encuentra el caso de Juno (2007), una cinta independiente de una adolescente que se queda embarazada de su mejor amigo. Las conversaciones de la joven con su madre aprueba, por goleada, el test de Bechdel.

También la dirección de las cintas influye en este hecho. De las 99 películas nominadas dirigidas por hombres, 44 suspenden la prueba. Sin embargo, solo 1 de las 7 cintas seleccionadas entre las favoritas y dirigidas solo por mujeres suspenden la prueba. Kathryn Bigelow es la única directora con dos películas nominadas a la mejor del año desde el 2000. Una pasa el test de Bechdel, La noche más oscura, y la otra no, En Tierra Hostil. En esta última solo aparecen dos mujeres, las parejas de los protagonistas, y nunca se hablan entre ellas.

Hay que tener en cuenta que el test de Bechdel no es la prueba definitiva sobre la presencia de las mujeres en las historias cinematográficas. De hecho, en algunas de las cintas que no pasan el test, las mujeres adoptan un papel fundamental en la trama. Es el caso de Gravity, en la que solo aparece una mujer pero es la protagonista de la película. El personaje principal, interpretado por Sandra Bullock, es una astronauta que consigue salir de una muerte segura gracias a su inteligencia. El personaje combate los estereotipos de que las mujeres no pueden alcanzar el éxito profesional en determinados oficios y que no son capaces de resolver los problemas que surgen por sí mismas.

Diremos entonces, tomando esta cinta como ejemplo, que el test de Bechdel no sirve para medir la (buena o mala) construcción de los personajes femeninos o si están edificados sobre estereotipos machistas. Sin embargo, sí que puede indicar (con más o menos precisión) la importancia del papel de las mujeres dentro de las historias. Por ejemplo, en The Fighter, Slumdog Millionaire o La red social, aunque hay varias mujeres en la trama, todas toman un rol secundario frente a los hombres y su presencia está relacionada con su vínculo con los protagonistas: parejas, novias, madres, etc. En ninguna de las tres una mujer habla con otra de algo que no sea un hombre.