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Opinión - Por el WhatsApp muere el pez. Por Isaac Rosa

La derecha troll que respalda a Donald Trump en Internet

Este hombre es Donald Trump y quiere ser el hombre más poderoso del mundo.

José Cervera

En los años 80 y 90 del siglo pasado la pelea por el espíritu del Partido Republicano estadounidense se libraba entre los paleoconservadores de Pat Buchanan, los llamados ‘neocon’ y la derecha religiosa ascendiente durante la Era Reagan; mas adelante surgió el Tea Party, populista, nativista y extremista, poniendo en serias dificultades a la directiva oficial del partido e impulsando a figuras como Sarah Palin.

Hoy el Tea Party se ha diluido y en su lugar el control lo tiene la llamada Alt-Right o derecha alternativa: un conglomerado a veces cacofónico de voces unida en su extremismo que se ha unido en su respaldo al candidato Trump y al que éste ha concedido simbólicamente el control de su campaña. Pero ¿qué es la Alt-Right, cuáles son sus voces, foros e ideologías? ¿Es real?

La Alt-Right es la derecha troll; un conjunto de activistas e ideólogos extremistas y provocadores que utilizan (y medran) en las entrañas de Internet, adeptos al uso de memes y a las teorías de la conspiración, con ideas muy cercanas al reaccionarismo más clásico (nacionalismo y supremacismo blanco, nativismo, nuevas formas de machismo) y un intenso y visceral rechazo al sistema político tal y como está establecido y sobre todo a todo aquello que huela a ‘políticamente correcto’.

Es ruidosa y polémica, utiliza conscientemente argumentos populistas y provocadores, se mueve como pez en el agua por los rincones más barriobajeros de la Red haciendo uso de memes y del sarcasmo y no se avergüenza de usar insultos o argumentos exagerados o falsos. Además no respeta líneas partidistas: la mayor parte de sus peores enemigos están de hecho dentro del paraguas del Partido Republicano.

Eso no quiere decir, por supuesto, que no tenga enemigos fuera, y en especial dos: Barack Obama y Hillary Clinton. En la órbita de la Alt-Right están grupos como Judicial Watch que durante años han perseguido a los Clinton con feroz saña acusándoles en la prensa y ante los tribunales de todo tipo de crímenes, desde escándalos económicos (Whitewater) a cuestiones de faldas (Troopergate, Mónica Lewinsky) pasando por complicadas conspiraciones asesinas (Vince Foster) o trágicos errores en la labor gubernamental (Bengasi).

Hoy están detrás de la persecución a Hillary por los correos mientras era secretaria de Estado ('Crooked Hillary', 'Lock her up'), de las acusaciones de corruptelas que dejan en mal lugar a la Fundación Clinton y de los rumores sobre la mala salud de la candidata demócrata (según algunos, a punto de morir).

La liga contra Obama

En cuanto a Obama, los activistas de esta tendencia se deleitan en las tesis sobre su (falso) nacimiento en Kenia (que le convertiría en presidente ilegítimo) y su “secreta confesión musulmana”, además de rechazar la reforma del sistema sanitario (apodada ‘Obamacare’) como un intento ilegitimo de ingeniería social. Por supuesto las teorías más exóticas sobre los ataques del 11 de septiembre de 2001 como una conspiración interna para crear el Nuevo Orden Mundial, sobre la falsedad del cambio climático o sobre las masacres de tiradores solitarios en EE UU como justificaciones para imponer el control de armas (Sandy Hook, afirman algunos, jamás ocurrió: fue una simulación) tienen en estos entornos su origen y su ámbito natural de actuación.

La derecha alternativa no tiene una forma concreta: se define más bien por un tono y una serie de temas, y comprende desde sitios más o menos cercanos a los medios convencionales como Breitbart.com con su línea antiinmigración y sus campañas contra los demócratas (como el caso Weiner), hasta páginas desvergonzadamente racistas, antisemitas y filonazis como The Right Stuff o el Daily Stormer; por el lado del rechazo del feminismo solapa con los MRA de webs como Return of Kings y personalidades y sitios de Internet vinculados a la Alt-Right han participado en la polémica sobre el papel de las mujeres en los videojuegos conocida como Gamergate y en la inflamada respuesta al remake de la película 'Ghostbusters' con un elenco de mujeres. Y el gran templo de las ideas conspiranoicas vinculadas con el antisemitismo y el NWO es la página web Infowars de Alex Jones.

Cuentan incluso con un programa de televisión: Million Dollar Extreme Presents: World Peace en Cartoon Network. Aunque ellos mismos no se acaban de aclarar: la definición de Breitbart y la que ofrece el Daily Stormer no son exactamente iguales, ya que los egos entran en conflicto.

A la derecha de 4chan

La fuente original de muchos de los memes, expresiones y vocablos son dos foros bien conocidos: 4chan y 8chan, la escisión surgida cuando moot (fundador y gestor de 4chan) bloqueó la discusión del Gamergate en el sitio. De hecho tanto el término como el estilo y muchos de los emblemas de la Alt-Right tienen su origen en el foro /pol/ (políticamente incorrecto) de 4chan, nacido para concentrar la actividad con mayor componente político del archiconocido /b/, el foro más gamberro y prolífico que ha dado origen a un sinnúmero de memes y a fenómenos como Anonymous.

A partir de discusiones sobre el 11 de septiembre, sobre feminismo y sobre racismo se produjo la derivación hacia el nacionalismo blanco y el neonazismo, todo ello en un entorno de sarcasmo, chanza y provocación contra el establishment.

Las discusiones más extremas acabaron concentrándose en My Posting Career, que lanzo el término ‘cuckservative’ y donde pueden encontrarse foros como ‘¿Que hay de malo en Adolf Hitler?’. Desde aquí las ideas, los memes y los términos migran vía Infowars o Breitbart hasta alcanzar sitios serios como Fox News, desde donde se catapultan a la discusión pública.

En los últimos tiempos esta dispersa coalición de trolls interesados en la provocación política ha convertido a Donald Trump en su candidato. Y no por casualidad, sino porque Trump sistemáticamente los ha seducido utilizando en sus discursos códigos cercanos a sus intereses y creencias, como cuando se reveló como ‘birther’ dudando en público de la ciudadanía de Obama y por tanto de su estatus legal como presidente.

La proximidad ideológica y los guiños culminaron con la reciente incorporación de Steve Bannon como director de la campaña de Trump. Bannon era el presidente de Breitbart.com, el sitio menos incendiario de la Alt-Right, pero también una pieza clave en Judicial Watch y motor de muchas de las acciones más virulentas contra los demócratas en los últimos tiempos. Ha sido llamado “el operador político más peligroso de EEUU” y su puesto al mando de la campaña de Trump es más que definitorio.

El resultado lo estamos viendo: el estilo Trump es cada vez más claramente parecido al de la Alt-Right: memes, desprecio de los datos, búsqueda del shock público, incorrección política extrema que llega a lo intolerable, desdén por la coherencia, uso del sarcasmo como excusa ante los reproches, provocación. Nadie es totalmente responsable de la ideología de quienes le apoyan, pero la falta de distancia y el cortejo con este tipo de voces es evidente.

El principal problema es otro: como han indicado muchos analistas la Alt-Right ha sido legitimada por Trump, lo que está sirviendo para desplazar la llamada Ventana Overton, un termino sociológico para indicar el rango de ideologías que es tolerable discutir en público. Ideas antes fuera del discurso político serio como los test ideológico/religiosos para inmigrantes con origen en algunas zonas, las deportaciones masivas de sin papeles o la construcción de un muro en la frontera ahora son moneda común: han sido incorporadas a la discusión política como posibilidades reales.

Lo cual es aterrador si se consideran las otras ideas que hay detrás de este impulso ideológico, desde la creación de naciones 100% blancas al retorno a la familia tradicional con la vuelta de las mujeres al hogar y la preponderancia pública de los varones, por no citar el más burdo antisemitismo y el neonazismo desnudo.

La Alt-Right era hasta hace poco un grupúsculo poco cohesionado de activistas ruidosos pero con mucho demasiado extremos como para que nadie los tomase en serio: ahora sus ideas se ventilan en la carrera presidencial, en la que incluso Hillary ha usado esta afiliación como arma contra Trump.

Si la guerra cultural de los conservadores de la derecha religiosa ya daba miedo en los 80 y los 90, la versión turbo nacida de Internet da verdadero pavor. Según los análisis de los propios interesados, gane o pierda Donald Trump el futuro es brillante para la Alt-Right.

Alt-Right: Terminología

-Cuck, Cuckservative: Conservador domesticado. Despectivo. Tomado del género porno conocido como ‘cuckold’ que presenta supuestos maridos excitados por ver a s mujer copulando con otros, con frecuencia negros. Similar al antiguo RINO (republican in name only, republicano solo de nombre) del Tea Party, pero con mucha más mala leche.

-MRA: Men Rights Activist (activistas de los derechos del varón). Neomachistas ferozmente opuestos a cualquier forma de feminismo, cercanos al universo de los ‘pickup artists’ (artistas del ligue).

-La rana Pepe: uno de los más extendidos memes del movimiento; se trata del dibujo de una rana con expresión circunspecta que se añade a fotografías como elemento de identificación y burla. Mascota no oficial; su máxima expresión es Kek, la apoteosis de Pepe, el brillante futuro en el que la Alt-Right alcanzara la victoria.

-Normie: adepto del pensamiento convencional. No cercano a la ideología del grupo.

-NWO: New World Order, nuevo orden mundial: conspiración judía internacional que está detrás de todas las catástrofes, desde el 11 de septiembre al último tiroteo masivo pasando por el cambio climático, siempre con el fin de reducir las libertades y extender el maléfico manto de lo políticamente correcto.

-SJW: Social Justice Warriors (guerreros por la justicia social). Despectivo. El enemigo por antonomasia: todo aquel que lucha contra la desigualdad social, económica, racial o sexual.

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