La copla berlinesa: un producto cultural salido de la emigración española
Paloma Lirola forma parte del colectivo de españoles que en los últimos años ha aterrizado en Alemania en busca de oportunidades. En Berlín, la acumulación de experiencias como expatriada le ha dado para crear una etiqueta con la que pretende regenerar un estilo musical clásico de la cultura popular española: la copla. Lirola nos cuenta que está desarrollando un medio de expresión con el que, entre otras cosas, exorcizar los males propios de la difícil realidad de ser emigrante, algo que ha vuelto a ser muy común en España debido a la crisis económica.
Alemania figura entre los países del mundo con mayor número de españoles. Para ser exactos, hay unos 130.279 viviendo en territorio germano, de acuerdo con datos recientes del Instituto Nacional de Estadística (INE). De hecho, Alemania figura entre los países donde más está creciendo la presencia de españoles. La crisis económica en España y la buena marcha de la economía en el país de la canciller Angela Merkel están atrayendo a suelo germano no pocos compatriotas en busca de oportunidades. Pero éstas no son sólo laborales en el sentido más tradicional. También lo son a nivel artístico. Para demostrarlo, Paloma Lirola está gestando un nuevo genero musical. Lo ha bautizado “copla berlinesa”.
“Lo de copla berlinesa es una etiqueta que he puesto porque hoy día se exige poner una etiqueta a todo, y yo, antes de que se me pregunte cómo se llama esto, ya le he puesto el nombre”, explica esta treinteañera, que dice haber “nacido con la Constitución en 1978” y ser “andaluza de adopción”, pues aunque vino al mundo en Zaragoza se acabó criando en Málaga desde muy pequeña. “La copla son mis raíces, que cuando uno está fuera de su país reaparecen con mucho peso”, confiesa Lirola. Ella se sirve del genero con el que se encumbraron grandes estrellas de la música española – Lola Flores, Marifé de Triana, Antonio Molina o Cocha Piquer – para contar las experiencias típicas de la vida como expatriada en Alemania. En febrero de 2015 colgó en Youtube una de sus canciones, “mi invisibilidad”, dedicada a lo que se siente en Alemania cuando no se controla la lengua de Johann Wolfgag von Goethe.
Contemporizar la copla
“Lo que tiene la copla es que cuenta historias de principio a fin y con ello yo dejó ahí mi aportación con una temática que está enfocada a historias que pasan aquí y que sólo te pueden pasar aquí”, explica la cantante, que llegó a Berlín en febrero de 2010. “Vivir aquí te hace tener unas experiencias muy concretas, como empezar de cero, lidiar con el idioma, la falta de luz, sol y calorcito, el largo invierno, en el que llega de verdad un momento en el que las defensas bajan, los resfriados duran meses y uno no los suelta ni para atrás, sin olvidar que a las cuatro de la tarde es noche cerrada y hasta hay una depresión del invierno; todo esto yo he tenido que volcarlo en algún sitio, que es la música”, añade.
Lirola acaba de presentar en la Kulturwerkstadt, una pequeña sala berlinesa del distrito de Charlottenburg-Wilmersdorf, un espectáculo de One Woman Show titulado Desde Berlín con humor. En él, además de cantar y tocar el ukelele, pone a prueba sus dotes como cómica, habilidades que quiere presentar en otras ciudades alemanas donde hay abundante público hispanohablante, como Colonia (oeste), Stuttgart (suroeste) y Hamburgo (norte). “El espectáculo lo va a entender mejor el hispanohablante que vive en Alemania, porque trata aquellas situaciones que son cotidianas para los expatriados”, avisa la artista.
Según ella, en el día a día en Alemania “hay cosas demenciales”. “Son pequeñeces, pero es que, por ejemplo, cuando tengo que arreglar papeles, o ir al banco, tengo síntomas de ansiedad dos días antes, me pregunto qué me va a pasar o me digo que me van a decir algo importante y no me voy a enterar”, cuenta. “'¡Uy, uy!', pienso, cuando recibo una carta y no sé si es que me van a pagar algo o es que tengo que pagarlo yo; por eso hay días en los que no abro el buzón para no encontrarme con un correo oficial que me dé un disgusto”, agrega entre risas.
La dificultad de echar raíces
De pequeños detalles como esos, por mucho que puedan llegar a complicar la vida en un país con una lengua tan difícil de aprender como es el alemán, Paloma Lirola invita a reírse. Vivir en Alemania, “no es fácil y es duro, pero también las cosas son tan duras como uno se las quiera plantear”, afirma esta artista, que se sirve tanto de la música como del humor para aliviar los males de estar expatriado. “El humor es un arma para cuando bajan las defensas del organismo, sirve como una cremita que hay que echarse cuando se tiene un momento de bajón”, mantiene.
Otras dificultades invitaron a Lirola a marcharse de España, donde los artistas “no están en el lugar que corresponde”, según tus términos. Quien otrora fuera estudiante de Publicidad y Relaciones Públicas se expresa casi agradecida al apuntar que en Alemania gente como ella pueden inscribirse en la Künstler Sozialkasse, “la Seguridad Social para Artistas”, que existe desde 1983. En ella se cotiza en función de los ingresos, con un coste que ronda el 19% de lo que se gana por trabajos artísticos. “Con nuestro trabajo, costearse ser autónomo en España es de locos”, pero aquí “es menos difícil”, pues “se entiende que la música es una forma de vida, una profesión”, resume Lirola.
A esa vida “menos difícil” lleva ya más de cinco años entregada esta joven, responsable de no pocos proyectos paralelos, como su grupo de música, Whatever Rita Wants. En una de sus canciones, Paloma Lirola, canta, entre otras cosas, a ese mérito que consiste en afrontar la vida – se esté expatriado o no –, con una sonrisa.