Massiel, la antifascista que cantó a la libertad y fue censurada en Televisión Española

Hace semanas, RTVE público en su página web un documento que hasta ahora había permanecido en un rincón oscuro de sus archivos. Se trata del capítulo piloto del programa presentado por José María Íñigo La gente quiere saber, en el que un grupo de personas del público preguntaba al personaje invitado sobre su vida, su carrera o lo que fuese.

En ese episodio de prueba, la protagonista fue Massiel y sus respuestas no pasaron la censura franquista ni de lejos. Declarar públicamente ser antifascista y estar a favor del divorcio no estaba muy en la línea del régimen.

Aunque esa grabación de 1972 no llegó a emitirse, las ideas políticas de la artista no eran ningún secreto. Antes de ganar Eurovisión hace precisamente 50 años, ya se había hecho muy famosa con canciones como Rosas en el mar o Aleluya, firmadas por Luis Eduardo Aute. Versos como “Voy pidiendo libertad y no quieren oír/ Es una necesidad para poder vivir/ La libertad, la libertad/ Derecho de la humanidad /Es más fácil encontrar rosas en el mar”, la metieron inmediatamente en el saco de la canción protesta.

Puede que si Joan Manuel Serrat no se hubiese empeñado en cantar la versión en catalán de La La La para representar a España en el festival de Eurovisión, la carrera de la cantante hubiese sido diferente (y viceversa). Pero evidentemente a la dictadura ni se le ocurrió la posibilidad de que otra lengua que no fuese el castellano representase al país, así que tuvieron que llamar a una sustituta. Massiel estaba en aquel momento en México dando conciertos, así que se tuvo que coger el primer avión que encontró y plantarse en el Royal Albert Hall de Londres.

Según cuenta en un reportaje de Jesús Ordovás en la 2 de TVE, todo fue una estratagema del mánager del Dúo Dinámico Lasso de la Vega. Sus representados son los autores de la canción, así que pensó que si se quitaba a Serrat de en medio actuarían ellos, pero en Televisión Española dijeron que querían a una chica y su estrategia se fue al garete.

“Yo no sabía ni cómo era la canción, pero pensé que si era buena para Serrat, sería buena para mi, porque por aquel entonces cantábamos cosas comprometidas. Yo cantaba de negro, sólo tenía un traje y al ganar un poco de dinero en México me lo copié en morado y rojo, que son mis colores. Iba con bota larga, vestido largo, muy existencialista, melena y un colgante de plata. Al llegar y escuchar la canción, me dije 'Hay que hacer un estilismo. Ponte moderna, que esto va de pop'. Me fui a París y me encargué un traje en Courrèges que pagué con todo el dinero que había ganado en México. Menos mal que gané el festival y me lo pagaron”.   

Tan pegadizo es el estribillo de la canción, que Massiel no se ha podido desprender de él. Manolo de la Calva, uno de los dos compositores, la avisó de que iba a llevar la canción con ella toda la vida. Y, de hecho, en cada entrevista que le hacen declara que está harta de hablar de lo mismo una y otra vez. Ya se lo había soltado a Miguel de los Santos en el programa Retrato en vivo en 1979 y apenas habían pasado diez años. El tiempo no la ayudó en ese aspecto.

“Pintaban una cruz con patas, señorita”

Aunque ganar el festival la catapultó a la fama, ni su carácter ni sus ideales cambiaron. De hecho, le valieron un enfrentamiento con la dictadura por no querer ir al Pardo a recoger el Lazo de Dama de Isabel la Católica y sacarse la foto con Franco. Se lo mandaron por correo medio meses después y estuvo vetada en Televisión Española durante un año, según ha contado.

En 1970 se subió a los escenarios teatrales junto a Fernando Fernán Gómez para interpretar A los hombres futuros, yo, Bertolt Bretch, dirigida por Antonio Díaz Merat y estuvo de gira por todo el país (el disco con las canciones se publicó dos años después). Ese trabajo le otorgó el “carnet de roja”, al menos por parte del P.E.N.S (Partido Español Nacional-Socialista).

Agente Provocador, de la editorial La Felguera, ha rescatado un reportaje de la revista Triunfo en el que se cuenta el asalto a la casa de Massiel por parte de dos integrantes de la organización ultraderechista. Un ataque que más bien fue una astracanada y que, sobre todo, sufrió la pobre criada que se llamaba Adelina, tenía 18 años y era de León.

Los asaltantes la amordazaron y la ataron a una silla para poder hacer pintadas por toda la casa. Entre otras cosas, dibujaron cruces gamadas (incluso en el famoso abrigo de chinchilla de la cantante) y escribieron “Roja”, “PENS” o “Beethoven, sí!”.

Cuando la artista llegó a casa, acompañada por la portera y un técnico de televisión, se encontró con ese panorama y los dos delincuentes, que no debían de tener ni 20 años y que, según declaró a la publicación: “estaban más nerviosos que nosotros”. Le pidieron que no llamase a la policía hasta pasados 20 minutos y dijeron “no estamos de acuerdo con lo que hemos escrito, pero nos han obligado y pueden obligarte a ti también”.

Al final Massiel les metió prisa y se fueron, dejando a la pobre Adelina “obligada a estar atendida en un hospital psiquiátrico, víctima de un shock psíquico con traumas delirantes”. Repetía la frase: “Pintaban una cruz con patas, señorita, una cruz con patas”.

Genio y figura

De Massiel se ha dicho de todo: que era una niña del régimen, que era más roja que la sangre, que se bebía hasta el agua de los floreros (esto se ha cansado de desmentirlo), que es una malhablada, que es divertida y un torbellino. Como poco. De todo esto lo que está claro es que tiene temperamento, lo que le ha servido para sobrevivir a muchas cosas, entre ellas al machismo imperante en su profesión. Así lo contó en Retrato en vivo:

“Soy muy luchadora, muy trabajadora, bastante profesional y entonces chocas con la gente que se cree que por tu condición femenina pueden abusar. Y se creen que esto no se puede hacer en serio, que es la niña que quiere cantar, que es un hobby… entonces es cuando vas y pones encima de la mesa todas las cartas y dices 'no señor, esto es una profesión, este es mi modus vivendi, esto hay que tomárselo en serio' y no te dejas avasallar. Ahí es cuando dicen que vas a protestar. Y no, simplemente exiges en la misma medida en la que te entregas en tu profesión. Yo procuro no pasar por nada por lo que no tenga que pasar”.

Massiel grabó 14 álbumes, actuó en cuatro películas y en numerosas obras de teatro. Se casó tres veces, tiene un hijo y un perro llamado Lenin. Detrás de su nombre artístico vive María de los Ángeles Félix Santamaría Espinosa, una mujer que tiene una carrera que va mucho más allá de aquel La La La que la hizo famosa y a la vez la eclipsó. Ella misma lo dice cada vez que le preguntan: “50 años hablando de lo mismo, qué aburrimiento”.